Milei contra pesos pesados

MA
/
10 de abril de 2024
/
12:17 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Milei contra pesos pesados

Por: Héctor A. Martínez (Sociólogo)

Tanteo. Milei es una especie de nadador disparatado que bracea contra la corriente de un río muy caudaloso, lo cual resulta ilógico y absurdo, pero solo para sus adversarios. Es, además, una especie de boxeador subversivo, una versión economicista del “Toro de las Pampas”, el legendario Luis Ángel Firpo. Sus enemigos son, no podía ser de otra manera, toda esa cáfila de aprovechados que viven del Estado y que le hacen alfombra roja a cada gobierno, sin importar la tendencia ideológica de este.

Swing. Milei quiere derribar de un golpe certero esa arraigada concepción del “calling” divino, de que el Estado es el padre ricachón y caritativo, al que hay que pedir todo cuanto se necesite.  “Pidan y se os dará”, parece ser la máxima, que se afincó en costumbre y ley en todo el continente. La creencia es de origen demográfico; surge cuando el crecimiento poblacional no encuentra correspondencia con el crecimiento económico, como dice Elías Canetti en “Masa y poder, y resta un sobrenadante de proletarios.

Cruzado. ¿Cómo puede Milei retar a un peso pesado sin parecer un economista inhumano, por un lado, y un político desequilibrado, por el otro? ¿Pretenderá, como dicen sus enemigos, volver a ese oscuro y nefasto pasado donde los “descamisados” eran las víctimas de un sistema deshumanizado, de no ser por Juan Domingo y “Evita”? En “Redentores”, Enrique Krauze asegura que con la legendaria pareja nace el populismo, ese sistema de regalías decretadas y secretas; esa versión personalizada y salvadora del Estado Benefactor.

Y he aquí el punto de inflexión. Para hacer llegar los frutos del progreso a los menos privilegiados que, a pesar de tener acceso al “laburo” y que apenas les alcanza para los choripanes del domingo en “La Bombonera”, existe una salida salvadora: un Estado fuerte, un campeón de los pesos pesados con la disponibilidad financiera como para cerrarle los espacios a la pobreza galopante de la Argentina.

Gancho. Para mantener en forma a ese campeón de las regalías se necesitan ingentes cantidades de recursos provenientes del sector productivo y endeudarse hasta la coronilla. La “justicia social” requiere de extendidas planillas de militantes asentados en las instituciones y de miles de intermediarios que repartan la “ayuda” estatal que, solo en raras ocasiones, llega hasta el cliente final, es decir, los pobres. De ahí se derivan las iras de Milei, y los contraataques de los privilegiados del paternalismo estatista, que no son los “descamisados”, sino los líderes sindicales, gremiales, empresarios protegidos y ciertos medios de prensa.

Uppercut. La estrategia de Milei en el ring político es simple, pero mortal: reducir ostensiblemente los gastos y subsidios; recortar la inefectiva burocracia que sangra las arcas del Estado en nombre de la justicia social, y preparar el terreno para un mercado de libre competencia.  Que Milei lo explique todo en función de una fraseología cargada de tecnicismos económicos, es porque las cosas no pueden decirse de otra manera, tal como nos tienen acostumbrados los políticos ignorantes que solapan la verdad con las chácharas de campaña.

Conteo final. Sería Milei, después de los Chicago Boys chilenos, el segundo retador de Latinoamérica que logre vencer al campeón del estatismo con un pragmatismo que tumbe la arraigada concepción de un Estado salvador de los pobres. Para eso tendremos que esperar hasta el final de los 12 asaltos. O un KO.

Más de Columnistas
Lo Más Visto