¿ESOS DECIRES?

ZV
/
23 de febrero de 2024
/
12:06 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
¿ESOS DECIRES?

“¡SOLO una reflexión –mensaje de la amiga doctora– años de educación mediocre han creado personas capaces de pensar y de dar argumentos incoherentes; parte de la estrategia de estos grupos políticos, pero ¿qué podemos hacer?”. “Hay cuatro cosas –bien decía Napoleón Bonaparte– que ponen al hombre en acción: interés, amor, miedo y fe”. “El miedo es una forma de despertar en este país las mentes dormidas y con poco interés”. “Quizás así, no perdemos la batalla”. Otra buena amiga: “Pobrecita la Catrequita”. “Dicen que los animales dan su vida por los que aman, ¿será que la ofreció por su benefactor?”. Otro amigo lector: “Me identifico con la Catreca. Mi perrita se nos está alejando de este mundo”. “Así son los designios de Dios”. “Solo le dan pocas horas, desahuciada por una malvada enfermedad renal”. “La hemos atendido con sus médicos, pero es ya imposible”. “Pronto volará alto nuestra querida perrita a sus 10 años”. “Cuando unos malvados me asaltaron y me mataron la mamá, ella también me acompañaba, pero tuvo miedo y se fue a esconder”. El consejo de Teresa de Calcuta: “Hay que amar a los animales”.

“¡Qué brote de dopamina! –escribe la leída amiga– leer mi comentario en el editorial”. “Siempre se aprende, pero estos decires suyos me encantan”. Voy a empezar a usar “embolia sectaria” y “catarata mental”. Alusivo a la conversación de cierre: (Me contaste –entra el Sisimite– que la doctora del vecindario regresó a su trabajo en los USA y se llevó a Firulito José. -Pues sí –amplía Winston– y no se fueron mojados tampoco. Cuenta, “viera qué “cocky” se ha vuelto, me tiene de esclava, y a usted Winston lo tiene de chofer”. Eso de “cocky” será porque Firulito no pasó el TOEFL que mide su nivel de inglés. Pero practicándolo con un amigo alpinista que se encontró, pronto se hace bilingüe. -Aquí –interrumpe el Sisimite– nos pidieron agradecer todos los mensajes elogiosos que miembros del colectivo enviaron al editorialista; manifestar que los valora, pero no los publica, para que no se les ocurra asumir que esta columna solo es de cumbos. -Sí –interviene Winston– y hablando de las luces que generosamente recibimos de lectores del colectivo, hay que aclarar que las luces bajas son útiles para no encandilar al que viene en sentido contrario. Pero las altas sirven para orientarse a la distancia. -Pero agregá, además –interrumpe el Sisimite– que eso es en la oscuridad de la noche o cuando hay neblina. -Por supuesto –riposta Winston– está sobrentendido. Lo no dicho es que esos rociadores de neblina y desconfianza, que andan con las luces apagadas, también ven chueco de día, por la embolia sectaria y la catarata mental que los obnubila).

“Púchica” –escribe la amiga abogada– “estamos conectados; camino a la escuela, la chica que transporto, venía fascinada hablando de tecolotes y lechuzas”. “Como hay que aprovechar el tiempo, le pregunté: ¿Sabés qué nos diferencia a los animales y a los seres humanos?”. “Que los primeros matan para vivir y los segundos viven para matar y destruir”. La sentencia bíblica: “No es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre; mas lo que sale por la boca, eso contamina al hombre”. (La cita exacta –entra el Sisimite– del Nazareno sería: “¿También vosotros estáis sin entendimiento? ¿No entendéis aún, que todo lo que entra en la boca va al vientre y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón, sale; y eso contamina al hombre”. -Otra razón –interrumpe Winston– de por qué a los animales no nos dieron el don de la palabra. Para no contaminar la sociedad, como lo hacen las lenguas viperinas con sus hirientes falsedades. Digamos, yo ladro para quejarme, para alertar, para espantar, para manifestar contrariedad, alegría o ansiedad, pero como ninguno de esos majes entiende mi lenguaje, a nadie ofendo con lo que sale de mi boca. Esa es la ventaja de ser animal, ni remotamente dañino como esos otros animales).

Más de Editorial
Lo Más Visto