Por: Carlos Medrano – Periodista
Sin lugar a dudas, encontrar al país en las condiciones dejadas por la administración pasada no ha sido fácil, teniendo en cuenta que el Partido Nacional y su líder Juan Orlando Hernández dejó a una Honduras con una estela de destrucción, como nunca había ocurrido en esta nación.
Fueron 12 años que Honduras estuvo en vilo, cada sesión en el Congreso Nacional, cada decreto ejecutivo, cada acuerdo con instituciones gubernamentales llevaba una huella de irregularidades que embarró al país en deuda, en malos manejos, en escándalos verdaderamente lamentables como el IHSS, las ZEDE y los hospitales móviles, solo para mencionar algunos de los más inverosímiles que nos llenan de vergüenza.
Menciono esto, porque el hondureño es de memoria corta, somos olvidadizos y eso es un defecto grave para no seguir cometiendo los mismos errores. Hoy a la Pesidente Xiomara Castro le ha tocado cargar este penoso vestigio de corrupción.
La deuda externa hoy suma más de 9,400 millones de dólares, lo que representa un pago acumulado de enero a septiembre del 2023 de $1,500.7 millones equivalente a 36,981.2 millones de lempiras, lo que frena cualquier proyecto de desarrollo, cualquier programa para reducir la pobreza, y eso representa distraer recursos fundamentales de progreso e inversión social en beneficio del pueblo.
Pero la Presidente Xiomara debía conocer el alcance del desastre que heredó, ya pasaron dos años que debieron administrar esta crisis y superar con inteligencia y voluntad política las dificultades más pequeñas y medianas para avanzar en los objetivos más importantes.
Ponerse a enfrentar al sector privado, que es el principal generador de riqueza y trabajo, desde el inicio del gobierno asignando a funcionarios que son verdaderos orates, que insultan y denigran a los empresarios, ha tenido un desgaste que es insuperable.
En busca del aplauso popular creyendo que esta confrontación les atraería el favor del pueblo, no creo que ha sido una buena estrategia política, lejos de eso ha generado desempleo, más migración y un ambiente no favorable a la inversión nacional y extranjera.
A la Presidente Castro Sarmiento le ha tocado desenmarañar complejos problemas heredados como la ZEDE que entregaron soberanía nacional y que por no tener una estrategia apropiada hoy se tienen sendas demandas internacionales que suman más de 10 mil millones de dólares contra el país.
Honduras hoy enfrenta casi 10 demandas de grupos económicos establecidos en nuestro país, todo por atropellar la ley y los contratos ya establecidos y que de ganarse estas disputas legales representará la quiebra total.
Todavía quedan dos años, existen enormes oportunidades para avanzar, muchas cosas por hacer, pero si el gobierno continúa ese camino de confrontación poco creo que se avance.
Traer a la Cicih para que vigile y combata a la corrupción pública, le traerá muchos beneficios al país y a esta administración, ya que este gobierno por ningún motivo debe seguir los pasos de sus opositores quienes se desviaron del camino de la honradez y de la honorabilidad.
Presidente Castro Sarmiento, ya avanzó dos años, le faltan otros dos años para construir junto con su pueblo, con la sociedad civil y con los empresarios un país más próspero, debe impulsar la inversión para que haya más trabajo y que no estemos viendo a miles de hondureños exponiendo su propia vida con tal de encontrar una chamba.
Atropellar la ley, violarla y manipularla solo le dejará destrucción, suficiente ejemplo tiene en Juan Orlando Hernández como para seguir ese camino espinoso y doloroso para usted y su familia.
