Más de 1,000 migrantes se entregan a diario a Patrulla Fronteriza buscando asilo

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13 de mayo de 2024
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04:20 am
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Más de 1,000 migrantes se entregan a diario a Patrulla Fronteriza buscando asilo

Al momento en que son recogidos en el campamento samaritano se encuentran en custodia, porque en ese punto fueron traficados por los carteles que operan en el sector.

Por: Xiomara Mairena

TUCSON, ARIZONA. Más de 1,000 migrantes que sobreviven al paso crucial por el desierto se entregan a diario a la Patrulla Fronteriza para una oportunidad de asilo.

Entre las nacionalidades que han cruzado buscando una oportunidad en Estados Unidos y que sobreviven a la odisea se destacan Guatemala, Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Honduras (en menor cantidad), México, Bangladesh, Perú, Nepal, India, África, Nigeria, entre otros.

LA TRIBUNA llegó hasta el muro fronterizo que divide a Arizona de Sonora, México, en el sector conocido como Sásabe, a un costado del Rancho Tres Bellotas, donde se encuentra un albergue que facilita agua, comida, ropa, y espacio para dormir a los migrantes de las diferentes nacionalidades que buscan el “sueño americano”.

Cada uno fue colocando sus pertenencias en la “paila”, luego los fueron ordenando en la camioneta donde serían transportados; a algunos los subieron a otra unidad, incluida la única mujer que se encontraba en ese campamento.

ABANDONADOS POR “COYOTES”

De acuerdo con lo detallado por la Patrulla Fronteriza, los “coyotes” o traficantes de indocumentados desvían a los migrantes por el sector fronterizo para que puedan entrar a Estados Unidos, los engañan diciéndoles que pasarán por ellos.

O bien cuando saben que ya no tienen dinero para continuar pagando, simplemente los abandonan a la intemperie y que busquen cómo sobrevivir sin agua, ni alimentos, enfrentándose a morir deshidratados o mordidos por serpientes, alacranes, entre otros riesgos.

El estadounidense Andrés Winter instaló el campamento samaritano desde diciembre del año pasado y contó que los migrantes al cruzar el muro llegan hasta ese lugar buscando ayuda, toman agua porque llegan muy deshidratados y con hambre y les da alimentos.

Descansan después de haber caminado por varias horas o hasta días por el desierto y esperan que la Patrulla Fronteriza pase por ellos para trasladarlos al Centro de Procesamiento que está ubicado a casi una hora de distancia en vehículo.

Cuando ya estaba todo el grupo, el agente de la Patrulla Fronteriza les explicó hacia donde iban a ser llevados.

HASTA 200 PERSONAS

“Yo estoy aquí de emergente para esta gente que busca asilo en los Estados Unidos, todos ellos están aquí esperando, la “Migra” viene y se lleva casi toda la gente, primero a las familias y a los niños que viajan solos, mujeres”, contó.

Al mismo tiempo, indicó que “de dos a cuatro veces viene la “Migra” al día para llevar gente, son alrededor de 15 kilómetros de distancia de aquí al Centro de Procesamiento”.

“No sé exactamente cómo la gente sabe que estoy aquí, al final porque solo pueden caminar en una dirección, porque lo que se observa son montañas, o bien un guía les dice: camina para allá, en la mañana les tenemos agua, un poco de comida”, comentó.

“A veces tenemos hasta 200 personas aquí, es muy difícil tenerlos a todos principalmente cuando llueve, pero yo estoy aquí para ayudarlos, hay gente de Perú, de México, Guatemala, Ecuador, Nepal, India, anteriormente África, Venezuela, Honduras”, detalló Winter.

Entre dos y cuatro veces al día llega la Patrulla Fronteriza al campamento para llevar migrantes de diferentes nacionalidades.

PATRULLA FRONTERIZA

Por su parte, el agente de la Patrulla Fronteriza, Gus Soto, manifestó que “en este campamento es donde se entregan los grupos de migrantes, unos piden asistencia, otro asilo, pero a cuántos les van a dar es muy difícil, porque cada caso es distinto, tenemos que hablar con ellos, que manifiesten por qué salieron de casa, pueden declarar que piden asilo”.

Confirmó que en el sector de Tucson son alrededor de 800 a más de 1,000 personas a diario que se están entregando y entre las nacionalidades que más se registran son mexicanos, guatemaltecos y ecuatorianos.

Soto explicó que después de recoger a los migrantes en el campamento, los llevan a un Centro de Procesamiento en Tucson, Arizona, donde les toman todos los datos biométricos, el expediente migratorio para cada persona y en ese punto depende de lo que hayan declarado va seguir el otro paso, unos que van a pedir el regreso a México, otros a su país de origen, asilo político, y eso se canalizará de manera apropiada.

“Nosotros escuchamos el caso, los proceso, y los sigo al siguiente paso que va a ser con un juez de inmigración y se les va a proporcionar una fecha que puede ser en un mes, un año, o en tres años”.

Recordó que “el año pasado se miraban cubanos, colombianos, de Senegal, pero cambia cada mes y año”.

En el caso de Honduras, dijo que “los reclutadores de hondureños no los traen por Tucson, los llevan a Texas, porque ya tienen esa red establecida, principalmente por el valle de Río Grande”.

El estadounidense Andrés Winter instaló el campamento samaritano, desde diciembre del año pasado.

“RIESGO ES GRANDE”

“El riesgo es grande, porque se está confiando en la palabra de un contrabandista, el viaje es tan peligroso como es para la frontera de Arizona, se tienen que enfrentar a todos los peligros cruzando desde Honduras, si van a caminar tienen que cruzar toda la frontera y la República de México, llegando a la frontera se enfrentan a otra amenaza si cruzan por Arizona se van a enfrentar al desierto, a Texas se van a enfrentar a los peligros que existe en esa área”, alertó.

Al mismo tiempo, señaló que los carteles están peleando entre sí por el tráfico de personas y narcotráfico en la zona.

“Los carteles en esa área, el cartel de Jalisco Nueva Generación, el cartel de Sinaloa, aquí en Arizona, hay varias organizaciones del crimen organizado que están encargadas de esas zonas, los Zetas todavía están en ciertas áreas, hay tantas organizaciones encargadas del transporte de migrantes, están involucrados en el narcotráfico”, detalló.

Marlon Antonio Urbina, migrante de Nicaragua.

Soto remarcó que los migrantes también se enfrentan contra el clima, la falta de alimento, “en la noche con las víboras de cascabel, los animales que buscan comida, hay peligro tras peligro el ingresar de manera irregular”.

Minutos antes de que procediera a entregarse a la “Migra”, el migrante Marlon Antonio Urbina contó que antes de migrar de Nicaragua pudo salvar la casa que tenía empeñada, sin embargo, perdió su carro que era su principal herramienta de trabajo para comprar y vender café.

“Yo me vine solo, pero es complicado, aquí se ve gente muy mala, llegué en 62 días aquí, mi ruta fue Nicaragua, Honduras, Guatemala, México, invertí 2,500 dólares aproximadamente, mi familia en el camino me iba enviando dinero y espero que me den una oportunidad (de asilo)”, confió.

Urbina dijo haber escuchado en su país que por 12 mil dólares lo cruzaban directo a los Estados Unidos por el lado del desierto, pero que él no tenía ese dinero.

El campamento samaritano se encuentra frente al muro fronterizo que divide a Arizona de Sonora, México, en el sector conocido como Sásabe, a un costado del Rancho Tres Bellotas.

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