Por: Rodolfo Dumas Castillo
El tema energético es uno de los mayores obstáculos que tiene Honduras para desarrollar su economía. Es un barril sin fondo para las finanzas del Estado. Además, mantiene un sistema inestable, caro para los consumidores, con limitaciones severas en la entrega de potencia y constantes interrupciones del suministro, lo que representa una enorme barrera para el desarrollo de inversiones nacionales y la atracción de inversión extranjera. Claro, esto no es nada nuevo, pues el sector ha sido objeto de todo tipo de abusos por más de tres décadas. En todo caso, ya conocemos abundantemente los problemas, los vivimos a diario, lo importante es como superarlos.
Precisamente por eso nos llamó la atención un evento realizado recientemente denominado “Energía: Clave para el Nearshoring”, que reunió a empresas de energía de Honduras, Guatemala y El Salvador y que fue organizado por el HUGE Business & Investment Council, con el propósito de analizar las oportunidades y desafíos de una mayor integración energética regional. Que el evento contemplara el tema del nearshoring, sobre el cual escribimos ampliamente en esta columna desde el año 2022, nos atrajo aún más.
Genera optimismo conocer que HUGE, en colaboración con expertos en energía de los Estados Unidos de América y de nuestra región, han estado explorando estrategias para capitalizar una amplia gama de recursos energéticos. Es particularmente interesante que buena parte del enfoque se dirija hacia el gas natural (GNC y GNL), además de la necesidad de mejorar la integración energética y de transporte a nivel regional.
No podemos olvidar que Honduras, hace aproximadamente 20 años, perdió la oportunidad de contar con una planta de generación de energía en base a gas natural licuado. Se perdió producto de múltiples factores que persisten en nuestro entorno, especialmente la corrupción público-privada. Ese proyecto incluía una línea de transmisión desde Puerto Cortés hasta El Salvador, mejora de las subestaciones, conexión a la red SIEPAC y la instalación de fibra óptica en todo ese recorrido. Esa misma empresa posteriormente desarrolló exitosos proyectos en base a GNL en El Salvador, Panamá y República Dominicana, entre otros.
Ahora tenemos, nuevamente, una oportunidad histórica de capitalizar las ventajas competitivas del Triángulo Norte a través de actividades regionales coordinadas, para lo cual se requiere de fuentes de energía limpias y confiables para apoyar el desarrollo sostenible de la región, sin perjuicio que ya hemos perdido casi dos años desde que inició el nearshoring y que otros países nos han superado considerablemente en ese proceso.
Para aprovechar esta coyuntura, es importante tener acceso a opciones financieras que promuevan proyectos de menor impacto ambiental y mejorar nuestro clima de negocios. En ese sentido, será crucial lograr el apoyo de instituciones internacionales como el BID, la US-DFC y la International Finance Corporation (del Banco Mundial), teniendo esta última una cartera especialmente generosa para proyectos de energía. Todo esto, por supuesto, sin perjuicio de la atracción de inversionistas privados.
En el evento de HUGE se destacaron algunos proyectos pioneros como La Vegona II, liderado por Adolfo Larach del Grupo IRESA. Este incluye una planta solar de 1,200 MW con una instalación de almacenamiento por bombeo, que actúa como una gran batería para Centroamérica. Conectado a la red SIEPAC, este proyecto demuestra el potencial de las energías renovables y el almacenamiento para fortalecer la infraestructura energética de Honduras.
Otro proyecto significativo es el liderado por Grupo Elcatex en colaboración con Andalusian Energy en base a gas natural comprimido (GNC). Esta iniciativa diversifica las fuentes de generación energética a costos estables y competitivos, utilizando buques propulsados por gas natural para transportar el producto desde los Estados Unidos de América a Honduras y otros países de la región. Esto representa la llegada del gas natural a Honduras y con ello la diversificación de las fuentes de energía para los sectores industriales y residenciales.
Un factor que no se discutió en ese evento fue la posibilidad de generación de energía para autoconsumo, especialmente el funcionamiento de los medidores bidireccionales, que permiten devolver a los generadores créditos por los excedentes de energía inyectados al sistema. Esta decisión depende actualmente de la aprobación de la respectiva tarifa y sería un factor absolutamente revolucionario para nuestro contexto energético. Esperamos el gobierno abandone temores y por fin apruebe ese mecanismo que será de beneficio para todos.
Correo: [email protected]
