¿FICTICIOS?

ZV
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13 de mayo de 2024
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12:18 am
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¿FICTICIOS?

A ver, a ver a ver –mensaje de voz, de la nena de los cuentos– hoy quiero decir esto: Winston es un chucho y el Sisimite no existe para nada, es una leyenda”. -“Pero Winston –interviene la mamá– ¿si es mandón?”. -“Sí –responde– porque toda la vida quiere estar paseando”. -“¿Es vago? –la interrumpe la mamá–. -Sí, –asiente la nena– y hasta manda a que lo saquen”. -“En la historia –le dice el papá– los que escriben, literatos y una gran cantidad de filósofos, han utilizado seudónimos, personajes ficticios, a veces hasta inventados, para definir grandes realidades; intentar decirnos, usando una ficción, las dramáticas situaciones que se dan en este mundo en que vivimos”. La nena pareciera entender la explicación de los padres, pero cierra con una recomendación: “No te dejés mandar por Winston, porque fuiste un presidente”.

(Ya ves –entra el Sisimite– ya se dieron cuenta que sos mandón y manipulador. -Ya te dije la vez pasada que no es manipulación –riposta Winston– es que, ¿yo qué culpa tengo?, son características de personalidad de mi raza: “El Yorkie es enérgico, muy sobreprotector, inteligente, curioso y amante de la atención. Y con su familia, es entretenido, exigente, terco y cariñoso”. En ninguna parte de la literatura dice que sea mandón o manipulador. Esos son inventos tuyos. -Además –interrumpe el Sisimite– lo de mandón no te lo dicen en forma ofensiva, sino que sos muy consentido. -A propósito –pregunta Winston– ¿de dónde sacan la frase, “no dejar títere con cabeza”, entendida metafóricamente como dar golpes a diestra y siniestra, ofender sin miramientos, arrasando con todo lo que se pone enfrente? -El origen de la frase –responde el Sisimite– es atribuido a Miguel de Cervantes, en “Don Quijote de la Mancha”. “Esta frase tan popular es comúnmente utilizada cuando en un acto de enojo o molestia alguien arrasa con todo, ya sea de forma física o verbal”. En el segundo libro (Retablo de Maese Pedro), de las aventuras y desventuras de don Quijote, el hidalgo caballero y Sancho asisten al “Retablo de la libertad”. Mientras –en la representación– “el titiritero rescata a su amada del encierro de sus captores musulmanes, don Quijote comienza a alucinar, pretendiendo ayudar a la pareja de títeres a escapar”. “Ataca con la espada a las marionetas representados en la obra, destruyendo a todos los muñecos de trapo y de madera, sin que uno tan solo quede con cabeza, provocando un endiablado desorden, para estupor de los espectadores”).

(-“Viendo y oyendo, pues –Winston cita textual la parte del libro– tanta morisma y tanto estruendo don Quijote, parecióle ser bien dar ayuda a los que huían; y, levantándose en pie, en voz alta, dijo: -No consentiré yo en mis días y en mi presencia se le haga superchería a tan famoso caballero y a tan atrevido enamorado como don Gaiferos”. “¡Deteneos, mal nacida canalla; no le sigáis ni persigáis; si no, conmigo sois en la batalla!”. “Y, diciendo y haciendo, desenvainó la espada, y de un brinco se puso junto al retablo, y, con acelerada y nunca vista furia, comenzó a llover cuchilladas sobre la titerera morisma, derribando a unos, descabezando a otros, estropeando a éste, destrozando a aquél, y, entre otros muchos, tiró un altibajo tal, que si maese Pedro no se abaja, se encoge y agazapa, le cercenara la cabeza con más facilidad que si fuera hecha de masa de mazapán”).

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