Síndromes de disfuncionalidad institucional
Por: Marcio Enrique Sierra Mejia
En Honduras, estamos viviendo momentos en que la actividad política se ha tornado cada vez más tortuosa y dañina para la sociedad política, los partidos políticos y la sociedad en general. Se pueden observar síndromes de disfuncionalidad institucional, la desaparición de una visualización política, la presencia de vista social corta y el resquebrajamiento de la virtualidad, la honradez, la integridad, la decencia, la moralidad, la ética, la honestidad, la bondad, el pudor y la excelencia. Vemos la necesidad de un análisis de psicología política que nos pueda dar una referencia útil para realizar una limpieza aséptica a la que los políticos debiesen someterse para bien del pueblo hondureño.
Tanto el Partido Libre, el Partido Nacional, el Partido Liberal y el Partido Salvador de Honduras enfrentan ciertos problemas que se asocian con temas de la psicología política que las universidades deberían considerar en la formación de profesionales de la psicología. Ya en otros países latinoamericanos, Europa y Estados Unidos la psicología política forma parte de la agenda curricular en sus facultades. Desde la década de los setenta del siglo pasado ya la psicología política ha tomado importancia mundial, al punto de haberse creado, la fundación de la Sociedad Internacional de Psicología Política (ISPP) y la revista Political Psychology con suficiente bibliografía sobre el tema. Al respecto, se cuenta con una importante red de Psicología Política en Latinoamérica: Colectivos de Psicología de la Liberación en México, Costa Rica y Uruguay, Grupo de Psicología Política Latinoamericana (ULAPSI), Colectivo de Psicología Política de la Universidad de San Luis, Argentina: Asociación Brasilera de Psicología Política (ABPP), Red Latinoamericana de Psicología Política, Observatorio de Psicología Política Latinoamericana, Asociación Latinoamericana de Psicología política y la Asociación Ibero-Latinoamericana de Psicología Política ( AILPP), con sede en Medellín, Colombia.
El escenario político en Honduras deja ver la urgente tarea que tiene la Psicología Política en tratar científicamente el comportamiento de los políticos hondureños e igualmente hacer una valoración de las interacciones y las relaciones de mutua influencia entre las organizaciones políticas y el comportamiento de los ciudadanos. La incidencia que tienen los comportamientos políticos en el desarrollo de los ciudadanos hondureños, es preocupante. En nuestra sociedad política, ocurren comportamientos políticos patológicos propios de individuos con trastornos psicológicos que están incidiendo en la sociedad y afectan a la ciudadanía en general. Por ejemplo, el rechazo al partidismo como claro síndrome de aversión, ojeriza o antipatía política y el impacto de la corrupción en la mente de los ciudadanos que votan en las elecciones generales. Sobrevivimos en una lacerante realidad social de amplios sectores de la sociedad que sufren los efectos del comportamiento psicópata político que tiene la sociedad política nacional. Hay que tratar analíticamente los temas centrales psicopatológicos que genera la pobreza, el desempleo, la violencia en todas sus manifestaciones, la desnutrición, la exclusión social, el miedo, la desesperanza, el clientelismo político y la manipulación pública y privada. Enfrentamos enfermedades de la política que nos impiden salir del atraso. El poder intoxica la mente de los políticos hondureños. Sufren el “síndrome de Hubris”.
