Honduras sin garantía de trabajo decente

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6 de abril de 2024
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01:01 am
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Honduras sin garantía de trabajo decente

Ángela Marieta Sosa

Solo para ilustración, recordaremos que el 28 de abril es el día mundial de la seguridad y la salud en el trabajo, y en la Declaración del Centenario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para el Futuro del Trabajo, adoptada en 2019 con miras a promover un enfoque del futuro laboral centrado en las personas, la conferencia declaró que las condiciones de trabajo seguras y saludables son fundamentales para el trabajo decente; así mismo, para lograr un entorno seguro y saludable, se requiere la participación activa de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores mediante un sistema de derechos, responsabilidades y deberes bien definidos, así como mediante el diálogo social y la cooperación.

Como siempre, la brecha de separación entre la declaración y la realidad de Honduras como Estado parte es enorme, y es que el garante, lejos de propiciar soluciones estructurales al desempleo, más bien las profundiza, siguiendo el guion novelesco de la izquierda internacional en el que la empresa privada nacional y la inversión internacional es la mala de la novela, el pueblo la víctima y el gobierno el defensor parlanchín que condena a quienes poseen los medios de producción en el país, un estigma social trillado y polarizante.

Y es que el pobre argumento del actual gobierno al asunto del desempleo se ve reflejado en su página digital “popular Hn.” en donde su proclama es “Desempleo, subempleo e irrespeto a los derechos laborales, una deuda de la empresa privada hondureña”, cuando toda la hondureñidad sabe que es una deuda estructural condicionada por un gobierno negligente, que no ha generado los beneficios jurídicos y sociales adecuados para que la empresa privada y la inversión extranjera creen mayores cantidades de trabajo.

Actualmente en Honduras existen dos millones y medio de hondureños con problemas de empleo y los pocos empleos que existen no son estables, en cuanto a la salud de los empleados aunque estén cotizando al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), se conoce la paupérrima situación de esta institución en cuanto a su capacidad de respuesta a las necesidades de salud de la masa laboral afiliada, no hay medicamentos, no hay equipos tecnológicos suficientes y eficientes, las consultas son tardías y las filas para obtenerlas son enormes.

Según el boletín laboral del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se requiere un ambicioso conjunto de políticas de gran alcance centrada en las personas y en particular, en la creación de empleo formal, sobre todo en Honduras que ocupa una tasa de desempleo al 2021 del 8.6%, además de que el 7% de las personas en edad de trabajar están desalentadas en el país, los jóvenes entre 15 y 29 años son los que presentan la tasa de desempleo más alta, incluso más alta que el desempleo nacional, lo cual podría implicar un sólido factor de expulsión que robustece las caravanas de migrantes hacia Estados Unidos de América y España.

Recientemente pudimos ver en redes sociales una joven universitaria recién graduada, que escribió en su toga, “necesito trabajo, pero en este país sin contactos políticos no hay empleo”, cuanta realidad expresada en una forma tan genuina y es que es la verdad, Honduras no es un país de oportunidades por igual, se necesita ser conocido o familiar de algún político para poder optar a un empleo, y entonces la pregunta que todos se hacen, ¿y de qué sirve graduarse con tanto esfuerzo físico y económico en la universidad, si al salir no hay oportunidad por meritocracia o por concurso?, eso sin tomar en cuenta que quienes estudian son privilegiados porque actualmente con el nivel de pobrezas que hay muchos jóvenes se quedan sin poder ingresar a la casa de estudios.

Es lamentable que en nuestro país pasan los gobiernos, sin pena ni gloria, favoreciendo a sus adeptos políticos y dejando a la mayoritaria parte restante de la población sin oportunidades, es nefasto que no se busquen los mecanismos de conciliación con la inversión extranjera y la empresa privada para beneficiar a la hondureñidad, es decepcionante escuchar un lenguaje confrontativo sin sustento ni razón, con quienes poseen los medios de producción, porque al final de esta historia quien pierde es la ciudadanía.

Magíster en derechos humanos

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