Por: Jorge Valladares Valladares*
Ninis es un término que designa a los niños y jóvenes que no estudian ni trabajan. El término viene del inglés NEET (No están en Educación, Empleo ni en formación técnica. Not in education, employment or training), introducido formalmente por primera vez en el Reino Unido en 1999 con la publicación del informe «Cerrando la brecha: Nuevas oportunidades para jóvenes entre 16-18 años que no estudian ni trabajan ni reciben formación». Identificando a aquellos niños, niñas y jóvenes hasta los 30 años que no tienen un empleo y no tienen acceso o no desean estudiar.
En Honduras, según el INE esta cifra llega a un millón de niños y jóvenes en esas condiciones. (Mercado Laboral Juvenil de Honduras. Junio 2023). Afectando especialmente a las mujeres, en un 72%. Con mayor incidencia de esta situación en el sector rural. Esto se traduce en afirmar que de 31 de cada 100 niños y jóvenes no estudian ni trabajan.
Con ese panorama es evidente la urgente necesidad de activar, primero un mayor análisis de las causas, condiciones, tendencias y magnitudes de este sector poblacional. Identificar los principales efectos sociales, culturales y económicos que tienen para el país. Y desde luego activar políticas, programas y proyectos dirigidos específicamente a este sector poblacional.
En otro sentido estas cifras ponen al desnudo las debilidades en términos de estrategias, recursos y coberturas del sistema educativo. El cual a la fecha aún no goza de una reforma y aggiornamento que esté a la altura de las necesidades de empleo y producción del país.
Un joven que no está estudiando ni trabaja es presa fácil del crimen organizado en sus diversas modalidades, así como tras el ocio, caer en farmacodependencias y problemas de salud mental. Pero uno de los principales efectos es que se ven obligados a migrar. Siendo en nuestro criterio, uno de las grandes causas raíces de la migración hacía el Norte, en busca de oportunidades y mejores condiciones de vida.
El telón de fondo es la pobreza, la falta de cobertura del sistema educativo, de oportunidades laborales y factores de discriminación, especialmente hacía las mujeres y sobre la población en el sector rural.
En Honduras existe la Comisión Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, instancia que reúne a los principales actores del sector gobierno, empresa privada, sector trabajadores, sociedad civil y cooperantes. Presidida por la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social junto con la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia. Es en este seno en dónde el Estado puede canalizar la construcción de una estrategia, de políticas y programas que contribuyan a atender de forma integral este delicado tema.
La investigación de causas y consecuencias es vital. En ese sentido felicitamos la alianza entre el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y World Vision, con el apoyo del Departamento de Trabajo del Gobierno de Estados Unidos de América, por la realización de la primera Encuesta Nacional sobre Trabajo Infantil, la cual facilitará en breve datos confiables, actualizados y con una muestra a nivel nacional sobre el trabajo infantil. Datos que seguramente involucrarán a la academia y otros actores para hacer incidencia positiva para revertir estas tendencias del tema.
“El que abre la puerta de una escuela, cierra una prisión”. – Víctor Hugo.
*Abogado especialista en Derecho de la Niñez y Familia.
