Contracorriente: Barrios, ¿el espantapájaros de Mel?

ZV
/
23 de febrero de 2024
/
12:03 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Contracorriente: Barrios, ¿el espantapájaros de Mel?

Por: Juan Ramón Martínez

De acuerdo a los indicios, se sigue el guion del ecuatoriano Correa. Por ello, ahora la emprenden en contra de las Fuerzas Armadas. Ratificando una inventada culpabilidad por los hechos del 2009; y castigando a sus oficiales por la represión en contra de los que protestaban por los resultados electorales en 2017. En lo primero, el diputado Ramón Barrios, ha presentado una moción para eliminar, de entre las responsabilidades de los militares, la tarea de asegurar la sucesión presidencial. Ante este tema, algunos la han emprendido en contra del diputado Barrios, acusándolo de no haber consultado a los líderes del PLR; que nació en Nicaragua; que, aunque enseña derecho constitucional no conoce la materia; y lo más ofensivo que es, feo. Reconocemos que Barrios tiene autoridad para ejercer su competencia en el Congreso Nacional, sin consultar a Mel Zelaya y a su esposa. Si en efecto nació en Nicaragua; pero tiene una partida, vía reposición del RNP, es hondureño, aunque se puede investigar la licitud de la documentación. Creemos que, conoce poco en materia de derecho constitucional, cosa que demostraremos más adelante. Su fealdad, es cosa privada; y solo suya. En la que somos los menos autorizados para referirnos a estos temas de belleza masculina. Dios nos salve de caer en estas debilidades.

La Constitución de 1982, es un cuerpo jurídico, integral y coherente, en el que todas sus partes están íntimamente ligadas. De modo que no se puede tratar en términos constitucionales, de la reforma de una parte de un artículo, en este caso el 272, sin inquietar al conjunto; y especialmente, a la especie a la que pertenece. El artículo que Barrios pretende reformar forma parte de la categoría de los artículos irreformables de la Constitución, en vista que son la base en la que se sustenta la seguridad jurídica nacional, porque tienen que ver con el territorio, la soberanía, la supremacía del soberano, el modo de gobierno, su estructuras económicas, la democracia como forma de gobierno y dentro de ella, las elecciones, la sucesión presencial y las fórmulas que usa el pueblo para defender la integridad del conjunto jurídico que, es esencial en Honduras. En este encuadre, la defensa de la continuidad del sistema democrático, está confiada a las Fuerzas Armadas. A estas, el diputado Barrios, por razones que exploraremos, quiere eximirlas de la responsabilidad, sin declarar quien las sustituirá, en lo que posiblemente es la mayor falla formal de Barrios, porque lo que busca es que la Constitución de 1982, quede sola y desamparada. Y en el bosque olanchano, cuando el lobo hambriento la acose, no haya nadie que la defienda. Es decir que, hay que reconocer al diputado Barrios su inocente franqueza e ingenua sinceridad: quiere despedir a los guardianes, para que los ladrones, nos asalten, sabiendo que irán al mandado; porque nadie, estará en la puerta, impidiendo el ingreso de los delincuentes.

Aunque lo parezca, Barrios no es tonto; ni estúpido. Claro, el cree que nosotros lo somos; y, porque enseña, — sin autoridad científica como hemos demostrado–, a jóvenes que no les interesa el asunto, se cree legitimo para imponernos su voluntad, sin demostrar que tiene profesionalidad en lo que propone. En primer lugar, lo que propone es imposible tratarlo en el Congreso. Más bien constituye un delito emprender la tarea en su fase preliminar. Los artículos pétreos, son intocables; y, nadie puede reformarlos, sin incurrir en delito. Y en términos prácticos, Barrios olvida – posiblemente porque sus alumnos no se lo preguntan—que, para hacer reformas a la Constitución se necesitan 86 votos favorables; y, además, dos legislaturas sucesivas, para que la reforma pueda entrar en vigencia. Aparentemente, estas cosas no le preocupan a Barrios, porque de repente no le interesa la reforma, sino cumplir el mandado que le han dado: hacer de espantapájaros, para amenazar a los militares esperando que estos se echen a correr. Incluso, nos parece que no es accidental que en el momento en que presenta su iniciativa se acuse al coronel Ponce Martínez, miembro de los mandos superiores de las FFAA, por un delito de homicidio de manifestantes que protestaban en el 2017.

Entonces si la finalidad es cumplir la recomendación de Correa para debilitar y destruir a las Fuerzas Armadas, no es necesario un falso constitucionalista. Bastaba con un “quema llantas”, nada más.

[email protected]

Más de Columnistas
Lo Más Visto