REFLEXIONEMOS: La historia se repite

ZV
/
29 de marzo de 2024
/
12:07 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
REFLEXIONEMOS: La historia se repite

Por: German Edgardo Leitzelar Hernández*

A propósito de la Semana Santa. Sin pretender minimizar el profundo sentido que tiene para el cristianismo en su totalidad, quiero destacar que, desde aquellos lejanos tiempos, en una tierra dividida por conflictos políticos y religiosos, aquel personaje llamado Pilatos gobierna con mano dura y bajo su gestión, la corrupción y la opresión se vuelven desenfrenadas, y el pueblo sufre bajo un sistema por demás injusto.

En este contexto, aparece este líder espiritual llamado Jesús, quien predicó amor, compasión y justicia. Sus enseñanzas se vuelve un evento que gana rápidamente muchos seguidores entre aquellos que se sentían desfavorecidos y oprimidos, pero también atraen la atención de las autoridades corruptas pues ven en él una amenaza para su poder y control. A medida que Jesús gana seguidores y desafía abiertamente las injusticias del gobierno, Pilatos y sus aliados deciden que deben silenciarlo. Lo acusan de sedición, lo someten a un juicio injusto, manipulando la opinión pública en su contra. Jesús es arrestado, torturado y finalmente ejecutado públicamente de manera brutal, todo como un acto de intimidación para aquellos que se atrevan a desafiar el poder establecido.

El parangón que respetuosamente quisiera establecer con la política mal enfocada que vivimos en nuestro país, se hace más que evidente por la forma en que nuestros políticos manipulan la verdad, como se utilizan presiones y amenazas veladas para mantener el control, cómo se manipula y sacrifica la justicia, la legalidad y la institucionalidad en aras de mantener su propio poder. Y por eso con el debido respeto recordar la historia de la Pasión de Cristo es adecuado para recordar los peligros que representan liderazgos corruptos y la importancia de la resistencia pacífica frente a la opresión, con un alto componente de inteligencia y planificación.

La crisis política que actualmente vivimos en nuestra patria ha estado marcada por una serie de problemas que han destruido la confianza en las instituciones políticas tradicionales y han debilitado el papel de los partidos políticos. Entre los factores clave que han contribuido a esta situación se incluyen: corrupción generalizada, desigualdad socioeconómica, polarización política y la falta de representatividad legitima y desinteresada.

Si mencionamos a la corrupción, esta ha minado toda credibilidad en los partidos políticos y se lleva de encuentro incluso a los nuevos, destruyendo la confianza de los ciudadanos en el sistema político en general. Los escándalos de corrupción siempre señalan e involucran a líderes políticos prominentes y han revelado la connivencia entre el poder político y económico, y eso sin entrar a un análisis intenso de los efectos del denominado juicio del siglo, en el cual prácticamente la totalidad de la clase política se ve marcada por no decir señalada.

La desigualdad socioeconómica que se ha sostenido e incrementado, que además se profundiza más a cada momento también eleva la tensión política, las amplias brechas entre ricos y pobres que generan resentimiento y frustración entre sectores de la población que crecen cada vez más. La falta de oportunidades económicas y sociales para muchos ciudadanos ha alimentado el descontento y ha llevado a movimientos de protesta y desafíos a la autoridad establecida que se ven limitados por las presiones y coacción que vienen desde las cupulas de poder, lo que nos lleva a un éxodo de personas inmenso, en donde perdemos a muchos compatriotas que se ven obligados a buscar mejores destinos debido a la falta de oportunidad dentro del país.

La polarización política aumenta, la división es cada vez más profunda entre los diferentes sectores de la sociedad, lo cual debilita la capacidad de los partidos políticos para forjar consensos y encontrar soluciones a los problemas urgentes que enfrenta la región.

Esta falta de representatividad de los partidos políticos nos lleva a un crecimiento desproporcionado del desencanto con el sistema político en su conjunto. Son muchísimos los hondureños que sienten que los partidos tradicionales no los representan adecuadamente y están buscando alternativas políticas fuera de los esquemas tradicionales. Surgen movimientos, líderes políticos y otros que suponen desafiar el estatus, prometen cambios radicales en la forma en que se hacen las cosas en la política local, y no pasa de ser un acto panfletario o demagógico que poco o nada real ofrece al pueblo hondureño que sigue esperando soluciones, pero al final la falta de estructuras políticas sólidas y la fragmentación dificultan la consolidación de las alternativas.

Necesitamos que los partidos políticos vuelvan a sus orígenes y sean apoyo para la democracia, capacitar al pueblo, movilizarlos a participar, influir positivamente en políticas públicas, supervisar al gobierno, promover la transparencia y rendición de cuentas. Deben actuar la ruta y canal de las demandas sociales fomentando el civismo y educación en asuntos políticos. Además, ofrece las mejores opciones electorales, contribuir a la estabilidad y dinamismo del sistema democrático promoviendo la expresión social y la alternancia en el poder.

“ROMPAMOS CON EL CICLO NEGATIVO DE NUESTRA HISTORIA POLITICA”

*Abogado laboralista independiente

Si desea hacer comentarios favor escribir a [email protected]

Más de Columnistas
Lo Más Visto