Los Pech, pacífica etnia que lucha por sobrevivir

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16 de marzo de 2024
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04:10 am
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Los Pech, pacífica etnia que lucha por sobrevivir

Los niños indígenas ya son educados en su lengua, pero sin perder el idioma español, por lo que mantienen su estado bilingüe.

DULCE NOMBRE DE CULMÍ, Olancho. Los integrantes de la tribu indígena pech, sobreviven en varias regiones del departamento de Olancho, Colón y Gracias a Dios.

Sobre todo, tienen sus asentamientos en varias aldeas del municipio de Culmí, Las Marías, municipio de San Esteban, Olancho; Silín, Colón y las riberas del río Patuca, camino a La Mosquitia hondureña.

Históricamente, esa comunidad indígena se autodenomina “pech” (“Gente”) y para referirse a los demás utilizan los términos “pech-akuá” (“la otra gente”).

Un estudio de la Casa de la Cultura de Juticalpa, cabecera departamental de Olancho, sostiene que los nombres “payas”, “payar”, “poyers”, “palyers”, “pahayas”, con los que algunos los refieren, son considerados peyorativos, pues hacen alusión a “bárbaros” o “incivilizados”.

Aunque algunos autores sostienen que hablaban una lengua aislada, la opinión de mayor consenso la ubica dentro de las lenguas chibcha, con origen en América del Sur, de donde se supone que llegaron a Honduras, antes de la colonización.

Sus asentamientos ancestrales, fueron las tierras bajas del este de Honduras, precisamente en la región conocida como La Mosquitia.

Durante la colonia, ocuparon los territorios comprendidos entre los ríos Aguán y Patuca, rodeados de grandes selvas.

Los pech sobreviven en varias comunidades asentadas en los departamentos de Olancho, Colón y Gracias a Dios.

GENTE NÓMADA

El inglés Thomas Young, en su libro “Narración de la residencia en la Costa Mosquito, durante los años 1839, 1840 y 1841”, refiriéndose a los pech, refiere que: “Hay otros payas menos civilizados que se les llama salvajes, porque vagan por los bosques, haciendo sus siembras, que no vuelven a ver hasta que vuelven a recoger la cosecha. Viven en los márgenes del río Sico y por eso se les llama Sicos”.

De estatura mediana, entre 1.50 Y 1.75 metros, tienen espaldas anchas, cuello corto, pómulos salientes y nariz pequeña.

La barba y bigote es muy escaso; el cabello es de color negro, grueso, liso y abundante; el cuerpo en ambos sexos, carece casi completamente de vello, muchos tienen los ojos oblicuos, dándole alguna semejanza con la raza mongólica.

Algunos historiadores indicaron que los pech llegaron al departamento de Olancho, Honduras, antes de la colonia española, procedentes de Suramérica.

SU GRAN FUERZA

Son extraordinariamente fuertes, perseverantes, capaces de llevar grandes pesos sobre sus espaldas, recorrían grandes distancias, transportando sus productos a los centros comerciales.

Sostenían la carga por medio de un “bambador” o “mecapal” que se colocaban en la frente (“tikimi-ká”, en pech).

Las mujeres son fuertes. Llevan bultos más pesados que los hombres, un cronista ha relatado: “He visto una mujer anciana regresando de la plantación, vacilando y bajo una carga pesadísima; mientras que el marido, sigue a poca distancia, no trayendo más que su machete, escopeta y chuspa (bolsa)”.

“Vivían en pequeñas aldeas, construidas sobre colinas cerca de las quebradas. Construían sus casas utilizando varas de madera y lodo, o sea de bahareque y cubrían el techo de su casa con tapuca, pacaya y manaca, era levantada sobre 4 horcones, los que servían para tender hamacas fabricadas de corteza de árbol como chumeco, pita, etcétera”.

El popular “Sasal”, es el principal producto comestibles agrícola elaborado por los pech en sus asentamientos rurales en el municipio de Dulce Nombre de Culmí, Olancho.

ORGANIZACIÓN SOCIAL

El pueblo pech descansaba en la familia extensa, compuesta por varios miembros, unidos por diferentes grados de parentesco, que compartían la misma vivienda.

Refiere el “gringo” que había jefes tribales, consejeros, sacerdotes y chamanes. En el área productiva se dividían en cazadores, agricultores y pescadores.

Las mujeres pech participan mucho en la vida económica de su aldea, ellas han sido artesanas, agricultoras, pescadoras, curanderas y chamanes.

Durante el embarazo se las separaba de sus tareas para proteger la procreación.

A los pech se les conoce más en el departamento de Olancho, con el peyorativo de payas, pero ellos lo consideran denigrante.

LA ECONOMÍA PECH

Se caracteriza porque su producción es a nivel de subsistencia, todo se consume según las necesidades, no se crean excedentes.

La agricultura se caracterizaba por ser itinerante con un sistema de roza y quema. El área usada para cultivar, variaba según la estación.

Por lo general, la tierra la dejaban descansar de cinco a ocho años. Sus cultivos principales eran la yuca, los frijoles y el maíz.

Para recolectar el maíz del cual elaboran comidas, bebidas alimenticias y embriagantes, tomaban en cuenta las fases de la Luna, pues, si lo hacían en Luna Tierna (Luna Nueva) el maíz, se “picaba”.

SON AMBIENTALISTAS Conocedores de los ricos bosques que habitaban, recolectaron pimienta, explotaron el oro en los ríos y quebradas y dedicaron gran parte de su tiempo a la explotación de la resina del liquidámbar, actividad productiva que ha trascendido con el tiempo.

Era tradicional la caza de especies menores, como las aves. Cultivaban algodón, a partir del cual las mujeres obtenían telas.

Se elaboraban cuerdas, hamacas y bolsos de henequén y de otra fibra extraída del mahoe o majagua, así también ropa de cama y hamacas de la cáscara del tuno, del palo are-katore-ha y del árbol del hule. Trabajaban madera, hueso de animales, cerámica y piedra.

Los miembros de esta tribu sobreviven en varias comunidades rurales, incluso montañosas.

LA HISTORIA

Según estudios realizados, los conquistadores tardaron mucho tiempo en penetrar el área pech. La primera expedición se llevó a cabo en 1564, pero, debido a la fuerte oposición de los indígenas, se decidió que debían utilizar la penetración religiosa para dominarlos.

A mediados del Siglo XVIII, los piratas ingleses, franceses y holandeses se establecieron en La Mosquitia hondureña y usaron a la tribu misquita que también habitaba la región.

Les proporcionaban armas de fuego y con estas obligaron a otros grupos indígenas, entre ellos los pech a replegarse al interior del territorio selvático.

Señalan que a lo largo de todo el Siglo XVIII, los misquitos cometieron muchas atrocidades contra los pech, con el fin de capturarlos y venderlos como esclavos a los comerciantes ingleses.

La población pech, se redujo drásticamente y para ese entonces vivían en el corazón de la zona selvática de Agalta (Olancho).

De acuerdo con los relatos de ancianos: “Por cuatro siglos, los pech vagaron errantes por la selva de Agalta”.

La ventaja de ser un pueblo nómada y su estrategia de supervivencia étnica-cultural, les permitió sobrevivir y mantener viva su cosmogonía, su religiosidad, su organización social y su tradición alimenticia.

Los miembros de esta tribu sobreviven en varias comunidades rurales, incluso montañosas.

COMIDA ANCESTRAL

El “Sasal” es una de las comidas típicas de la etnia pech. Elaborado a base de yuca, envuelto en hojas de plátano, como si fuera un nacatamal de yuca, es un alimento muy ancestral y forma parte de la gastronomía de este pueblo primario de Honduras.

Desde 1985, los pech se organizaron en la Federación de Tribus Indígenas Pech de Honduras (Fetriph), que está integrada por diez tribus asentadas en los departamentos de Olancho, Gracias a Dios y Colón, con un total aproximado de 3,000 miembros. (FS)

El municipio de Dulce Nombre de Culmí, ubicado al costado este del departamento de Olancho y fronterizo con la Biosfera del Río Plátano, es el histórico asentamiento de los pech.

DATOS
Sus principales comunidades son: El Culuco, Jocomico, Agua Zarca, Brisas de Pisijire, Subirana, El Zopilote, Vallecito, asentadas en el municipio de Culmí; Las Marías y Santa María del Carbón, municipio de San Esteban, Olancho; comunidad de Silín, Colón, y en Gracias a Dios.

La Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, UPNFM, en Tegucigalpa, Francisco Morazán, forma actualmente docentes de esta etnia, respetando su lenguaje, cultura, tradiciones y fomentando una formación bilingüe. El Himno Nacional lo cantan en su lengua nativa.

Aunque las condiciones de vida han mejorado, aún queda mucho que hacer por el bienestar de la comunidad indígena pech.

El municipio de Dulce Nombre de Culmí, ubicado al costado este del departamento de Olancho y fronterizo con la Biosfera del Río Plátano, es el histórico asentamiento de los pech.
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