Clave de SOL: Fragua minera en “El Corpus”

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11 de febrero de 2024
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12:04 am
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Clave de SOL: Fragua minera en “El Corpus”

Por: Segisfredo Infante

No conozco el municipio de El Corpus. Ni tampoco su total historia. Ello a pesar de mis andanzas juveniles investigativas por varios puntos de los departamentos sureños de Choluteca y Valle. Apenas he recibido informaciones casuales sobre lo agradable de su clima, la belleza singular de sus mujeres obsesivas y la anécdota inverosímil de un personaje llamado “Chilano”, quien encontró en las bases de las paredes de adobe de su casa colonial, una tinaja repleta de monedas de oro y plata, y que los visitantes las sustrajeron, una por una, cada vez que “Chilano” mostraba su tesoro.

Quitando lo anecdótico tengo apuntes de una posible historia colonial del villorrio que tal vez pudo llamarse “Corpus Cristi”. Tales anotaciones derivan de los textos publicados por Rómulo E. Durón, Murdo J. MacLeod y Mario Felipe Martínez Castillo, que valdría la pena cohesionarlos en un solo opúsculo. MacLeod dice: “Al producirse la depresión económica del siglo diez y siete, la industria minera hondureña se vio dominada cada vez más por el fraude”. (Léase contrabando). “La evasión a las leyes de la Corona llegó a ser casi total y el fraude fue, de hecho, el mecanismo a través del cual, la industria minera hondureña se escapaba del sistema imperial de exportación para convertirse en una industria –y una cultura– semiautónoma”. (…) “El establecimiento de El Corpus tenía todos los rasgos de una brava comunidad minera. La región bullía de vagabundos y pícaros. Valenzuela Venegas ordenó que todos los españoles, negros, mulatos y mestizos tendrían que tener trabajo estable o en otro caso marcharse.” (He aquí una disposición tempraneramente capitalista). El juego de azar, “aunque prohibido, se practicaba ampliamente.” (…) “Los oficiales reales y los clérigos estaban fuertemente implicados dentro de la industria minera, lo cual era contrario a la ley.” (…) “El principal objetivo de esta extensa investigación”, de la Corona española, “no era reformar las minas del Corpus, sino más bien una persecución intensiva y el procesamiento de aquellos responsables de los levantamientos que habían originado la visita. Un Felipe de Cevallos fue considerado como principal cabecilla.” (En otro momento volveré a las páginas de Murdo J. MacLeod, gran historiador de origen escocés que ha vivido en Florida y Guatemala).

Ahora leamos a Mario Felipe Martínez Castillo, en un capítulo de su libro “Temas históricos inéditos de Honduras” (Imprenta López, 2009), que me obsequió con la siguiente dedicatoria: “Para el Lic. Segisfredo Infante, con mucho cariño de su exprofesor.” Luego aparece su rúbrica. El capítulo aludido se titula “Mineral del Corpus”, sabroso en información según investigaciones verificadas en el “Archivo General de Indias” y otras partes: Sabemos, dice Mario Felipe, “que el primer descubridor del Mineral fue Bartholomé Garache, aunque el documento en referencia no menciona la fecha en que fue descubierto.” (…) Fecha que sólo podemos deducir y aproximar según “un testimonio del comerciante Miguel Francisco de Yxula”, dando como resultado el posible año de 1684. “Una de las primeras referencias específicas, haciendo mención al Mineral, es un documento de 1690 (sic) en un Juicio de Residencia contra los herederos del Alférez Juan Salvador de Otero y contra Don Sebastián Díaz de Ortega, donde se remite el expediente al dicho Mineral.” (…) Y es (sic) “a partir de 1692 que se tienen datos de producción y en la documentación aparecen los primeros nombres de mineros, entre ellos Juan Ortega de la Vega, Juan González Carballo, Bartholomé Garache, Diego de Zepeda, alguien de nombre Sebastián (aparece ilegible), Antonio de Arada, Juan Ortega de la Cueva”.

Rápidamente, continúa Martínez Castillo, “el Mineral fue poblándose al correr la noticia de la opulencia de los minerales y la llegada al mismo de todo tipo de gentes entre los años de 1693-1695”. (…) “En el año de 1695 se suceden unos tumultos, exactamente el día 4 de mayo, que según reza el documento citado estaba originado por el mercader español Gabriel de Echeverría junto con el Alcalde Mayor de Tegucigalpa Don Juan Alonso Cordero”, al pretender “apoderarse de todas las minas de oro.” (…) “A raíz de estos sucesos se origina la visita del Oidor Francisco de Valenzuela Venegas junto al Alcalde Mayor Santiago de Berroterán; a la llegada de este se originan otros tumultos iniciados por un tal Felipe de Cevallos”, en medio de una fragua de acontecimientos.

Las principales minas de El Corpus eran las siguientes: “Jesús de Nazareno”; “San Bartolomé”; “El Corpus”; “Espíritu Santo”; “Santísimo Sacramento, alias la Dura”; “San Antonio”; “Nuestra Señora de la Asunción”; “Clavo Rico”; “Mina de la Concepción”; “San Judas” y “San Juan”. Entiendo que unos muchachos de la Carrera de Historia de la UNAH realizaron una investigación, en 1986, sobre la minería de El Corpus, pero nunca tuve acceso a los resultados, aun cuando la idea principal es compartir con los lectores.

Distrito Central de Honduras, 04 de febrero del año 2024.

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