Cinco pildoritas y un ramo de flores para Juan

Carlos G. Cálix

¿Un tremendo golpe a la libertad de prensa? ¡No! ¡Considero que no! La salida de Juan Ramón Martínez de La Tribuna no es un golpe a la libertad de prensa en Honduras. Juan Ramón Martínez seguirá escribiendo, publicando y exponiendo sus puntos de vista en todos los medios posibles hasta el último día de su vida. ¡Es Juan Ramón!

Dos días antes que se viralizara el chat “privado” en redes sociales, de segunda mano recibí el mensaje original con un comentario que hacía eco de un “tremendo golpe a la libertad de prensa”. Bastaron horas para que la conversación que alguien editó, comenzara a circular en grupos de WhatsApp.

Pude imaginar a algunos tomando la información y tratando de buscar visualizaciones en redes sociales con un mensaje relacionado a la censura. Algo natural cuando se presume tener una sola versión de los hechos. En tal sentido, llamó mi atención la “solidaridad” expresada con el abogado y excandidato a la presidencia Juan Ramón Martínez, especialmente por el guionista y escritor Oscar Estrada, quien expresó que: “El poder no debe presionar por la censura y que el cierre de los canales es el precio que pagan los hombres de letras”. Si bien en diversos temas no deja de tener razón, para poseer una idea del sabor del pastel, es necesario cortarlo con una navaja de Hitchens, pues “lo que se puede afirmar sin pruebas, también puede ser descartado sin pruebas”.

Una semana antes de lo sucedido habíamos acordado desayunar con Juan Ramón. No fue posible, pero nuestra interacción electrónica sí. Por ende, compartimos impresiones sobre la “Rebelión en la Granja”, una columna que me pareció genial. Me comentó que ya no volvería a escribir en La Tribuna. Lamenté el mensaje y le manifesté que seguramente tendría nuevos lectores, otras oportunidades o mayor difusión, algo que anticipábamos y que sabíamos podía ocurrir en cualquier momento sobre todo cuando se utiliza la mencionada navaja de Hitchens.

Diversos amigos en común preguntaron mi opinión sobre el hecho. Una de mis respuestas fue: “Hay diversas interioridades alrededor. En ambos lados. Creo que Juan Ramón Martínez escribió al menos 25 columnas en contra de Carlos Flores Facussé y este siempre respetó su libertad de expresión”. Entre columnas y pildoritas se atacaban y contraatacaban, 25 menos o 25 más, entre pildoritas y columnas hacían uso de la libertad de expresión. Cada uno a su modo, cada quien, con sus seguidores. Los devenires de la vida pública son así. Las cinco Pildoritas del sábado 18 de mayo de 2024 lo confirman enmarcadas en una cultura del respeto y la tolerancia.

Los ciudadanos tenemos derecho a disentir. Eso lo permite la democracia. Podemos estar de acuerdo o no con la gestión de la presidenta Xiomara Castro, con las gestiones de los expresidentes del gobierno, sean Juan Orlando Hernández, Porfirio Lobo, Roberto Michelleti, Manuel Zelaya, Ricardo Maduro o el mismo Carlos Flores. Los datos reflejan elementos positivos y negativos de sus liderazgos políticos. Basados en ellos, los hondureños tenemos claro que Honduras ha merecido mejor suerte. Pero la suerte se construye con visión estratégica y con trabajo arduo.

Indudablemente, Juan Ramón Martínez como excandidato a la presidencia y Carlos Flores Facussé como expresidente de la República merecen el debido respeto. Aunque ninguno de los dos es monedita de oro, cada uno ha hecho lo que ha podido por Honduras. Es cierto que han quedado a deber, pero también que todos los hondureños hasta el día de hoy no hemos sido capaces de construir un mejor país. Debemos comenzar.

Algunos pensarán que el ramo de flores de la semana pasada viene dedicado a Juan Pueblo y que el “lado oscuro” apaga las luces de la libertad de expresión, unos considerarán que esto es solo un tema de pesos y contrapesos y, otros comprenderán que una empresa puede elegir según política interna, con quien trabajar y con quien no. En el caso de Juan Ramón Martínez, no hubo ningún despido, puesto que, los columnistas no son empleados del diario. Se les abre un espacio pluralista que debe estar apegado a la ética periodística conforme a la línea editorial.

En tal sentido, el mercado de las ideas está abierto a generar oportunidades para los diarios y para los lectores. Razón por la cual, La Tribuna, La Prensa y El Heraldo gozan de credibilidad. Así, el resto de los medios de comunicación del país pueden abogar por la mejora constante y la defensa de las libertades. El libre mercado de las ideas abre esas posibilidades para innovar y reconstruir a Honduras. Por ello, por la libertad de empresa y la libertad de prensa; nos vemos el futuro.

[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias y director general de MacroDato. Posdoctorado IIESS-CONICET.