EN GUATEMALA MUERE JOSÉ CECILIO DEL VALLE

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9 de marzo de 2024
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EN GUATEMALA MUERE JOSÉ CECILIO DEL VALLE

César Neftaly Martínez (*)

Prócer de la independencia de Centroamérica. Nació el 22 de noviembre de 1777, en una familia de hacendados en la Villa de Jerez de Choluteca, Honduras. Su nombre completo: José Cecilio Díaz del Valle. Fue un filósofo, abogado, periodista y político hondureño.

Acababa de ser electo Presidente de Centroamérica, después de que sus amigos lanzaron tres veces sucesivas a la consideración del pueblo, el sabio centroamericano José Cecilio del Valle, cuando le llegó la muerte el 2 de marzo de 1843, mientras en estado de gravedad, era conducido de su hacienda La Concepción a la ciudad de Guatemala, con el objeto de que los médicos combatieran en aquella capital, las dolencias que lo aquejaban.

José Bernardo Valle, hijo del ilustre hondureño, a solicitud del brillante poeta cubano José Joaquín Palma, relata este triste momento de la siguiente manera: “Acostumbraba hacer, con toda su familia, todos los años, una temporada en su hacienda “La Concepción distante diez y ocho leguas de Guatemala; y allí permanecía desde fines de diciembre de 1833, disfrutando de la mejor salud, hasta el primero de febrero de 1834, día desde el cual empezó a padecer achaques diversos pero en ningún concepto graves.

El sábado 22 del mismo, a las cinco de la tarde, fue repentinamente atacado de fuerte fatiga, con hervor de pecho, ya de un carácter tanto más serio tanto que jamás lo había padecido; que amenazaba ahogarle y hacía balbucear su voz, logrando a esfuerzos de la familia cediera algún tanto ese accidente.

De Guatemala asistió el capellán de la familia, el presbítero don Mariano Borjas, para llamar al doctor don Quirino Flores médico de la familia y quien en efecto llegó a La Concepción el martes 25 del propio mes, donde escuchó del prócer y la familia el desarrollo de la enfermedad. El doctor Flores, no dio a la enfermedad la importancia necesaria y solo recetó unos vomitivos de Ipecacuana, que no dieron los resultados esperados, lo que produjo como resultado que el sabio tuviera que ser trasladado a la capital en camillas.

Esa misma mañana llegó a su hacienda del El Jute, en donde el enfermó sintió una leve mejoría y esto llenó de esperanzas a la familia. Mas por la noche de ese mismo día hubo inesperadamente una nueva gravedad, misma que se insinuó con un largo delirio. En esta situación, el sabio tenía que congeniar con la repugnante tarea de “renunciar” momentáneamente a asumir la presidencia de Centroamérica que había ganado y que era su presidente electo.

En esa madrugada, regresó la fatiga y los síntomas del 22 de febrero anterior, aunque con menos fuerza, y calmado de este incidente regresó a su hacienda de “Corral de Piedra”, distante todavía a 12 leguas de la capital. Pero a media jornada, y a eso de las diez de la mañana del domingo 2 de marzo, la suerte no permitía más vida a Valle; arrebatándolo a su patria y familia en medio de un llano, y sin otro abrigo que la sombra de su camilla.

Su oración de despedida fue esta: “Padre, conozco que estoy ya en los últimos periodos de mi existencia, y necesito de los auxilios espirituales para devolver mi alma al Creador que me la dio”.

Ya sin habla, vio a su querido hijo de diez años de edad, que, impelido por el amor filial, se arrojó sobre su idolatrado padre, quien tomó su mano y la estrechó contra su moribundo pecho en una tierna y conmovedora escena de despedida final. Así murió el virtuoso redactor del Acta de Independencia de Centroamérica, y celebérrimo e insigne hijo de Centroamérica, dejando en la orfandad a su viuda, a dos hermanas y a cinco hijos pequeños y de los cuales solo uno era hombrecito. Sus exequias, las costeó su familia, al agotarse lo que de parte del Estado se había agotado.

El Poder Legislativo en decreto del 21 de marzo, declaró como un suceso infausto para el Estado, la muerte de don José Cecilio del Valle. Las iglesias de la capital doblaban sus campanas en señal de pesar por la partida sin retorno del más grande hombre de Centroamérica en ese momento.

Uno de los diputados mocionantes, para que se emitiera el decreto de la Asamblea de Centroamérica por la muerte de Valle fue el Dr. José María Castilla, quien dijo en el seno de la Asamblea: Mirabeau interrumpió una importante disertación en la Asamblea Constituyente de Francia, para pedir un día de luto por la muerte de Franklin que había fallecido en los Estados Unidos, y poco ha el ciudadano Valle pidió lo mismo, en favor del sabio señor Bentham al Congreso Federal sin ser individuo de él. Yo lo hago ahora, no por un sabio extranjero, sino por un digno compatriota, por uno de los mejores ornamentos de la República, cuyos escritos extendieron su nombre por Europa, y lo asociaron a los cuerpos literarios de más fama de los pueblos cultos”.

Valle murió en un momento decisivo para la Federación. Quizá si él hubiera tomado las riendas, se hubiera salvado la patria grande. Hoy lo recordamos como un sabio eminentísimo, paralelo con el gran Simón Bolívar.

Fuente: Fechas de la historia de Honduras.
Don Víctor Cáceres Lara, 1964.
02 MARZO DE 1834.

(*) MSc. Director Casa de la Cultura de Olanchito, Yoro.

 

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