Nuevos equilibrios en el mundo

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21 de mayo de 2024
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12:34 am
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Nuevos equilibrios en el mundo

Por: Arístides Mejía Carrafnza [1]

“El viejo mundo muere. El nuevo tarda en aparecer. En ese claroscuro surgen los monstruos”. Gramsci

¿El mundo se acelera? O: ¿Se acelera la historia?[2]

Por supuesto que la guerra en Ucrania (llamada operación especial por Putin) y la respuesta de Israel a los atroces ataques terroristas (llamada guerra por Netanyahu) no son la causa pero si la revelación de contradicciones de lo que podría ser un futuro orden mundial que será recogido luego por la historia que ni corre, ni se ralentiza, solo se inserta en un proceso en marcha.

Aunque el predominio de Occidente va en declive y la alianza de ruso-china es la de la fuerza nuclear con una economía fuerte de la cual Rusia depende cada vez más, está todavía lejos de ser el bloque hegemónico.

Cierto que el primer mundo está fragilizado por la emergencia de líderes nacionalistas hostiles a las democracias liberales y la posibilidad de que Estados Unidos se aísle, si Trump gana las elecciones. Europa que ya tiene gastos militares tres veces mayores que los de Rusia, deberá rediseñar su defensa aumentando ciertas capacidades, para no depender de un aliado poco confiable que pondría en precario a la alianza Atlántica y el apoyo a Ucrania.

Lo que se llama el Sur Global, constituido por potencias emergentes como Brasil, Sudáfrica, India, Arabia Saudita oscila entre ambos bloques. Es un esquema diferente al de la guerra fría, pues la India de Modi se alinea cada vez más con Occidente dejando a su viejo aliado ruso y los otros países otrora aliados de EEUU se acercan paulatinamente a China mientras Francia y EEUU pierden su influencia en el Sahel y resto de África.

Los puntos de conflicto como el estrecho de Ormuz y el Medio Oriente gradualmente pierden interés para Estados Unidos que ya no depende del petróleo árabe debido al aumento de su propia producción. Por ese estrecho pasa ahora el grueso de los aprovisionamientos de China e India, pero siempre ante la amenaza iraní de obstruirlo, la V flota de Estados Unidos y una base naval de Francia en los Emiratos Árabes Unidos mantienen presencia, como lo hacen ambos países en los 7 mares del mundo en proporciones diferenciadas.

Entretanto, los gobiernos parias de Irán y Corea del Norte a pesar de la diferencia tangible de sus regímenes (una teocracia y una dinastía comunista) se han aliado al lado de Rusia y China por su animosidad a Occidente.

Aunque los Estados Unidos conserva desde hace décadas su poder económico (25% del PIB mundial), el de Europa que se le equiparaba representa ahora solo un 80% de éste y la riqueza de Occidente frente al resto del mundo ha disminuido.

El extremista gobierno israelí lleva a cabo desde hace meses una masacre indiscriminada (no pueden calificarse de víctimas colaterales de guerra) de civiles palestinos,  causando perjuicio en el liderazgo de los Estados Unidos ante los países árabes amigos que lo descalifican de ahora en adelante como mediador para una solución. El gobierno de Biden está en aprietos, pues no puede dejar su apoyo incondicional al aliado más firme de Occidente en el Medio Oriente pero la fractura en la política interna puede ser profunda, al haberse generado un movimiento fuerte de solidaridad con el pueblo Palestino.

Más importante aún: Ante el auge de China, logrado en buena medida por las inversiones occidentales y la transferencia de tecnología con su consecuente espionaje científico, Estados Unidos ha llamado a un repliegue, China no es desde hace un tiempo un socio confiable, sino que un rival con régimen autoritario determinado a expandir su influencia en Asia Central, África, Medio Oriente y América Latina. El crecimiento chino se ha detenido en los últimos años, el primer exportador a los EEUU ha pasado a ser México; su inversión militar aunque multiplicada está lejos de rivalizar con la de los Estados Unidos (menos de 500 cabezas nucleares frente a más de 5000) y la fuerza militar americana y sus aliados (Corea del Sur, Japón, Filipinas, Australia, Inglaterra), le impide el control del mar de China y del estrecho de Taiwán por donde pasan la mayor parte de las importaciones y exportaciones de la potencia asiática. Taiwán produce el 53 % de los semi conductores, Corea del Sur un 17%, EEUU y Europa un 22%, componentes esenciales para toda la industria cuya exportación a China está ahora restringida. La idea no es desacoplar las economías, pero si limitar la transferencia de tecnologías avanzadas. La reciente gira de Xi Jinping por Europa estuvo marcada por un llamado a impulsar nuevas asociaciones y por discursos pregonando la armonía, cambiando completamente el tono de una potencia que ya se veía alcanzando a los Estados Unidos para el 2030.

Los nuevos equilibrios están en plena conformación, el globo terrestre será multipolar con pérdida de influencia occidental, pero China no será por de pronto el amo del mundo.

[1] Político, ex Embajador.

[2] Dicotomía al título libro de Tomas Gomart, “La Aceleración de la Historia”, del que se ha tomado parte de la información.

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