Nery Alexis Gaitán
Vivir en carne propia el fracaso del mal gobierno del “socialismo democrático” es la peor amargura que enfrentan los pobres día a día. De entrada, alguien debería explicarles que los términos socialismo y democracia son antagónicos, donde hay uno está excluido el otro, tanto a nivel político, económico y social.
Jamás habíamos visto tanto inepto, haragán y chabacán al frente de un gobierno (también léase en términos femeninos por lo de la bendita equidad de género que pregonan a los cuatro vientos). Lo cierto es que estos funcionarios poseen de todo, en términos de mediocridad; además se expresan de forma intolerante y vulgar.
Y lo peor es que son incapaces, su ineptitud manifiesta tiene el país al borde del colapso total. Lo único que saben hacer es defender a dentelladas y mordidas la agenda política antidemocrática del mil veces fracasado socialismo del siglo XXI.
Es lamentable cómo la prosperidad económica ha desaparecido. Se sataniza a los empresarios y el gobierno desea instaurar una injusta ley de justicia tributaria, cuyo único propósito es sangrar a los grandes contribuyentes para recaudar más dinero. Han fracasado en la generación de nuevos empleos, razón por la cual más hondureños desesperados huyen del país.
Y a propósito del dinero, ¿dónde están los miles de millones de lempiras que no han ejecutado? Sólo el año pasado no ejecutaron más de 40 mil millones. También es lícito preguntar, ¿dónde están los 42 mil millones de lempiras de la Partida Confidencial? La señora la triplicó con el pretexto que los iba a invertir en salud y educación, pero hasta el momento no ha dado ni medio centavo. Y los abusos con el presupuesto, el cual incrementaron, no tienen fin; además les sirve para financiar sus excesos.
Las obras de alivio social brillan por su ausencia, hasta los bonos son raquíticos y politizados. En todos los aspectos esta administración socialista, que en verdad no lo es, sino que está enmarcada en el liberalismo burgués, es un rotundo fracaso. Los beneficios jamás llegan al pueblo que dicen representar.
Fracaso es el denominador común: el sistema de salud está colapsado, para variar los violentos colectivos se toman los centros de salud e impiden que el pueblo sea medio atendido. La delincuencia común y el narcotráfico tienen al pueblo de rodillas y la política de seguridad es una chabacanada, lo mismo que el tal “estado de excepción”; los crímenes no paran y la muerte violenta de mujeres continúa impunemente.
Abusos constantes es el otro aspecto que caracteriza a este desgobierno. Nunca se había visto la instauración descarada de un “familión”. Recodemos cómo satanizaron a JOH porque tenía una hermana de ministra, que pronto terminó quitando. En cambio, la señora tiene empleados hijos, hija, cuñados, sobrinos, etc. Lo mismo los demás funcionarios que por fin han podido enchambar a todos sus familiares y amantes (hombres y mujeres).
El abuso constante, derrochando los dineros del pueblo, es terrible, sino miremos el avión presidencial (el cual iban a vender) sirve para hacer fiestas y llevar a los amigos a ver partidos y a los grandes casinos. Un simple ejemplo, las caravanas en que andan con camionetas blindadas y muchos guardaespaldas, que los llevan a tiendas de los a los moles a comprar artículos carísimos, se meten hasta de contravía en los bulevares. Felicito a una valiente compatriota que se opuso a darle pasada a una de estas caravanas y tuvieron que detenerse.
El canal oficial, Canal 8, ya no es del pueblo, se ha convertido en un medio de difusión privada a favor de la familia presidencial, reseñando eventos sociales y demás. También está al servicio de la candidata oficial de Manuel Zelaya, Ramona Moncada, promocionado totalmente su campaña como precandidata presidencial.
Las esperanzas del pueblo se hicieron pedazos aun antes de haber tomado posesión este fatídico gobierno, cuando se inauguraron con eternas peleas fratricidas por los mejores puestos en la administración.
¡LIBRE NUNCA MÁS!
