¿Un informe presidencial deficiente?

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31 de enero de 2024
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12:51 am
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¿Un informe presidencial deficiente?

Óscar Lanza rosales

El 27 de enero pasado, la Presidenta de la República cumplió su segundo año de mandato y, como es habitual, presentó aparentemente un informe sobre su gestión anual. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en otros países con sólidas prácticas gubernamentales, nuestra Presidenta lo llevó a cabo más como un “mitin” político, dirigido únicamente a sus seguidores. Financió los gastos de transporte, alimentación y otros para aquellos que trajo a la capital desde diferentes departamentos del país, creando una atmósfera más propia de una campaña electoral. Agradeció su apoyo e instó a continuar movilizándose para garantizar la transparencia en las próximas elecciones y acompañar al Congreso Nacional para la aprobación, bajo presión de la calle, de la Ley de Justicia Tributaria, recordándoles el lema: “¡Venceremos! ¡Prohibido olvidar que somos resistencia!”.

En dicho evento, la Presidenta también organizó una reunión continental con representantes de gobiernos latinoamericanos que practican o simpatizan con el socialismo democrático, como Venezuela, Brasil, Bolivia, México, Ecuador y Barbados. A muchos de ellos se les otorgaron las máximas condecoraciones que otorga el Estado de Honduras a sus amigos. Resultó curioso el caso de México, ya que los asistentes eran del Partido de los Trabajadores, un partido minoritario en ese país que respalda al partido gobernante Morena. Además, estuvo presente a título personal Marcelo Ebrard, excanciller del gobierno de Morena y descalificado como candidato presidencial para el próximo período por el presidente López Obrador. Se le otorgó la Orden de Morazán.

Durante esta audiencia, la mandataria denunció el bombardeo en Gaza, condenó todas las formas de terrorismo y rechazó a los bloqueos imperiales, haciendo un llamado a la unidad de las naciones de América Latina y a compartir una agenda común, agradeciendo, además, el apoyo brindado desde el golpe de Estado de 2009. Estas declaraciones marcan el rumbo de lo que será su gestión como próxima presidenta pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Al referirse a los presuntos logros de sus primeros dos años en el cargo, incluyó la ordenación de las finanzas públicas, la supuesta reducción de la pobreza según el Instituto Nacional de Estadísticas, el impulso de inversiones en infraestructura, el aumento del presupuesto para sectores sociales y el avance hacia la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Cicih).

Muchos hondureños se preguntan: ¿cómo puede haber orden en las finanzas públicas si la principal empresa estatal, la ENEE, está en bancarrota? ¿Quiénes han salido realmente de la pobreza durante este gobierno? El mantenimiento y construcción de nuevas carreteras han estado paralizados durante los últimos dos años y, hasta los últimos meses de 2023, apenas comenzaron a licitarse proyectos en este sector. Los efectos positivos en las asignaciones presupuestarias para salud y educación pública aún no se han evidenciado, ya que los hospitales carecen de medicamentos básicos y las escuelas continúan en condiciones inadecuadas. Y aún no se ha anunciado cuándo llegará la Cicih.

Todo lo anterior demuestra que nuestra mandataria, al igual que otros líderes de países atrasados y subdesarrollados como el nuestro, todavía no ha comprendido el verdadero concepto de un “Informe Anual a la Nación” (IAN), una de las principales herramientas de desarrollo en países como los escandinavos, Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda, entre otros.

Un IAN es una comunicación directa de los mandatarios, un medio de rendición de cuentas y transparencia para informar a sus ciudadanos sobre cómo se están utilizando sus recursos públicos. Debe destacar los logros y éxitos alcanzados en el año anterior, reconocer áreas de mejora, evaluar el cumplimiento de las promesas de campaña y establecer planes, metas y expectativas para el próximo año.

Los grandes líderes mundiales en los últimos tiempos, como Jacinda Ardern de Nueva Zelanda, Justin Trudeau de Canadá, Angela Merkel de Alemania, Erna Solberg de Noruega y Mark Rutte de Países Bajos, han destacado por presentar informes de rendición de cuentas con un enfoque transparente y detallado. Lamentablemente, el informe de la Presidenta Castro ha sido lo opuesto, rellenando ese valioso espacio para comunicarse con su pueblo con una mini cumbre de países, bajo la doctrina del socialismo del siglo XXI y agitando a los simpatizantes de Libre, como si estuviera en campaña política. ¡Ella debe comprender que ahora su compromiso de Presidenta ya no es solo con su partido, sino con toda la sociedad hondureña, a quien debe rendir cuentas de su gestión, con un Informe Anual a la Nación de calidad, en su amplio significado!

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