¡Sí pudiste Ulissa Gabriela!

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25 de febrero de 2024
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12:02 am
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¡Sí pudiste Ulissa Gabriela!

Por: Dr. Horacio Ulises Barrios Solano

Mi nieta Ulissa Gabriela estuvo de cumpleaños el pasado 16 de febrero de este año y muchísimo antes de esa fecha tuve una larga plática con ella y en este artículo condensé los puntos torales que abordamos.

A los 16 años anheló y logró estudiar agronomía, pero, en El Zamorano y, después de un estricto proceso de admisión logró ingresar en enero del 2017 y el 5 de diciembre del 2020 se graduó de Ingeniero Agrónomo ¡una más del “sexo débil” que rompe esquemas arcaicos!; su tesis versó sobre la porcicultura siendo su asesor el magíster Rogel Castillo que ella considera su profesor favorito, porque siempre le exigió impulsándola a alcanzar sus metas quedando al descubierto ser excelente catedrático.

En la actualidad a sus 25 años de edad considera que la mejor etapa de su vida fue estudiar en El Zamorano ya que forjó la persona que es hoy en día y además hoy forma parte de una “familia de por vida” que no es consanguínea, ni política en donde vivió experiencias que jamás imaginó, conoció distintas culturas por la heterogeneidad de los estudiantes.

Su experiencia positivísima en El Zamorano fue haber realizado su práctica profesional de 3 meses en una granja avícola panameña y tenía 20 años cuando viajó sola a “la ciudad canalera” pero, que se extendieron a 5 meses debido la pandemia del COVID-19, obviamente, se quedó varada, sin embargo, logró salir en un vuelo de emergencia aunque, este imponderable le permitió entender que debemos ser agradecidos y apreciar el tiempo que tenemos con nuestros seres más queridos porque es contado empero, ello le permitió conocer la verdadera independencia, en contraste cuando estuvo interna en el campus de la universidad lejos de casa, no obstante, de que en el tenía independencia relativa pero, debía seguir las reglas del centro de estudios que colindan con lo “draconiano”, sin embargo, en Panamá todo dependía únicamente de ella, pues si quería comer, ella debía cocinar, si quería salir, también ponía la hora de llegada, etc. cabe recalcar que esta responsabilidad le encantó y le emocionó poder tener eso. Comenta que aprendió mucho de sí misma en la pasantía permitiéndole adentrarse en la cultura panameña conociendo buena parte del país y desde luego un mayor espectro profesional en el área avícola, algo que previamente no le había tomado interés.

Tiene pocas experiencias negativas en El Zamorano, pero, hay una que predominó para ella y muchas mujeres, pues creen algunos hombres que la agronomía sólo es para ellos y en su tercer año hubo un módulo de campo, como muchos y, de 10 estudiantes solamente 2 eran mujeres, pero, en lo particular a ella no fue un inconveniente ya que vivimos en el siglo XXI y existe una mentalidad relativamente equitativa sobre el hombre y la mujer. Desafortunadamente, este no siempre es el caso, sin embargo, se encontró en situaciones en donde se le quiso minimizar por estar en un ambiente “varonil” en el cual suponían que no iba a “sobresalir” pero, le agradece a Dios y a mi madre de quién heredó “el temperamento colérico” (según Hipócrates) que tiene, ya que siempre se ha sabido dar su lugar y no dejar que cosas irrelevantes le afecten. No obstante, son situaciones que a muchas mujeres desaniman y desmotivan.

Me contó que uno de los retos más grandes que enfrentó en El Zamorano fue en su tercer año cuando cursó y reprobó la clase de riego y drenaje. En ese tiempo, a sus 20 años de edad nunca había reprobado una clase pero, en muchas universidades para la mayoría de los estudiantes reprobar una materia no significa el final del mundo ya que pueden volver a cursarla en el próximo periodo, sin embargo, en su universidad es una experiencia completamente distinta porque, al reprobar una asignatura solo existe una oportunidad de recuperación y si no es aprobada, no hay segunda, consecuentemente, el estudiante debe de retirarse del centro de estudios y esperar un año para volver a ingresar. Así que, mucho está en juego, pero, afortunadamente, aprobó la recuperación con éxito y pudo continuar sus estudios sin interrupción.

Para concluir nos contó que el “acicate” para estudiar su maestría en Finanzas fue el autor de este artículo, que dicho sea de paso fui su asesor temático, aunque, relató que estando en el kínder para un evento los niños deberían ir acicalados con vestidos alusivos al profesional que quisieran ser cuando fueran “grandes” y ella decidió ir de “banquera”.

¿Y qué mejor que una ingeniero agrónomo de la Universidad de El Zamorano, magíster en Finanzas de UNITEC y bilingüe en este mundo globalizado cuya plataforma comercial, aunque duela es el dólar estadounidense?

¡FELICIDADES ULISSA GABRIELA Y QUE DIOS TE BENDIGA!

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