Irán e Israel: peligro de guerra

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16 de abril de 2024
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12:11 am
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Irán e Israel:  peligro de guerra

Juan Ramón Martínez

Desde 1948, el mundo ha tenido en el oriente próximo, un foco de tensión. Hasta hace cinco años, en que varió la orientación de la diplomacia, la tensión se originaba, en la existencia de Israel, la causa palestina; y el mundo árabe que, se sentía amenazado por un supuesto expansionismo sionista. Afortunadamente árabes y judíos, han negociado y establecido un precario pero esperanzador equilibrio que le ha dado al mundo el respiro necesario. Hasta octubre del año pasado. En que Irán, utilizando a Hamás, que financia y respalda, irrumpió las fronteras reconocidas de Israel; y, puso en precario la capacidad para defender sus instituciones y darle seguridad a su pueblo. Irán, no es pueblo árabe, hay que decirlo para dejar las cosas claras. Además, hasta la revolución de los ayatolás, fue un país aliado de Estados Unidos con el cual compartió durante años, visiones geopolíticas y recursos petroleros muy importantes. Después de la caída de Sha de Persia, en la década de los ochenta Irán se enfrentó a Irak en una guerra que puso en precario el abastecimiento petrolero de la zona productiva más importante del mundo. La teocracia que gobierna a Irán, libra, mediante el financiamiento de movimientos internos, una sorda lucha en contra de varios países, la mayoría occidentales. En Israel, Irak, Líbano y otros países más – incluidos algunos latinoamericanos – financia movimientos y partidos, en contra de Estados Unidos. En Nicaragua, tiene un gobierno amistoso. Y en Honduras, la familia Zelaya, no ha podido evitar caer en la dialéctica del conflicto que anima Irán en el mundo. Por ello, las inconsistencias de la política exterior de los dos años pasados.

Ante ayer, Irán – reaccionando al ataque contra los líderes de los Guardianes de la Revolución – ejecutó un ataque atrevido en contra de Israel, que ha puesto el mundo a las puertas de la tercera Guerra Mundial. Estados Unidos ha ratificado su apoyo a Israel; e, incluso ha participado, neutralizando a cerca de 300 drones y misiles lanzados en su contra. La capacidad militar de Israel y Estados Unidos, ha confirmado que Irán, no tiene posibilidad de imponerse en una guerra generalizada. Sin embargo, ha demostrado que, si puede incrementar tensiones y animar, por el compromiso de aliados y enemigos, una guerra que, escalada y generalizada, comprometa la paz mundial. Aunque militarmente es una potencia mediocre y, carece de armamento nuclear, tiene poder e influencia en una zona en donde la gresca esta seca, y el incendio es, muy fácil.

Afortunadamente China, aunque simpatice con Irán, no quiere apoyar militarmente a Irán. Ha pedido moderación. Rusia, implicada en su conflicto con Ucrania, mantiene buenas relaciones con Israel, de modo que es improbable que se involucre en una guerra en donde Irán ganará, más de lo que merece, como potencia subordinada.

En América Latina, Irán tiene en Argentina un país antagónico, herido porque el ataque a la AMIA, se atribuye a participación iraní; y en donde murieron más de un centenar de argentinos. Fuera de la simpatía de Nicaragua, que no representa mucho, Cuba y Venezuela, América Latina no tiene nada que ganar en este conflicto. Apostar al “enemigo del padre” que se detesta pero que se necesita, no es una buena regla para orientar la política exterior de una región; y, menos, de ninguno de sus países. Tampoco órganos precarios como CELAC, deben complicar su existencia, comprando pleitos. Más bien, es tiempo para que América Latina, muestre madurez, talento, de inteligencia para intervenir en el escenario mundial.

Honduras, no debe cometer errores. Israel es su aliado natural. Por razones históricas y religiosas, el pueblo de Israel, habla muy alto al corazón de nuestros compatriotas, de allí que un desliz del gobierno de Castro; o una declaración incorrecta de algún deslenguado e improvisado diplomático de la Cancillería, puede producir mucho daño. La simpatía hacia Palestina, es también importante, pero no se apoya, respaldando a Irán que, tiene poco que darnos a cambio. En este momento más bien, es un serio peligro para la paz mundial, al grado que, sin mayor futuro en términos militares por lo limitado de su aparato armamentístico, puede afectar severamente los precios del petróleo; y, causarnos daños.

Prudencia y claridad. Israel y Estados Unidos son nuestros aliados. Israel es el atacado. La posición es clara; y, fácil de adoptar. No se permiten estupideces señores.

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