Por: Marcio Enrique Sierra Mejía
La gobernanza refundacional socialista, denota la aplicación de una política de seguridad social que apenas logra reducir la violencia y, apenas, mejorar la seguridad social. En nuestro país, vemos que día a día, se elevan los niveles de pobreza, igualmente, la corrupción, la desigualdad y la impunidad y, además, la inadecuada militarización que pone en entredicho al gobierno. Al punto que organismos internacionales como las Naciones Unidas, lo están advirtiendo.
Según el Alto Comisionado de la ONU, continuamos enfrentando una violencia y una inseguridad nociva al país porque su impacto, perjudica a las mujeres y a personas con géneros diversos, cuyos derechos humanos, les son violados (Informe Anual 2022 OACNUDH).
Si bien la estadística evidencia una poca reducción en la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes en estos últimos dos años de gobierno refundacional, la que fue de 35,83 por cada 100,000 habitantes, disminuyendo en un 16,5 % entre enero y septiembre de 2023 en relación a la cifra registrada durante el mismo periodo del año pasado (datos oficiales consultados por EFE), aún estamos muy distanciados de la tasa de homicidios que tiene América Latina que es del 17,2 homicidios por cada 100,000 habitantes y, la cual, aún está muy por encima del promedio mundial, que es de 6.1% (Fernández, Guillermo L.: Estadística delictual a nivel latinoamericano).
Nuestra sociedad aún sigue sobreviviendo en calamidad social, es decir en desgracia o infortunio que alcanza a la mayoría de la ciudadanía, porque continuamos aplicando políticas de seguridad social cortoplacistas, que hoy por hoy, son sesgadas políticamente en función de intereses partidaristas sectarios, manipuladores y, con evidente incapacidad, para evitar las vergonzosas consecuencias de la violencia “contra persona en mayor situación de vulnerabilidad”.
Al gobierno refundacional, le interesa más la aplicación de acciones de políticas públicas orientadas a fortalecer el poder político absoluto de Partido Libre, o sea la dictadura política del Estado socialista, que aplicar una estrategia con visión de largo plazo, para proteger los derechos humanos, el territorio y el medio ambiente de la violencia y la inseguridad social.
No hay interés en promover políticas integrales de seguridad ciudadana y menos de seguridad social. Por lo contrario, están adoptando políticas unilateralistas que no dan centralidad a la seguridad social y menos a la adopción de acciones que “prioricen la prevención de la criminalidad, el fortalecimiento de la investigación y la sanción de las conductas criminales”.
El gobierno socialista actual, no hace su mejor esfuerzo para combatir los males sociales enraizados en el país, pero sí con su comportamiento gubernativo, los aumenta al crear condiciones de abuso de poder, el nepotismo corrupto y una amoralidad mentirosa y opresiva. El plan de refundación, se ha convertido en una falsa promesa populista que promueven mediáticamente, para crear en la ciudadanía una apreciación favorable a los intereses políticos particulares que esconden, pero que están logrando conseguir poco a poco.
No hay tal humanización en la política actual que ejecuta la gobernanza socialista, más bien, existe deshumanización galopante llena de crueldad, violencia política y social.
