Óscar Lanza Rosales
Tal como estaba previsto, Nayib Bukele se ha alzado de nuevo con la victoria para presidente, en las pasadas elecciones del domingo con un 85% que le garantiza 58 de los 60 diputados en la Asamblea Legislativa, un punto clave para mantener el régimen de excepción y su política de mano dura contra las pandillas. Sus competidores más cercanos, como el FMLN y ARENA, no llegan ni al 10% del Partido Nuevas Ideas de Bukele.
En sus primeras declaraciones tras el triunfo, Bukele expresó su agradecimiento a El Salvador, destacando que el país había establecido nuevos récords en la historia de la democracia mundial. Subrayó que este éxito representaba un respaldo contundente al camino que ha trazado para la nación y resaltó la pulverización de la oposición.
Su estrategia de seguridad ha sido la clave para su triunfo. El país vive bajo un régimen de excepción desde hace dos años y la suspensión de derechos ciudadanos fundamentales. Bajo ese contexto, más de 76,000 personas han sido encarceladas, que constituye los cimientos de la política de mano dura contra la delincuencia y las pandillas, pero su estrategia ha sido ampliamente cuestionada por organizaciones de derechos humanos.
En su primer periodo, los niveles de violencia se redujeron a mínimos históricos en El Salvador, que en 2015 llegó a ser el país con mayor número de homicidios per cápita en todo el mundo y ahora es uno de los más seguros de América, solo superado por Canadá.
El tema de la seguridad es prácticamente el único e importante proyecto exitoso de su primer mandato, que según la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), “la principal característica de este gobierno de Bukele ha sido la aplicación de políticas efectivas para reducir la violencia homicida, pero a costa de atentar contra los pilares de la democracia y de una alta concentración del poder en su figura”.
Además, construyó el megaproyecto de la Biblioteca Nacional, financiado por China; la reducción de 262 a 44 municipios y la Asamblea Legislativa de 84 a 60 diputados. Y la adopción del Bitcoin como moneda principal, que fue un fracaso.
Para estos comicios, se presentó como candidato a la reelección -pese a su prohibición- gracias a la controvertida interpretación de los jueces de la Sala Constitucional, elegidos por la Asamblea Legislativa en la que el partido de Bukele contaba con mayoría.
Para su segundo mandato, Bukele no ha presentado un plan de gobierno, pero ha expresado su intención de continuar haciendo lo imposible y demostrar al mundo el ejemplo de El Salvador. A falta de un plan, todo parece indicar que apostará por las áreas de seguridad, por una mayor construcción de vivienda al ser consciente del gran aumento de precios en el sector y el retorno de salvadoreños en el exterior provocado por la mayor seguridad en el país; el turismo, con un país seguro, que comenzó a responder el año pasado, con un aumento importante de turistas internacionales. Por eso apoyó el año anterior, la realización de grandes eventos como Miss Universo, los Juegos Centroamericanos, y la presencia del Inter Miami de Lionel Messi frente a la selección nacional.
En este segundo mandato también se tiene contemplado los megaproyectos del aeropuerto del Pacífico en La Unión y el nuevo estadio nacional, que ya está en construcción.
De acuerdo a la BBC, su mayor reto es ahora hacer crecer la economía en un país en el que en los últimos cuatro años, 200 mil personas cayeron en la pobreza extrema, y el precio de la canasta básica aumentó en un promedio de US$54 entre 2019 y octubre de 2023, siendo el salario mínimo de US$365. La gente tiene problemas para lograr comer tres veces al día. Según la FAO, entre 2020 y 2022, más de 48% padecía de inseguridad alimentaria y más de 900 mil personas estaban en fase “crítica”.
Según el reportaje de la BBC, que ha recibido información de varias fuentes: “Este gobierno se ha gastado todo el dinero posible, ha endeudado el país, su economía sigue viviendo de las remesas, los préstamos… El país no prospera, no hay empleo, hay pobreza, un pobre crecimiento en 2023 entre 2.2% y 2.8%, no tiene mano de obra calificada, poca inversión extranjera directa y con grandes compromisos financieros para los próximos años”.
Los analistas concluyen que este nuevo mandato “debería ser prioritario para restablecer los derechos humanos y las garantías constitucionales. Restablecer el Estado de Derecho, y tratar con seriedad el tema financiero y económico”.
