Día del Idioma Español en Honduras 23 abril

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21 de abril de 2024
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Día del Idioma Español en Honduras 23 abril

Por: Dr. Horacio Ulises Barrios Solano

Anécdota de vieja data: concluida una capacitación en USA con unos participantes hondureños alquilamos un vehículo conducido por uno de los compañeros y en cada mall o almacén de departamento donde entrabamos a la persona que nos iba atender le hablaba en inglés y el dependiente le contestaba en español; esta acción la hizo como diez (10) veces y terminó por no continuar con estilo de zopenco. Eso sí, cualquiera de los que desprecian su propio lenguaje y se expresan con lamentable pobreza apreciará el talento de los escritores y los dramaturgos, y de algunos periodistas, tal vez también en un poeta clásico. (Defensa apasionada del idioma español por: Álex Grijelmo).

El español es el idioma oficial de Honduras según artículo 6 constitucional (1982), el Decreto Legislativo 79 y el artículo 150 de la Ley Orgánica de Educación establece el 23 de Abril como Día del Idioma Español; la UNESCO (1995) Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor honrando así a Miguel de Cervantes, Willian Shakespeare y Garcilaso de la Vega.

El español es uno de los idiomas más complejos, pues es de los que cuentan con más reglas ortográficas, gramaticales es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, tras el chino mandarín, y la cuarta lengua en un cómputo global de hablantes después del inglés, el chino mandarín y el hindi.

“La base del idioma español es el latín vulgar, propagado en España desde fines del siglo III a. C., que se impuso a las lenguas ibéricas y al vasco. Los abundantes documentos que nos quedan del latín provienen de los textos literarios. Pero si queremos conocer los verdaderos orígenes de nuestra lengua, tenemos que imaginar cómo hablaban los hombres y mujeres del imperio.

Efectivamente, las lenguas romances no derivan del latín escrito en la literatura, sino del latín hablado en las calles y en las plazas. Y las diferencias entre una y autores científicos, técnicos y académicos otra variedad lingüística son importantes. En el aspecto fónico, el latín literario diferenciaba diez vocales (cinco largas y cinco breves) y esa longitud de la vocal podía modificar el significado de una palabra. El latín oral reemplazó esa distinción por el acento de intensidad, que persiste como rasgo distintivo de nuestra lengua. En el plano morfológico los sustantivos y los adjetivos se declinaban, lo que significa que adoptaban una terminación diferente según cual fuera la función que desempeñaban en la oración.

Pero el latín vulgar presentaba modalidades distintas según los lugares. La fecha del comienzo de la conquista de un territorio determinaba que en su lengua tuviese rasgos más arcaicos, o más modernos. Otro factor influyente era la procedencia, de una región u otra itálica, que predominase en los soldados que ocupaban el país. Otro era la mayor o menor distancia, la mejor o peor comunicación con la metrópoli. Otro era, naturalmente, la lengua nativa de los habitantes sometidos, que introducían algunos de sus hábitos de pronunciación y parte de su vocabulario en el latín que ellos hablaban. El español también se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla.

El primer paso para convertir el castellano en la lengua oficial del reino de Castilla y León lo dio en el siglo XIII Alfonso X, que mandó componer en romance, y no en latín, las grandes obras históricas, astronómicas y legales. El castellano medieval desarrolló una serie de fonemas que hoy han desaparecido. El hecho de utilizar el castellano como lengua culta (el castellano del siglo XII ya era la lengua de los documentos notariales y de la Biblia que mandó a traducir Alfonso X), llevaba consigo un enriquecimiento en el vocabulario y en los medios para expresarse. A partir de aquí el castellano ya era un instrumento útil de expresividad como lo demuestran los dos siglos posteriores y una obra cumbre: La Celestina (1499). Por ésta misma época (toma de Granada por los Reyes Católicos y descubrimiento de América), Antonio de Nebrija había escrito ya la primera gramática del castellano (1492) que establece una normativa a seguir.

En el año 1713 se fundó la Real Academia Española por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena. Felipe V aprobó su constitución el 3 de octubre de 1714 y la colocó bajo su “amparo y Real Protección”. Su primera tarea fue la de fijar el idioma y sancionar los cambios que de su idioma habían hecho los hablantes a lo largo de los siglos. En esta época se había terminado el cambio fonético y morfológico y el sistema verbal de tiempos simples y compuestos era el mismo que ha estado vigente hasta la primera mitad del siglo XX.

 

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