Nuevas corrientes

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13 de mayo de 2024
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12:06 am
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Nuevas corrientes

Por: Rodolfo Dumas Castillo

En el complejo panorama financiero global, la dinámica de la inversión extranjera directa (IED) ha sufrido transformaciones significativas, especialmente en la era postpandemia. Honduras se encuentra en una coyuntura crítica para navegar estas transformaciones con inteligencia, con la oportunidad de capitalizar las nuevas corrientes de capital. Esta reorientación de la IED, motivada por tensiones geopolíticas y consideraciones estratégicas a nivel mundial, exige que Honduras intensifique sus esfuerzos para atraer inversiones que impulsen tanto el crecimiento económico como el desarrollo humano.

La época de flujos de capital global sin restricciones, anteriormente celebrada como un impulsor de la prosperidad económica, está cediendo ante una nueva realidad caracterizada por la alineación geopolítica y los intereses estratégicos. Las tensiones comerciales, como la guerra entre Estados Unidos y China durante la década pasada, han acelerado esta evolución. Por ejemplo, al momento de escribir este artículo, trascienden informes de prensa sobre la posibilidad de que Estados Unidos imponga tarifas de hasta el 100% a la importación de vehículos eléctricos provenientes de China, lo que probablemente desencadenaría una respuesta similar por parte del gigante asiático.

Según estudio de economistas del Fondo Monetario Internacional, la IED global como porcentaje del PIB se desplomó de un promedio del 3.3% en la década de 2000, a apenas un 1.3% entre 2018 y 2022. Además, la reorientación de la IED es evidente en la disminución de las inversiones en sectores estratégicos en China y Asia, contrastada con flujos estables o crecientes hacia América y Europa. Honduras, como muchas economías emergentes, no puede darse el lujo de pasar por alto estos cambios sísmicos en las finanzas globales. La capacidad del país para atraer IED influye directamente en su crecimiento económico, creación de empleo y avance tecnológico. Por eso es imperativo para Honduras adaptarse proactivamente al panorama de inversión en evolución e implementar medidas para mejorar su atractivo para los inversionistas extranjeros.

Para contrarrestar los desafíos planteados por los cambios en los flujos de IED, inicialmente es importante que redoblemos nuestros esfuerzos en la promoción y facilitación de la inversión mediante mejoras significativas al clima de negocios. ¡Urge la simplificación administrativa! Menos trámites, digitalización de gestiones y, sobre todo, estabilidad normativa. Reconocemos el buen trabajo del Consejo Nacional de Inversiones en algunos de estos temas, pero este sería mucho más eficaz con procesos administrativos sencillos y ágiles.

Paralelamente debe reforzarse el desarrollo de la fuerza laboral mediante programas de capacitación y entrenamiento vocacional para responder a las demandas del mercado. Al alinear la educación con las necesidades de la industria, Honduras puede mejorar su atractivo como destino para la IED, frenando simultáneamente la dramática fuga de nuestro valiosísimo capital humano.

Si bien las fuentes tradicionales de IED han disminuido, Honduras puede explorar asociaciones con una amplia gama de países y regiones. Al fomentar relaciones con economías establecidas y emergentes, Honduras puede mitigar los riesgos asociados con la dependencia excesiva de pocas fuentes de inversión. En esto también se ha recibido la buena noticia de la aprobación del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, que abre nuevas oportunidades para las industrias hondureñas en ese prometedor mercado.

Esto también requerirá mejoras sustanciales en infraestructura, incluidas las redes de transporte, energía y conectividad digital. Genera esperanza el proyecto para desarrollar una conexión logística interoceánica en el país que, aunque entendemos es un proyecto a largo plazo y que será desarrollado por etapas, se alineará perfectamente si el país logra incrementar los niveles de IED. Existen otros temas que urge atender, como el fortalecimiento de la gobernanza y el Estado de Derecho, transparencia y combate a la corrupción, que son esenciales para infundir confianza entre los inversores.

Mientras navegamos por los cambiantes flujos de capital globales, debemos aprovechar la oportunidad de posicionarnos como un destino de inversión atractivo, implementando políticas proactivas y fomentando un entorno propicio para la inversión que nos permita cultivar todo nuestro potencial para impulsar un crecimiento económico inclusivo. En un mundo cada vez más interconectado, la búsqueda de inversión extranjera no es simplemente una opción, sino un imperativo estratégico para el desarrollo.

Correo: [email protected]

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