Por: Rodolfo Dumas Castillo
No hay otro tema tan relevante y urgente para el pueblo hondureño como la creación de más oportunidades de trabajo. En todas las encuestas sobre prioridades, este asunto siempre es el más destacado, excepto en el Valle de Sula, donde la protección contra las inundaciones lo supera (sobre este comentaremos en otra ocasión). Sin embargo, a pesar de la urgencia que existe de generar nuevos empleos, el Estado aún no aprueba una ley que permita el trabajo a tiempo parcial.
El trabajo a tiempo parcial es una forma de empleo atípica que se puede clasificar como sustancial (21 a 34 horas por semana), de corta duración (20 horas o menos), o marginal (menos de 15 horas a la semana). En algunos países existen modalidades con horas muy reducidas o irregulares, como el trabajo a pedido y los contratos de “cero horas”, donde el patrono no garantiza un número específico de horas, siendo oportuno advertir que estas dos no son viables en nuestro país debido a su imprevisibilidad, insuficiencia de ingresos y variabilidad de horarios, sin perjuicio de otras razones eminentemente jurídicas.
El Convenio 175 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el trabajo a tiempo parcial (no ratificado por Honduras), en su artículo 1º declara: “A efectos del presente Convenio: (a) la expresión trabajador a tiempo parcial designa a todo trabajador asalariado cuya actividad laboral tiene una duración normal inferior a la de los trabajadores a tiempo completo en situación comparable; (b) la duración normal de la actividad laboral a la que se hace referencia en el apartado a) puede ser calculada semanalmente o en promedio durante un período de empleo determinado…”
Ese Convenio establece directrices claras para garantizar que los trabajadores a tiempo parcial reciban una protección adecuada en términos de salario, seguridad social y condiciones laborales, subrayando la importancia de no discriminarlos y de asegurarles derechos comparables a los de los trabajadores a tiempo completo, proporcionalmente a sus horas trabajadas. La OIT también recomienda que los países adopten políticas que fomenten el empleo a tiempo parcial como una opción viable y decorosa.
Para que esa modalidad sea beneficiosa, debe ser voluntaria, garantizar la igualdad de trato con los trabajadores a tiempo completo, ofrecer un número mínimo de horas garantizadas, limitar la variabilidad de las horas de trabajo y permitir la posibilidad de pasar a un empleo a tiempo completo. Numerosos estudios académicos demuestran que el empleo a tiempo parcial puede dinamizar el mercado laboral, mientras que, en economías similares a la hondureña, se ha evidenciado que flexibilizar el mercado laboral mediante esta modalidad no solo aumenta la tasa de empleo, sino que también mejora la productividad general.
Recientemente, fuimos testigos de un evento que demostró tanto el potencial como las limitaciones del mercado laboral del país. La feria de empleos organizada por la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés fue una muestra elocuente de la vitalidad económica de la región, pero también dejó valiosas lecciones sobre lo que se debe hacer para mejorar las oportunidades de empleo. Ni el sofocante calor ni la contaminación atmosférica extrema impidieron que más de 200 empresas y miles de ciudadanos acudieran al evento.
Esa diversidad refleja la amplitud del mercado laboral, con ofertas que iban desde puestos en manufactura hasta roles en tecnología de la información. Los participantes tuvieron la oportunidad de interactuar directamente con las empresas, en un ambiente digno y propicio para ese propósito. Este también dejó importantes lecciones, identificando las barreras estructurales que limitan el desarrollo del mercado laboral en nuestro país. Desde capacidades técnicas, profesionales, académicas, comunicacionales, hasta habilidades blandas, las limitaciones son muchas.
El sector privado, tal como quedó demostrado con la feria de la CCIC, hace lo que está a su alcance. Sin embargo, para maximizar estos esfuerzos y realmente avanzar hacia un mercado laboral inclusivo y dinámico, es importante que el Estado apruebe normas que regulen el empleo a tiempo parcial. Adoptar los principios del Convenio 175 de la OIT y sus recomendaciones fortalecería la economía del país, nos alinearía con estándares internacionales y generaría múltiples beneficios socioeconómicos, como la reducción del desempleo juvenil y la inclusión de grupos marginados en el mercado laboral.
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