¿NO QUITA?

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11 de abril de 2024
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12:46 am
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¿NO QUITA?

ESO –mensaje de la exmagistrada– se estudia también en argumentación jurídica”. “Y a propósito del silencio, se dice que lleva implícita también, una respuesta”. “Lo malo de eso, es que da lugar a que la persona asuma esa respuesta según su “verdad” y ya vimos que, con tanto tipo de argumento, la verdad es relativa”. El amigo abogado, desempolvando su latín: La aceptación constante de una conducta puede concluir en “inveterata consuetudo et opinio juris seu necessitatis”. Alusivo a la conversación de cierre: (Eso me recuerda el ejemplo de silogismos –entra el Sisimite– que veíamos en clases de Español; de una deducción equivocada si alguna de las premisas no es verdadera. Ejemplo: Los pájaros cantan por la mañana. Mi amiga canta por la mañana. Por lo tanto, mi amiga ha de ser un pájaro. -Yo tengo otro silogismo –interrumpe Winston– todos los políticos mienten. Fulano de tal miente. Por lo tanto, el fulano es político. -Eso no es así –increpa el Sisimite– en todo caso sería: Todos los políticos mienten. Fulano de tal es político. Por lo tanto, fulano de tal miente. -En cualquier caso –ironiza Winston– ese tu fulano de tal sería un tal por cual).

Para mejor proveer –e ilustrar la curiosidad del colectivo– la consulta a la IA: “Las falacias son argumentos lógicamente inválidos que parecen persuasivos pero que en realidad son engañosos”. “Falacias retóricas comunes: 1. Falacia ad hominem: Atacar al que habla en lugar de refutar sus argumentos. 2. Falacia de la pendiente resbaladiza: Argumentar que una acción conducirá inevitablemente a una serie de eventos desfavorables. 3. Falacia de la generalización apresurada: Sacar conclusiones generales basadas en evidencia insuficiente. 4. Falacia de la falacia: Suponer que un argumento es incorrecto porque quien lo propone también ha cometido errores en el pasado. 5. Falacia de la falsa dicotomía: Presentar una situación como si solo hubiera dos opciones, ignorando otras posibilidades. 6. Falacia de la petición de principio: Hacer una afirmación que asume la verdad de lo que se está tratando de demostrar. 7. Falacia de la pregunta compleja: Formular una pregunta que asume algo no demostrado. 8. Falacia del hombre de paja: Distorsionar o exagerar el argumento del oponente para luego refutar esa versión distorsionada. 9. Falacia de la causalidad falsa: Asumir que, porque dos eventos están correlacionados, uno causó el otro. 10. Falacia de la invocación a la ignorancia: Argumentar que algo es verdadero porque no se puede probar que sea falso, o viceversa. 11. Falacia de la falsa analogía: Argumentar que dos cosas son similares en un aspecto, por lo tanto, deben ser similares en otros aspectos. 12. Falacia del hombre de paja: Refutar una versión distorsionada o exagerada del argumento del oponente en lugar de su verdadera posición”.

“13. Falacia del argumento de autoridad: Argumentar que algo es verdadero simplemente porque una figura de autoridad lo dice. 14. Falacia de la composición: Suponer que lo que es cierto para las partes individuales también es cierto para el todo. 15. Falacia de la división: Suponer que lo que es cierto para el todo también es cierto para las partes individuales. 16. Falacia del alegato especial: Hacer excepciones injustificadas a una regla general. 17. Falacia de la línea de base incorrecta: Comparar cosas que no son comparables. 18. Falacia de la apelación a la emoción: Utilizar emociones en lugar de argumentos racionales para persuadir. 19. Falacia del argumento circular: Argumentar en un círculo, donde la premisa es igual a la conclusión. 20. Falacia de la palabra perdida: Malinterpretar o tergiversar la definición de una palabra para apoyar un argumento”. “Es importante reconocer estas falacias para evitar ser engañado por argumentos aparentemente convincentes, pero lógicamente defectuosos.” (¿Detectaste, el sofisma –entra el Sisimite– en el ejemplo de silogismos utilizados en la conversación? -Por supuesto –responde Winston– aquí te va otro sofisma: “A los chuchos les gusta pasear, a vos también te gusta pasear, por lo tanto, sos un chucho”. -El chucho –se defiende el Sisimite– serías vos. -Por supuesto –responde Winston– a los chuchos les gusta pasear, a mí me gusta pasear, por lo tanto, yo soy chucho”. -Otro sarcasmo tuyo –comenta el Sisimite– entre sofismas, o falacias de argumento. -Sí –ironiza Winston– hay una premisa equivocada en el silogismo, y por lo tanto en el razonamiento, pero eso no quita la realidad que yo sea chucho; solo que chucho letrado y leído).

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