El arte político de mentir

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26 de abril de 2024
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12:04 am
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El arte político de mentir

Por: Mario E. Fumero

Una de las realidades más terrible que vivimos, en la mayoría de los países latinoamericano, principalmente Honduras, es el arte de los políticos para mentir, y es que la mentira, aunque no es una ciencia, ni materia de estudio, en realidad es la que predomina en nuestros medios, y la misma destruye la integridad y la seriedad de los gobernantes.

Me da pena ver cómo los ministros del gobierno (no todos) y los alcaldes, en su gran mayoría, para mantener a la gente contenta, acuden a la mentira, para evadir los compromisos o las promesas hechas. A lo largo de mi trabajo en el Proyecto Victoria he hablado con muchos ministros y políticos, principalmente con algunos alcaldes, que antes de llegar a ostentar un puesto político eran personas accesibles, amigables, que siempre atendían las llamadas y prometían apoyarnos en todo, pero una vez que llegaron a la miel del poder, se volvieron incomunicados, mentirosos y pasivos.

Son aquellos amigos que antes de ser político, eran accesibles, pero como dicen algunos, el poder no solo corrompe, sino que destruye la amistad para imponer el interés, y tristemente, muchas veces no cumple lo que prometen, dando la espalda, y aunque muchas veces no pueden cumplir mucho de lo prometido, porque hay cosas que se les escapa de las manos, su indiferencia y mentira destruye su integridad.

El arte de la mentira domina en dos áreas de la vida nacional. Uno es en el mundo de la política, en donde aquel que quiere obtener votos, acude a ofertas imposibles de cumplir, y se vuelven, antes de conquistar el poder, amables y atentos, pero una vez que alcanzaron lo que deseaban, se olvidan de los que dejaron atrás, y sólo piensan en aquellos que les pueden dar beneficios al ostentar el poder.

El otro grupo especializado en la mentira son los drogadictos, que, para poder mantener su estatus, tienen que vivir mintiendo y engañando, lo que se convierte en un estilo de vida. No cabe duda de que los mejores mentirosos y artistas del mundo son los políticos y los drogadictos, porque ellos sí saben usar la mentira como una herramienta que les ayuda a alcanzar aquello que desean, aunque hay excepciones. Es fácil detectar y descubrir a un mentiroso, como dice el refrán, más fácil se descube a un mentiroso que a un cojo.

Una de las palabras que no existe en el vocabulario de los mentirosos es decir ¡NO!, pero a veces vale más un no sincero, que una mentira frustrante. Hay un hecho innegable, cuando enfrentamos la realidad con una verdad con la cual muchos se van a molestar de nosotros, porque, aunque no lo crean, tanto los políticos como los religiosos usan las mentiras como una herramienta para tener a las personas contentas y expectantes de algo que ellos saben que no puede ocurrir, ni pueden cumplir. ¿Qué tal aquel político que le dice al pueblo que para salvar a la nación hay que sacrificarse económicamente? ¿Y qué pasaría si los que ostentan altos sueldos en el gobierno, estuvieran dispuestos a renunciar parte de su salario para mejorar a la clase obrera?

Cuando hablamos de justicia social y de un supuesto socialismo, estamos hablando de un estilo de vida donde los que más tienen comparten con los que menos tienen, al menos esa es la idea central del socialismo democrático, sin embargo, a base de mentiras los que ostentan a altos puestos, se asignan salarios suntuosos en donde algunos de ellos equivalen a 18 veces el salario mínimo de un obrero.

La Biblia nos enseña a no andar con mentiras ni engaños. Jesucristo dijo en Mateo 5:37 “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”, y respecto a la idea del socialismo y de la igualdad de condiciones para todos, San Pablo escribió en 2 Corintios 8:14 “sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad”. Dejemos de andar con mentiras, y seamos solidarios con la verdad y la integridad, para lograr una sociedad de igualdad, donde la integridad prevalezca sobre la deshonestidad, que es fruto del engaño y de la mentira.

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www.contralaapostasia.com

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