Acrocomía y su fruto el coyol, planta mesoamericana.

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23 de marzo de 2024
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12:57 am
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Acrocomía y su fruto el coyol, planta mesoamericana.

Foto de El Heraldo, 12 de marzo 2016. Pág. 16. Tomando vino de coyol con carrizo.

Juan Manuel Aguilar Flores

Con la cercanía de Semana Santa, se publican datos sobre el vino de coyol, muchos disfrutan de su bebida en la región de Olancho, aunque hay otras regiones. Se divulga la extracción de la savia para bebida, pero hasta allí. En este apunte daré datos no de la planta, sino de su fruto, el Coyol (Foto). Según análisis de restos carbonizados en occidente de Honduras y otros sitios de la región, hay evidencias de restos de coyol (acrocomía mexicana). El vocablo coyol es náhuatl, los mayas yucatecos llamaban “tuc”; para el tol o jicaque “ya cul” y “ava” para el pech o paya. Los usos de esta planta han sido documentados a lo largo de Mesoamérica. La fruta del coyol, la pulpa, fue consumida fresca o a veces guardada en recipientes para uso posterior. Los mayas yucatecos consumían las semillas frescas, también preparaban una bebida: “Los indígenas mayas las asan, en especie de fogones hechos en agujeros en la tierra que utilizan como estufas y comen la pulpa (mesocarpio) que tiene la semilla -también la cocinan con miel”. Este endulzante no fue problema, los indígenas conocían el trato con las abejas y la vainilla (1). La semilla tiene un interior que parece una sabrosa avellaneda, de gran beneficio para los indígenas en tiempos de escasez, porque tenían gran cantidad de ellas y ellos prepararan un plato y bebida saludable y muy sustentadora. Además, dieron usos medicinales: un remedio para la sangre; la orina y la diabetes. Los indígenas tolpan o jicaque de la montaña de La Flor (Honduras) hacían uso del coyol y sembraban árboles en huertos de las casas, consumía la fruta y preparan vino de la savia de los árboles talados. También fue excelente fuente de aceite, extraído de la semilla y del mesocarpio. Para sacar las nueces se quebraban los duros endocarpios entre dos piedras grandes. Por lo menos en dos zonas arqueológicas en Honduras “El Cajón” y “Copán”, hallaron grandes cascanueces de piedras con depresiones de 2-3 de diámetros, estas pudieron haber sido instrumentos ideales para cascar las nueces de coyol. Por mucho tiempo se ha tenido que los mayas prehistóricos y otros pueblos mesoamericanos precolombinos dependían para su alimentación, no solamente maíz, frijoles y ayotes. Estudios científicos revelan presencia de acrocomía en sus tres especies: acrocomía mexicana, acrocomía vinífera y acrocomía belizensis (2). Hoy, el vino extraído de los árboles talados, de manera jocosa se le denominaba “reculona”, muchos ingerían la bebida, por medio de un carrizo (con un colador de tela en el extremo que hacía contacto con la savia), estando en cuchillas, esperando su “punto”. Al tomarlo se levantaban con dificultad y la tendencia era dar unos pasos hacia atrás y caer de espalda (3).

El Coyol a la izquierda. A la derecha corte transversal del mismo. Fuente Revista Yaxkin 1989.

Notas.
(1)-Lentz, David. “Acrocomía mexicana: La planta de los antiguos mesoamericanos. Revista Yaxkin Vol. XII, No. 1. año 1989. Págs. 78/95. IHAH.
(2)-Von Hagen, Víctor W. “El mundo de los Mayas”. México. 1960. Págs. 27-30.
(3)-Comunicaciones personales y referencias periodísticas con el tema.

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