La urgencia del Quinto Censo Nacional Agropecuario (CENAG)

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4 de junio de 2024
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12:41 am
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La urgencia del Quinto Censo Nacional Agropecuario (CENAG)

Wilfredo Díaz Arrazola

El órgano superior de dirección del Instituto Nacional de Estadística (INE) en su 54ª reunión declaró: “El Censo Agropecuario Nacional y el Censo Nacional de Población y Vivienda son iniciativas que desempeñan un papel central en la generación de datos confiables que respaldan la toma de decisiones gubernamentales, el desarrollo de políticas públicas y la planificación a largo plazo en diversas áreas”.

El CENAG no es una iniciativa: Es y debe ser una práctica periódica, sistemática y técnica del gobierno para el levantamiento de información, análisis e investigación en campo para establecer la situación actual del sector agropecuario/forestal cada determinado tiempo (generalmente cada cinco o diez años); y en función de la comparación y contraste con la situación encontrada en censos periódicos agropecuarios anteriores procurar establecer, con base en información fiable, las tendencias actuales y futuras del comportamiento cuantitativo y cualitativo de las diferentes actividades agropecuarias y forestales en el país, así como la de sus productores. Su adaptación ventajosa o no a los nuevos modos de producción y variación de las relaciones económicas y productivas internacionales y, más recientemente, a los efectos e impactos actuales y potenciales del cambio climático.

Los aspectos estructurales que se abordan en un censo se asocian con las variables de la agricultura que manifiestan cambios lentos a través del tiempo. Entre estos se reconocen los siguientes: la identificación y localización geográfica de los productores; el tamaño de la explotación; la tenencia y uso de la tierra; los cultivos y sus áreas sembradas; la producción y el rendimiento unitario obtenidos; la existencia de ganado; el uso de riego y de insumos agrícolas; el uso e inventario de maquinaria; la tecnología aplicada en la producción; la utilización y empleo de mano de obra, etc. También son variables de atención aquellas relacionadas con el productor en los aspectos educativo, sexo, edad, asistencia técnica, crédito, entre otros.

Contradiciendo la declaración del primer párrafo anterior, el gobierno de Honduras, a través de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), ha emitido una política de Estado de largo plazo para el Sector agropecuario (20 años), sin base en una información fiable o brújula estadística del sector, ya que el último censo agropecuario fue realizado durante el período 1993-94; hace ya 30 años, con cuya información desfasada no se deberían establecer tendencias, comportamientos y previsiones sobre la futura producción nacional agropecuaria y forestal, ya que estas no serían confiables, y con un potencial de generar consecuencias políticas, económicas y sociales dañinas para el futuro desarrollo nacional.

Por otra parte, los marcos muestrales sobre los que se apoyan las encuestas agropecuarias continuas y la encuesta nacional intercensal datan de finales de la década de los años setenta, por lo que sus estimaciones tampoco son confiables.

Históricamente las políticas de largo plazo en Honduras, a pesar de su importancia en la planificación para un desarrollo nacional de largo aliento, han sido un fracaso y, por ende, una inversión inútil, debido a nuestra cultura nacional de corto plazo. Para lograr una cultura de previsión de largo plazo se requiere impulsar una revolución de las conciencias a todos los niveles sociales, económicos, políticos y culturales de nuestro pueblo

Es mejor, en vez de estas recurrentes políticas de la SAG, diseñar y ejecutar acciones concretas e inmediatas al alcance de nuestros productores en el campo rural (vgr: recolección y aumento de semilla de variedades precoces de granos básicos; rescate de la milpa mesoamericana para cultivar con los pequeños y medianos productores de maíz y frijol; construcción de reservorios de agua en laderas, planicies y valles; zanjas de infiltración de agua transversales a la pendiente del terreno; etc.), ya que sus efectos pueden ser de largo plazo, y producir cambios y actitudes culturales de importancia para lograr una agricultura resiliente y regenerativa.

Por otro lado, la enorme y decisiva importancia del CENAG requiere de la actuación de personal nacional e internacional altamente calificado en la organización/planificación, programación, capacitación, ejecución, seguimiento, evaluación y control de todas las actividades necesarias para garantizar un censo de calidad, cuya información y datos sean muy confiables y oportunos. Entre estas actividades se destacan: 1) la organización de la unidad ejecutora; 2) el presupuesto y el cronograma de actividades; 3) la selección y nombramiento del personal técnico; 4) la asistencia técnica internacional; 5) la tabulación preliminar de boletas y manuales de campo; 6) el período del levantamiento censal; 7) el manual de validación y corrección automática; y 8) la cartografía censal.

Se requiere, además de una calificada dirección técnica, un fuerte carácter y compromiso con la importantísima misión del CENAG (generar información estadística confiable y transparente al servicio de todos los usuarios) que permita rodearse del personal técnico y administrativos más idóneo, y lograr de esta forma superar la incidencia perniciosa de los políticos de turno que quieran ubicar personas sin aptitud ni actitud para desempeñar este importante trabajo para el futuro desarrollo de Honduras.

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