De la Economía Creativa a la Economía 4.0 y su relación con el emprendedurismo
Por: Carolina Miralda*
En 2001, John Howkins, ampliamente reconocido como uno de los pioneros de la Economía Creativa, articuló en una entrevista con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) una definición esclarecedora de este concepto. Subrayó que la Economía Creativa se caracteriza por ser un espacio donde las ideas son la moneda principal, destacando así la importancia del pensamiento innovador y la generación constante de ideas como impulsores fundamentales.
Este enfoque desafía la ortodoxia del trabajo de oficina al fomentar la reflexión sobre la capacidad individual para crear y desarrollar ideas originales. Es un entorno donde las personas pueden cultivar y materializar ideas que no solo sean viables, sino que también generen una profunda motivación personal y profesional. Esta economía abarca una amplia gama de actividades que valoran la propiedad intelectual, desde la creación de programas informáticos hasta expresiones artísticas. Cada sector dentro de la Economía Creativa aporta un valor único, contribuyendo así al enriquecimiento cultural y económico de la sociedad.
La Economía Creativa, abre un campo muy amplio de posibilidades; desde la creación de encuentros de los sectores tecnológicos con los objetivos de la Economía Creativa, así como la obtención de recursos, por medio de ideas y propuestas con productos creados a favor del consumidor (Fonseca, 2006), rompiendo con los paradigmas del área y espacio laboral, con la constante búsqueda de nuevas propuestas y posibles mejoras, tratando de hacer cada pieza única, con una mejora y funcionalidad en mente (UNESCO, 2013)
El continente americano está siendo testigo de un crecimiento significativo en la Economía Creativa, contribuyendo de manera sustancial al desarrollo económico y generando millones de empleos. Según un estudio realizado por Buitrago & Duque (2013), en toda la región se produce un total de 1,932,000 millones de dólares cada año, lo que representa una fuerza económica considerable. Específicamente, en Estados Unidos, estas industrias tuvieron un impacto notable en 2013, generando aproximadamente 1,664,000 millones de dólares, equivalente al 11.2% del PIB, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2018). Estas cifras subrayan la importancia creciente de la Economía Creativa en la región y su papel como motor de la economía y el empleo.
Los organismos internacionales desempeñan un papel crucial en el desarrollo y la promoción de las industrias creativas. Entre los organismos involucrados en estas industrias se encuentran la UNESCO, la CEPAL, UNCTAD, DCMS y la OMPI. Estas organizaciones colaboran en la implementación de políticas y programas destinados a impulsar la creatividad, proteger la propiedad intelectual y fomentar el desarrollo sostenible de las industrias creativas a nivel global. Su colaboración refleja el reconocimiento de la importancia estratégica de la Economía Creativa en la agenda internacional y su potencial para promover el crecimiento inclusivo y la innovación.
La culminación de la transición hacia la Economía 4.0, también conocida como Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0, representa un hito significativo en el panorama económico global. Este paradigma emergente no solo implica una reconfiguración de los medios de producción, sino que también plantea nuevos desafíos y oportunidades en la organización y gestión de procesos industriales y empresariales.
La Industria 4.0 no solo implica una transformación en los procesos de producción, sino que también tiene implicaciones profundas en otros ámbitos, como la Economía Creativa y la Economía Naranja. Estas convergencias demuestran la interconexión y la interdependencia entre los avances tecnológicos y los sectores económicos tradicionales, lo que sugiere un futuro de innovación y sinergias en el desarrollo económico.
En el contexto nacional, estas tendencias están ganando impulso debido a la rica diversidad cultural y artística que caracteriza al país. Las industrias creativas, que abarcan desde la música y el cine hasta la artesanía y el diseño, están emergiendo como motores clave de crecimiento económico y generación de empleo, tanto a nivel local como internacional.
A pesar de los avances, es importante reconocer que aún queda un camino por recorrer para alcanzar su plena implementación en el país. Sin embargo, el progreso gradual en la adopción de tecnologías y prácticas innovadoras indica un horizonte prometedor para el desarrollo económico y la inclusión social en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial.
*Docente Universitaria, Máster Negocios Internacionales, Coach Ejecutiva.
