Trágico colapso de puente en Baltimore se lleva vida de migrantes
Por: Ivonne Tabora*
Una noticia que ha ocupado la atención de los principales medios de comunicación en las últimas semanas en Estados Unidos de América, es el colapso del puente Francis Scott Key en Baltimore, Maryland, tras recibir un estrellazo contra uno de sus pilares, por parte de un buque carguero o portacontenedor, propiedad de la empresa Synergy Marine Group, con sede en Singapur que sufrió un bajón energético, provocando que gran parte de la estructura de acero del puente colapsara.
Francis Scott Key es uno de los puentes comerciales más transitados de EEUU, su nombre es en honor al autor del himno nacional de Estados Unidos,” The Star -Spangled Banner”, quien presenció el bombardeo de la Marina británica contra el Fuerte McHenry, y ante la impotencia de no poder hacer nada por ayudar, se inspiró y escribió un poema titulado “La defensa del fuerte McHenry”, todo esto sucedió por el año de 1814.
Scott Key nació en Frederick, Maryland en 1779, abogado y poeta, fue fiscal para el Distrito de Columbia entre los años de 1833 y 1841, pero su legado como escritor y político aún perdura.
Creo que nadie imaginó alguna vez que esta infraestructura o arteria vial con una extensión de 17,5 kilómetros, cuatro carriles, con un tráfico de 11,3 millones de vehículos, considerado el noveno puente más importante de EEUU y el principal de la costa este, con 53 años de antigüedad, un día podría desplomarse.
La reconstrucción de este puente según expertos podría costar 10 veces más de lo que costó originalmente, que fue de 60 millones de dólares en el año de 1977, actualmente podría costar 600 millones de dólares, 10 veces más.
El mismo presidente de EEUU, Joe Biden ha calificado como terrible accidente este hecho, y ha prometido construir la infraestructura cuanto antes, pero esto se llevará un tiempo, por la magnitud de la obra.
Pero este infortunio no solo ha conmovido a los Estados Unidos, ha traspasado fronteras a través de sus víctimas, especialmente por los 6 migrantes que perdieron sus vidas, fueron 8 trabajadores de la construcción, originarios de México, Guatemala, El Salvador y Honduras.
Maynor Suazo Sandoval, fue el hondureño que pereció en este accidente, estaba por cumplir sus 39 años, nació en Azacualpa, Santa Bárbara, pueblo que dejó desde hace 20 años buscando mejores oportunidades, trabajó como camionero y en el sector de la construcción, como muchos catrachos que migran hacia los USA.
La historia de vida de este noble hondureño estuvo marcada siempre por su espíritu de solidaridad, al grado que sus amigos azacualpeños lo recuerdan consternados y llenos de dolor, como una persona que siempre buscaba compartir, fue aficionado del Motagua, por lo que apoyaba la liga juvenil de este equipo en su pueblo natal, y cuando alguien se enfermaba ayudaba a comprar las medicinas, soñaba con poner su propio negocio.
Hace unos días encontraron su cuerpo en las aguas del río Patapsco, luego de una profunda búsqueda de 9 días exactos.
Con el colapso de este importante puente, también se enterraron vidas, y sueños, se llenaron de luto y lágrimas a las familias de estos migrantes que un día partieron con una maleta llena de ilusiones, como miles lo hacen, buscando una mejor vida, no solo para ellos, sino también para sus familias, amigos y comunidades.
Son varios los motivos que los impulsan a emprender este viaje, desde la pobreza hasta la violencia que azotan el país, y es que los migrantes no la tienen fácil, desde que salen de su tierra natal, todo el recorrido que realizan y que con suerte algunas veces logran alcanzar, pero nada los detiene, porque en los últimos años la cifra de migrantes hondureños ha ido en aumento.
Y es que no ayuda a mejorar y frenar esta situación, la falta de empleo, el impacto de la crisis climática y también la reunificación familiar, la pobreza, por ello vemos ahora el fenómeno de niños migrantes, pese a los peligros que enfrentan en su ruta, por ello me parece sumamente irresponsable por parte de los familiares permitir o incentivar esta situación.
Mientras continuemos siendo un país expulsor de personas y no se generen empleos, y se carezca de políticas de reinserción laboral de retornados, etc., seguiremos viendo las famosas caravanas de compatriotas abandonando el país.
“Aquellos que cruzan el mar, cambian de cielo, pero no de alma”, Horacio.
*Licenciada en Periodismo, relacionista pública, administradora de redes sociales.
@IvonneTabora
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