Pleito México con Ecuador… ¿Y que tenemos que ver nosotros?

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22 de abril de 2024
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12:04 am
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Pleito México con Ecuador… ¿Y que tenemos que ver nosotros?

Por: Otto Martín Wolf

Primero que todo una explicación sobre lo sucedido entre esos dos países para aquellos que acaban de llegar y no saben nada.

México ha tenido una política de no intervención en los asuntos internos de otros países.

Andres Manuel López Obrador, el actual presidente, ignora o no le importa esa doctrina, que ha sido tradición en todos los gobiernos anteriores al suyo.

Su inclinación hacia la izquierda y su vocación populista han puesto en vergüenza a México.

Mientras tanto en Ecuador, Jorge Glas, que fuera vicepresidente durante el gobierno de Rafael Correa, fue encontrado culpable de haber recibido un soborno de más de 13 millones de dólares por parte de la empresa Odebrecht, delito que quedó totalmente comprobado y por el cual fue sentenciado a varios años de prisión, la cual estaba cumpliendo en una celda.

Mediante un recurso legal obtuvo libertad condicional con algunas medidas cautelares, como presentarse a los tribunales cada dos semanas y no salir del país.

Aprovechando que se encontraba en libertad condicional se introduce en la Embajada de México en Ecuador y solicita asilo político.

El gobierno de Ecuador envía documentación al de México estableciendo fuera de toda duda que Glas era un delincuente común sentenciado y que no se le estaba persiguiendo por sus ideas políticas.

México hace caso omiso a esa información, le concede asilo político y se prepara para sacarlo de la embajada y llevarlo a ese país.

El gobierno de Ecuador, ante el peligro de fuga, envía a miembros del ejército y la policía a la embajada mexicana y arresta a Glas, trasladándolo a una prisión de máxima seguridad.

Existe algo conocido como la Convención de Viena, firmada por todo el mundo, que establece que las sedes diplomáticas deben ser tomadas como parte del territorio nacional del país y que su soberanía es inviolable.

Técnicamente, entonces, Ecuador invadió a México al penetrar a su sede diplomática.

El presidente López Obrador retira al personal de su embajada en Ecuador y rompe relaciones con ese país.

Hasta ahí todo se limita al enfrentamiento entre México y Ecuador, azuzado por la constante intervención pública del presidente mexicano en los asuntos que son privativos del gobierno de Ecuador.

¿Qué tenemos que ver nosotros?

Aparte de ser signatarios de la Convención de Viena no tenemos vela en ese entierro, nada que ver.

Por qué, entonces, Honduras pega el grito al cielo sobre lo sucedido entre esos dos países?

En primer lugar tampoco deberíamos meternos en los asuntos internos de otras naciones, allá cada uno con sus problemas, suficientes tenemos con los nuestros propios.

Pero, además, tomar partido a favor de uno y en contra de otro debido a los sentimientos políticos de algunos funcionarios, es confundir la ideología personal con la de la nación, que somos todos, no sólo la de los que están circunstancialmente en el poder.

Dicho de otra manera: No nos metamos donde no tenemos nada que ver.

Pero, además, también debemos reconocer nuestra verdadera posición en el concierto de las naciones. Cierto que nuestro voto en organismos como la ONU tiene el mismo valor que el de cualquier otro país, pero la realidad es que, aunque en eso todos somos iguales, lamentablemente hay algunos que son más iguales que otros.

Somos iguales en poderío a China? ¿Nos podemos comparar con Rusia? Nuestra opinión tiene el mismo valor ante el mundo que la de Estados Unidos?

Noup! Hay que reconocer que, aunque Honduras es nuestra bien amada patria, somos demasiado pequeños e insignificantes en el mundo como para que nuestra opinión sea tomada en cuenta.

A lo más que llegamos con esos exabruptos es a provocar una leve sonrisa burlona en aquellos que al menos saben cuál es nuestra posición en el mapa.

Pueden estar seguros que la mayoría no saben que existimos y no les importa nuestra opinión.

Aquellos que duden sólo tienen que preguntarle a la actual mandataria dónde está ubicado un país llamado Surinam y quién es su presidente.

Lo mismo sucedería si se le pregunta a cualquiera sobre Honduras, la mayoría no sabe quiénes somos, al grado que a veces nos confunden con Belice, conocida también por muchos como Honduras Británica.

Si México ataca Ecuador o viceversa, sigamos tratando de solucionar los problemas nacionales y dejemos que ellos enfrenten el asunto a su manera.

Lo mismo es válido para el conflicto Irán-Israel o Venezuela-USA, ¿qué diablos tiene que ver con nosotros?

Aunque tenemos un voto la verdad, la triste verdad, es que ante el mundo casi no existimos y que si se nos conoce será por los escándalos provocados por los gobernantes, el narcotráfico, las caravanas o cualquier otra cosa terrible, en lo demás sincera y dolorosamente puedo decir que no contamos.

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