Contracorriente: René Sagastume, rector destacado
Por: Juan Ramón Martínez
René Sagastume Castillo, doctor en Química y Farmacia, nació en Tegucigalpa en 1934. Hizo estudios secundarios en el Instituto Central de Varones y se graduó de Doctor en Química y Farmacia en la Universidad Central de Honduras. Por su talento y su educada disposición al contacto fraterno con los demás, fue atraído desde muy joven por la enseñanza. Fue auxiliar y ayudante de laboratorio, para concluir en la cátedra, donde participó en la formación de los científicos de la medicina y la farmacia de Honduras. De forma que su vida profesional transcurrió en la academia universitaria y solo tuvo un fulgor competitivo: las preocupaciones políticas que lo llevaron al Partido Nacional, tanto por urgencias familiares, como por su afable conducta, su forma de ser; y, la tranquila convicción que, mediante la conversación y el intercambio, se podían lograr acuerdos para ordenar la vida política y económica del país. En esta última faceta, hizo incursiones en la cría de ganado de leche; y creó y operó durante muchos años, una finca ganadera, con ganado importado, en el valle de Támara.
En el Partido Nacional, fue presidente del Comité Central, diputado al congreso, exhibiendo un comportamiento moderado, en el que privó siempre su disposición para el diálogo. Por alguna razón que nunca comentó, no fue ministro en ninguno de los gobiernos nacionalistas, por lo que el país, perdió a un eficiente y probo administrador público, que le pudo dar al país, ideas y realizaciones que habrían hecho la diferencia. Por ello es que su figura más que de un político, fue la de un académico dedicado y comprometido con la enseñanza. Fue profesor de la Facultad de Ciencias Químicas, decano de la Facultad de Química y Farmacia, docente del departamento de Tecnología Farmacéutica, director del Laboratorio Industrial “José Manuel Villeda Morales”, Rector de la UNAH entre 1991 y 1997. Un académico completo que tuvo, durante su vida profesional, una extraordinaria hoja de servicio a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Junto con Arturo Quezada, Jorge Arturo Reina, Osvaldo Ramos Soto, Ana Belén Castillo y Julieta Castellanos fue uno de los más distinguidos rectores de la UNAH. Durante su gestión, se consolidó la primera fase de la docencia de alta calidad; y, se inició, la extensión de la UNAH, por medio de la creación de importantes centros regionales. En lo filosófico, es el primero de los rectores que vuelve los ojos hacia el pensamiento de los fundadores de la Universidad de Honduras. En el nombre de la academia fundada por el Padre Reyes, René Sagastume indagó en una oportunidad sobre la primera vinculación teórica, entre el “buen gusto” y la iniciativa privada por medio del “genio emprendedor”. Desafortunadamente la UNAH, ha perdido la voluntad para reencontrarse con la filosofía fundacional, para desde el descubrimiento de sus esencias, construir las mejores rutas para servir a la sociedad y al pueblo hondureño. Pero queda para la historia que, René Sagastume, fue el primer rector que introdujo el concepto que, los más importante de la universidad son sus alumnos; y el que, fortaleció orgánicamente, la participación de estos en la dirección de la primera institución de educación superior del país.
Le conocí a principios de los noventa en actividades relacionadas con la vida de la UNAH. Me impresionó su moderación, su inclinación para escuchar, sus opiniones meditadas; y, la disposición para huir de la discusión a la que muchos, en algunos tramos de nuestras vidas, somos tan aficionados. Fue mi dedicado lector. Cada vez que encontraba algo que nos unía, me llamaba por teléfono para darme sus cálidas y generosas opiniones. Y en la última vez, en 2021, cuando en el curso de la campaña electoral, las emociones parecieron desbordarse poniendo en peligro las elecciones, me llamó para sugerirme que llamara a la unidad y que invitara a los expresidentes para que impusieran su liderazgo moral. Hablé con todos ellos. Excepto Mel Zelaya que puso condición que no hablaría jamás con JOH, los demás celebraron la iniciativa, aunque creyeron que poco serian oídos. Lo importante es que lo intentamos; y, además, porque René Sagastume demostró la calidad de las preocupaciones que orientaron la vida a quien ahora despedimos con pena; pero con inocultable orgullo. Porque en su hora final, junto a su tumba, podemos decir que, fue un gran hondureño, un universitario cabal. Un hombre bueno.
