La música también educa

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10 de febrero de 2024
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12:01 am
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La música también educa

Por: Elvia Elizabeth Gómez García*

Si usted es de las personas que al observar a una niña o un niño bailar magistralmente reggaetón se emociona y le aplaude, es el momento de hacer una pausa y reflexionar.

Utilizar el término “adorable” para referirse a los movimientos claramente denigrantes y que sexualizan a los niños en un género musical que ha revolucionado negativamente a lo que es el arte solo da cuenta de la desinformación y falta de criterio al momento de exponer a los niños a este tipo de música.

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer expresó que «En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad».

Sin embargo, aquellos que tuvimos la buena fortuna de nacer y crecer en un mundo sin reggaetón nos vemos incapaces de encontrar arte en los estribillos altisonantes y monótonos de un género que solo refleja la decadencia de una sociedad cada vez menos preocupada por la calidad de lo que consume.

La música también ha caído en la vorágine del consumismo, se fabrican “artistas” en masa, sin un gramo de talento, con voces mejoradas gracias a la tecnología y que, al momento de tomar un micrófono y cantar en vivo, simplemente son incapaces de igualar la voz que han grabado en los estudios.

Y el producto de su “inspiración” por supuesto que no es lo mejor, la letra denigrante y llena de mensajes explícitos a la sexualidad contribuye a fomentar la violencia de género en una sociedad donde ya ser mujer es todo un reto y en donde los niños están cada vez más desprotegidos.

Es por ello que padres de familia, educadores y la sociedad en su conjunto, deben poner las barbas en remojo y “escuchar” lo que se reproduce en los hogares, los salones de clase y las fiestas infantiles en donde los animadores siempre promueven concursos de baile y a partir de los aplausos de la concurrencia se decide quien lo ha hecho mejor.

Lejos han quedado aquellas voces magistrales, aquellos versos inspirados o el disfrute de la música clásica. Hoy por hoy lo que escuchamos reproducirse es ruido con un mismo ritmo, unos tres acordes y una repetición de palabras.

La psicóloga mexicana Daniela Muñoz, señaló que este género daña el desarrollo cognitivo de los niños por su alto contenido sexual, añadiendo que se “están exponiendo a los menores a un tipo de abuso que provoca un desarrollo precoz e inadecuado”

Y es que, si investigamos más a fondo, si nos tomamos una pausa para escuchar una de esas canciones y tratar de entender el significado de las palabras utilizadas en las mismas, nos daremos cuenta que se ha desarrollado toda una jerga con la cual los padres no están familiarizados y que, en un principio puede pensarse que es inofensivo pero que en la realidad no es así.

Para muestra un botón, palabras como “bicho” o “bellaco”, tan recurrentes en este género tiene una connotación muy explícita en términos de la sexualidad. En este punto, debo declararme culpable pues mi sentido común las definía de forma diferente e “ingenua”. Cuando supe lo que significan, comprendí que como sociedad hemos quitado el dedo del renglón, que aparentamos cierto puritanismo que contrasta con la permisividad existente, porque no basta con prohibir o declarar “non grato”, cuando en la práctica no hay sistemas de control, vamos a una piñata y escuchamos esa música, encendemos la televisión y se transmite 24/7 y sin censura, llena de imágenes que quedan grabadas en el subconsciente de los niños y que contribuyen a naturalizar lo degradante.

Lejos ha quedado aquella canción de José Luis Perales, “que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al mundo escuchar, que unan sus voces y lleguen al sol, en ellos está la verdad” Dime lo que escuchas y te diré quién eres, ¿aplica? Lo cierto es que como educadores tenemos una ardua tarea pues debemos actualizarnos para poder hablar el mismo lenguaje de aquellos a quienes estamos educando y como padres, somos responsables de lo que nuestros hijos escuchan, ya que como dijo Bono, cantante de U2 “la música puede cambiar el mundo porque puede cambiar a las personas”.

*Profesora universitaria.

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