Por: Fernando Berríos
Y entonces el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC) de la Compañía de Jesús en Honduras publicó su último sondeo de opinión y como se dice popularmente en mi pueblo: Le dio pa´los chicles a medio mundo.
Este sondeo, que siempre ha gozado de mucho prestigio y ha tenido una buena acogida (sobre todo entre los que hoy nos gobiernan) deja al descubierto el descontento popular de los hondureños, no sólo con los gobernantes sino también con la rancia clase política y sus partidos.
Por sus excesos gozan de escasa credibilidad. Los hondureños “aparentemente” están hartos de sus mentiras y digo aparentemente porque quizás, estas mismas masas que hoy reprochan la extremada avaricia, el derroche de los recursos públicos y la incompetencia para resolver los problemas estructurales del país, son las mismos que en un año y medio estarán premiándoles una vez más con su voto.
De manera que el llamado de atención de este sondeo de opinión pública es para la clase política pero también para los incautos electores que cada cuatro años tropiezan con la misma piedra. Es hora de despertar, Honduras se hunde en un mar de promesas incumplidas. La calidad de vida está en detrimento y los bolsillos de una población enferma, sin techo, sin educación y sin empleo, están más golpeados que nunca.
En cada hogar hondureño la cruz es cada vez más pesada. Millares de hogares sin acceso a servicios básicos, sin agua, sin luz, sin acceso a la canasta básica.
Millones de hondureños agobiados por una violencia desenfrenada que sigue cobrando la vida de más de 3,000 compatriotas cada año. Las extorsiones, los asaltos a mano armada, las ejecuciones, los femicidios, el odio, la venganza, haciendo trizas la escasa paz que todos anhelamos.
Y como si fuera poco, el 20% del año ahora lo vivimos asfixiados por el humo de casi 3,000 incendios forestales que han acabado con más de 200,000 hectáreas de bosque solo este año 2024.
De manera que cuando uno ve los resultados del sondeo elaborado por la Compañía de Jesús, se da cuenta que el pueblo está harto de los políticos y de los problemas que meses atrás prometieron solucionar.
Pese a todo lo anterior, cuando se preguntó a los hondureños qué sienten cuando piensan en el futuro, el 56.2% dijo tener esperanza, el 38% dijo tener miedo y el 5.7% dijo ni lo uno ni lo otro.
Estos resultados me hacen entender mejor aquel famoso adagio popular: “la esperanza es lo último que se pierde” y vea usted que la mayoría de la población sigue creyendo que tiempos mejores puede venir para este país y sus habitantes.
Al inicio de este artículo hablamos sobre la escasa credibilidad y eso está sustentado en que el 56.9% de los hondureños no tienen ninguna confianza en los partidos políticos, el 50.6% tampoco la tiene en el Congreso Nacional y el 50.4% tampoco cree en el Consejo Nacional Electoral (CNE). Si a esto sumamos la poca confianza en estos tres sectores, concluimos que 8 de 10 hondureños no creen en estas instituciones.
Pero también se preguntó a qué instituciones le tienen mucha confianza los hondureños. Los mejores evaluados son la Iglesia Evangélica (41.1%) y la Iglesia Católica (35.6%). Curiosamente, aquí no aparecen sectores que (en teoría) deberían estar bien evaluados, como los medios de comunicación. Los periodistas también debemos ganarnos la confianza del pueblo.
Ahora veamos lo concerniente a la aplicación de la justicia. El 66% cree que con la nueva Corte Suprema las cosas siguen igual, el 16.6% cree que más bien las cosas han empeorado y apenas el 15.9% cree que ha mejorado. Estos resultados son una amonestación severa para los que solo ven la justicia como un botín para oscuros intereses.
Y respecto a los partidos políticos, resulta sorprendente que el 56% de los hondureños abiertamente manifieste que no tienen preferencia por ningún partido. De manera que los políticos deberían entender que este país no les pertenece, no es su finca, no es su hacienda particular. Y si los hondureños no tienen preferencia partidaria, ¿por qué se debe creer que los futuros gobernantes obligatoriamente deben salir de las entrañas de algún partido político?
El poder de elegir está en el pueblo, pero ese poder se mantiene secuestrado por dirigentes que se atribuyen más poder del que en realidad tienen.
La preferencia por partidos, según el sondeo, es de 19.8% el Partido Nacional, 13.8% el Partido Libre y 10.1% el Partido Liberal. Es decir, el tripartidismo apenas logra la voluntad de 4 de 10 hondureños.
Y respecto a la gestión presidencial de doña Xiomara, el sondeo refleja un veredicto popular. El 52.1% cree que en su segundo año de gestión las cosas siguieron igual, el 32.1% cree que las cosas empeoraron y apenas el 14.6% cree que mejoraron. Al segundo año de gestión, la nota promedio para la presidenta fue de apenas 4.23. La presidenta es una mujer bien intencionada y capaz, lo que necesita, a mi juicio, es apartar a muchos funcionarios indolentes, mediocres y haraganes que le acompañan y le causan estragos a su imagen y a su gestión.
Hay mucha más información sobre este revelador informe, pero por hoy, aquí nos quedaremos. Es momento de reflexionar y enderezar el camino.
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