Déjame que te cuente…
Por: José María Leiva Leiva.
Confieso que, a mi edad, sumado con el combo de desagradables achaques con los que tengo que lidiar día con día, y encima, para poder “respirar aire fresco”, en medio de una atmósfera contaminada no sólo por el humo de los incendios forestales desatados por perversos émulos de Nerón, sino además por la oprobiosa politiquería alentada por los medios de comunicación con la que aquí se desayuna, almuerza y cena, la decadencia de los valores de la sociedad en general, la corruptela gubernamental y privada, y el individualismo materialista entre otras plagas destructivas y alienantes, me hace recurrir constantemente a los libros de autoestima y motivación que me han servido en gran medida para aprender, quitar telarañas de la mente, tomar oxígeno y me hacen mejor persona con mensajes llenos de calor humano y reflexión filosófica sobre el transcurrir y devenir de la vida.
Así como también me nutro de una valiosa selección de películas memorables llenas de arte, valor y cultura, con las que gozo, me divierto sanamente, me alientan, me enseñan, me divagan, ponen a volar mi imaginación, me hacen conocer bellísimos rincones del mundo, y por supuesto, me revisto de una coraza que me hace olvidar en gran medida de aquellos afanosos problemas que como un torbellino aturden y marean a quien no busca escapatoria… escapatoria entiéndase bien, a la que tenga opción y preferencia cada uno, pues cada quien se apaña como puede. Eso no importa. Lo importante es no dejarse engullir por el abismo, la zozobra, la actitud negativa, la adversidad y el espíritu tóxico de aquellos que abundan en nuestro medio, y se caracterizan por ser contaminantes.
Veamos ahora algunos de esos sabios mensajes positivos que invitan a la reflexión, a corregir entuertos y a dar un paso enfrente. Comienzo: “¿Usted cree que todo en la vida es dinero? Lo invito a que me diga ¿dónde venden confianza?, ¿dónde venden lealtad?, ¿qué precio tiene un buen amigo? ¿una buena pareja que te ame sinceramente? ¿dónde se compran familiares y amigos fallecidos? ¿con cuánto se arregla una familia destrozada? ¿En qué centro comercial te quitan las penas que cargas? Nada es más valioso que los momentos que pasamos con las personas que amamos. Nada es más valioso que la lealtad, sinceridad, el amor, los momentos con cada persona que nos rodea. Aprendamos a valorar”.
Y en complemento de lo anterior: “Claro que el dinero es importante y necesario, pues vivimos en una sociedad de consumo… pero, no lo es todo. ¿Cómo así? Bueno, “puedes comprar una cama, pero no el sueño. Puedes comprar un reloj, pero no el tiempo. Puedes comprar un libro, pero no la inteligencia. Puedes comprar una posición, pero no el respeto. Puedes comprar una medicina, pero no la salud. Se puede comprar todo lo material, pero no el amor. Diversión, pero no la felicidad. Una casa, pero no un hogar. Un ataúd, pero no el cielo. El lujo, pero no la belleza. La sangre, pero no la vida”.
¿Me preguntas qué somos? Somos momentos. Somos los recuerdos que le dejamos a nuestros amigos y familia. Somos los corazones que logramos alegrar y transformar. Somos las anécdotas que van a contar cuando ya no estemos. Somos el amor que dimos y los abrazos con los que lo transmitimos. Eso somos, recuerdos”. Eso me lleva a otro pensamiento complementario: “No olvides que la vida son momentos, y estos le dan sentido… Por ello, no te calles un te quiero. No te guardes un abrazo. No temas pedir perdón. No detengas una carcajada. No pierdas la oportunidad de demostrar tu cariño”.
Cuando se dice que el amor todo lo soporta, ¡Cuidado! “se refiere a la pobreza, enfermedades, adversidades y defectos. No a infidelidades, maltratos, mentiras, agresiones ni faltas de respeto, ténganlo en cuenta”. “¿Sabes que cosas no tienen nada de malo? Decir NO, cuando no queremos. IRNOS de dónde no nos aprecian. Ser DIFERENTES a los demás. Cambiar de OPINIÓN al equivocarnos. DEJAR una relación que no funciona. Pedir AYUDA. SER y pensar diferente a tu familia. ¿Lo sabías? Las uvas deben ser pisoteadas para hacer vino. Las aceitunas son aplastadas para hacer aceite. Los diamantes se forman bajo presión. Las semillas crecen en la oscuridad. Cuando te sientas pisoteado, aplastado, bajo presión o en la oscuridad, recuerda que estás en un poderoso momento de transformación”.
¿Para qué te preocupas? “Al final, lo que tiene que llegar, llega y lo que tiene que irse se va, y tu preocupación no lo va a cambiar. Sumérgete en tu paz. La vida no se pierde cuando dejas de respirar, sino cuando dejas de ser feliz. Con el tiempo todo pasa, he visto con algo de paciencia a lo inolvidable volverse olvido, y a lo imprescindible sobrar. Un sabio dijo: las únicas personas que se enojan cuando hablas con la verdad, son las que viven en la mentira”. “El que vive de las apariencias se convierte en esclavo de lo que no es. La elegancia no es una forma de vestir. Elegancia es saber decir: Gracias, con permiso, por favor, perdón. Porque, podrás vestir bien, pero si no tienes educación, tu ropa solamente es un disfraz”. Finalmente: Tanta cosa antigua se pone de moda, sería bueno que volvieran la ética, la vergüenza, la inteligencia y la honestidad.
