¿MILAGROSO?

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24 de mayo de 2024
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01:28 am
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¿MILAGROSO?

AYER, tomamos apuntes del libro, “El Suicidio de Occidente”, de Jonah Goldberg. “Lo milagroso –sostiene el autor– fue el nacimiento de sociedades liberales, prósperas y libres a finales del siglo XVII en Occidente”. Explica que, “si bien en Inglaterra sucedió por accidente, en Estados Unidos fue una elección consciente”. La grandeza consistió en mantenerse fiel a los ideales fundacionales. Sin embargo, hoy en día –estipula– “la fuerza de corrientes populistas y antidemocráticas están socavando sus instituciones primarias”. Explica que “antes del milagro –en palabras de Thomas Hobbes– la vida de la mayoría de nuestros antepasados era desagradable, brutal y corta”. “Los Homo sapiens –durante gran parte de la existencia humana– fueron simios nómadas, cazadores-buscadores primitivos que vivían de lo que podían recolectar y atrapar”. Lo que cambia aquello, unos 15 mil años atrás, fue “cuando surge la agricultura”. “Toman forma las primeras sociedades humanas reconocibles”. “Lo milagroso –un bienestar cuantificable– ocurrió a finales del siglo XVII cuando la humanidad volvió a revolucionar la manera de organizarse”. “Pero además empezaron a pensar de manera diferente”.

La revolución de 1688 trajo reformas transformadoras. “La Declaración de Derechos, por ejemplo, fijando límites claros a la monarquía y dándole al Parlamento una voz mucho mayor en la gestión del país”. “Quedó grabado en piedra el derecho de los representantes parlamentarios a gobernar en nombre del pueblo”. ¿Por qué en Inglaterra? “A diferencia del derecho civil –el sistema legal utilizado en el resto de Europa– el derecho consuetudinario inglés limita el poder monárquico estableciendo precedencia; casos legales previos y veredictos que un juez puede utilizar para fundamentar sus decisiones”. Otra consideración. “Siendo isla, un territorio más protegido de invasores, la sociedad era menos militarista y más liberal”. Lo otro –según resume el historiador Alexis de Tocqueville– “el espíritu de individualidad, es la base del carácter inglés”. “La asociación es un medio para lograr cosas inalcanzables mediante un esfuerzo aislado”. O sea, “el individualismo fomentaba la libre asociación entre iguales, la base de una sociedad civil fuerte comprometida”. “Fue milagro –sostiene el autor– ya que la naturaleza humana es propensa a la violencia y la desconfianza (características hondamente arraigadas en la psiquis)”. “Lo que tampoco asume que no seamos capaces de tener un comportamiento moral, ya que la moralidad también es innata, aunque igual lo es la desconfianza hacia los extraños”. “Los humanos –visto desde la perspectiva evolutiva– también somos tribales”. “La tribu es una forma muy eficaz de coordinar los esfuerzos de sus miembros para sobrevivir y transmitir sus genes con éxito”. “Sin embargo, en su forma más turbia, el tribalismo es también la raíz del mal, el instinto que impulsa la guerra y el genocidio”.

La modernidad dividió a los filósofos de la Ilustración en campos opuestos. Tomemos a John Locke y Jean-Jacques Rousseau y su desacuerdo sobre el papel del Estado. “John Locke pensaba que el objetivo de los estados era proteger la propiedad. Rousseau creía que su propósito era defender al colectivo”. “Locke afirmó que el Estado moderno era una respuesta a lo que él llamó “el estado de naturaleza”, la condición en la que los humanos se ven constantemente obligados a luchar contra otros para protegerse y todas las discusiones se resuelven por la fuerza en lugar de por una autoridad superior”. “Los hombres crean estados para proteger sus derechos inalienables a la vida, la libertad y la propiedad, cosas que la naturaleza no puede salvaguardar”. “Estos argumentos influenciaron el parecer de los padres fundadores de Estados Unidos”. La idea de Locke sobre el derecho a la propiedad –extrapolada como camino a la felicidad– se refleja en la declaración de independencia, con ese cambio en la redacción de “la de búsqueda de la felicidad”. En cambio, “para Rousseau no se trataba de proteger los derechos individualistas sino de salvaguardar los intereses colectivos de la sociedad”. (Otro día –entra el Sisimite– continuamos con la segunda parte, ello es cómo vuelven a aflorar tendencias tribales en la sociedad norteamericana, las políticas identitarias, el nacionalismo aislacionista y el rechazo populista de las instituciones liberales que amenazan el milagro de la modernidad. -¿Y ese mal que allá comienza –se pregunta Winston– no será que acá, en estos pintorescos paisajes acabados, nunca evolucionó en algo que nos sacara del hoyo, por la tradición, idiosincrasia y hasta cierto atraso de mentalidad?).

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