Se compran conciencias

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11 de mayo de 2024
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12:05 am
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Se compran conciencias

Por: Mario E. Fumero

Una de las más terribles realidades de la política latinoamericana es el hecho de que muchos políticos, de ciertas tendencias, cuando están en el periodo electoral emplean dinero, dan ayuda, y son muy complacientes con las personas, para que voten por ellos, y de esta manera compran sus conciencias, atrayendo el voto. Pero la pregunta que hago es: ¿Por qué la gran mayoría de los votantes se venden al mejor postor, y venden sus conciencias, sin analizar la ideología y el estilo de vida del político que le pide el voto y les da una dádiva o falsa promesa?

Todo en la vida tiene una razón de ser, y, por lo tanto, una explicación. El hecho de que muchos se sientan manipulados y comprados por los políticos de turno, obedece a algunos factores condicionantes que analizaremos en este artículo.

El primer factor que le permite a los políticos comprar conciencias es la pobreza, ya que a los pobres se les puede comprar fácilmente con una bolsa de comida, o una ayuda económica. Este hecho se debe a la falta de cultura que muchos ciudadanos tienen, lo cual no les permite el poder juzgar entre el dicho y el hecho de los políticos, y muchas veces, caen en el error de creer en todas sus promesas, porque tristemente carecen del don de discernimiento para poder juzgar si lo que prometen, desde el punto de vista lógico y real, es posible dentro de la realidad que actualmente vive el mundo.

Discernir el voto es juzgar al político no solamente en sus promesas, sino en sus realidades como persona. Hay muchos elementos que podemos juzgar en una persona para saber si está en la política por deseo de servir, o por buscar una forma de enriquecerse fácilmente.

No hay nada más peligroso, en cualquier área de la vida, que depositar nuestra confianza o nuestro voto en una persona que actúa dominado por la ambición, y no por los sentimientos altruistas y de compasión frente a las necesidades humanas.

Si tuviéramos discernimiento y conocimiento, pudiéramos entrar en el fondo de todo aquello que nos prometen los políticos, y así tener un criterio objetivo de la persona, para ver si actúa de acuerdo con la realidad, y ver si sus promesas son factibles, no vaya ser que nos prometan un puente donde no hay un río, y apele a la necesidad humana, ofreciendo ayudas que desde el punto de vista económico es imposible cumplir, según la realidad que vive el Estado.

El otro aspecto que nos puede ayudar para juzgar a los que nos piden el voto es analizar su vida moral y su relación con su esposa e hijos, porque aquel que no puede ser fiel en lo muy poco, tampoco lo podrá hacer en lo mucho, como dijo Jesús en Mateo 23:23. Debemos de observar bien su testimonio, para poder juzgar si el contenido de su discurso es coherente con su estilo de vida.

No quiero terminar este artículo sin hacer una reflexión sobre las palabras del Señor Jesús cuando habló del mayordomo infiel, y estableció un criterio muy aplicable a la política, como, por ejemplo, el que no sabe administrar bien sus propios recursos y cuidar los de otro, ¿Qué hará si se le da poder de gobernar un país? Recordemos que el poder corrompe, principalmente en aquellos que buscan una posición por ambición, y no por compasión y amor a la patria.

Algunos dirán que no debemos juzgar, pero la Biblia nos dice que sí lo podemos hacer, pero en base a tener un juicio justo (Juan 7:24), lo que envuelve analizar de las personas, no solo su apariencia, sino también su estilo de vida, porque por sus frutos los conoceréis (Mateo 7:20). Así que, a la hora de votar, tengamos coherencia, educación y discernimiento, para escoger al hombre ideal, no solo por su filosofía o forma de pensar, sino de acuerdo a su estilo de vida.

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www.conralaapostasia.com

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