Entender el camino para restaurar la buena política

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7 de junio de 2024
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Entender el camino para restaurar la buena política

Independencia y recuperación patria

Por: Abog. Octavio Pineda Espinoza (*)

No cabe la menor duda que la ciudadanía ha llegado a un nivel de hartazgo con la política vernácula y con la clase política en general, ante lo que perciben y entienden como acciones alejadas de los grandes principios doctrinarios de la democracia y un accionar manifiesto de actuar en procura de los intereses personales o de un grupo limitado de politiqueros que, se acomodan al poder con tal de seguir teniendo ciertos privilegios en detrimento de la sociedad hondureña en general que no ve, no siente, que los mismos actúan en la búsqueda de la solución a los grandes males del país.

En el sondeo de opinión pública elaborado recientemente por el equipo de reflexión, investigación y comunicación de la Compañía de Jesús conocido como el ERIC, uno de los más serios e imparciales del país, aparte de la evaluación del desempeño de la presente administración del gobierno de la República, en el cual se denota un rechazo casi total a las políticas, acciones y decisiones o falta de las mismas del gobierno Zelaya-Castro, también se midió la perspectiva política en temas como por ejemplo a quién considera responsables la ciudadanía de que el narcotráfico continúe en las instituciones del Estado, señalándose en primer lugar (17.%) a los diputados del CN, que son al final, la cara visible de todos los partidos políticos, seguidos de los policías, militares, jueces y magistrados, empresarios y fiscales.

Ante el cuestionamiento sobre qué tan presente está la corrupción en varias instituciones los que salen con más altos índices son en el Congreso Nacional (66.2” %), el Gobierno Central (55.2%) y los Partidos Políticos (74.7%), es decir a la clase política en general, consultados sobre la creencia de si vendrá la CICIH, órgano planteado para sanear al Poder Judicial y demás operadores de justicia, los hondureños no tienen esperanza que venga la misma en esta administración (55.8% negativo).

Quizás lo más preocupante es que ante ese cansancio ciudadano por los errores de los políticos, al 48.2% del pueblo no le interesa la política, al 30.2% le interesa poco y sólo a un 9.5% le interesa mucho. Consultados sobre el tema de la democracia, 48.2% se identifican con la frase que la misma es preferible a cualquier forma de gobierno pero el 35.4% cree o le da lo mismo un gobierno democrático o uno que sea autoritario, si a eso le sumamos que el 14.2% señala que, en algunas circunstancias es preferible un gobierno autoritario a uno democrático podemos concluir que existe una ciudadanía exhausta ante la incompetencia e inefectividad de los políticos para resolver la problemática nacional y que eso podría llevarnos por caminos peligrosos.

El indicador más relevante exhibe de forma definitiva lo exhaustos que están los compatriotas con la clase política y sus instituciones ya que preguntados sobre cuál es el partido de su preferencia, contundentemente responden que ninguno (56.0%), en otras palabras, el partido más grande de Honduras es el de los sin partido, al PN lo siguen apenas el 19.8%, a Libre el 13.8% y al Partido Liberal el 10.1%, esto tampoco implica que automáticamente el PN ganaría las próximas elecciones generales, no, la realidad es que al final todos están muy cerca y que, quien pretenda gobernar tendrá que hacerlo con alianzas que involucren a otros partidos de oposición y a grandes sectores de la sociedad más 400 mil jóvenes que se incorporarán al padrón electoral para el siguiente proceso, por lo tanto, las coaliciones o alianzas serán torales .

Es sumamente relevante el hecho que al valorar la actuación de los diputados de los 3 partidos mayoritarios todos salen con evaluaciones negativas arriba del 50% negativo entre mala y muy mala, el nivel de confianza del CNE es negativo (50.4%), el del CN es negativo en un 50.6% y el de los Partidos Políticos es el peor, 56.9% negativo, eso está enviando un mensaje claro para toda la clase política en general, algo tiene que cambiar de manera contundente en los próximos meses y deben poner todos las barbas en remojo, rectificar sus actuaciones y sus decisiones de manera que reflejen de verdad las expectativas de los ciudadanos y no sus apetitos personales, caudillescos o grupales, de hecho también se indica que no se le cree a nadie en internet (44.6%) y a los políticos y al gobierno apenas se les cree en un 0.9% y además se afirma que quien influye en las noticias son el gobierno (21.7%) y los partidos políticos (19.0%), de ahí la lógica negativa a creer en la información en medios.

Dicho lo anterior, se hace indispensable que en este nuevo ciclo electoral interno y primario de los partidos políticos surjan liderazgos nuevos, creíbles, congruentes, firmes y no manchados por la corrupción, la impunidad, el lavado de activos, la influencia nefasta del narcotráfico, liberados de todo arraigo a viejos y oscuros intereses de aquellos que se han creído y se creen dueños de estas instituciones de derecho público, que deberían ser los canales normales de expresión de los anhelos y aspiraciones del pueblo hondureño en la búsqueda democrática del poder.

Debemos entender que hay que reencaminar a nuestros partidos políticos a lo que señalan sus estatutos, principios, minuta doctrinaria y reglamentos internos, que debemos alejarnos de los excesos y los extremos tanto de derecha como de izquierda y que debemos buscar “el justo medio” tal y como lo señalara Aristóteles hace tanto tiempo. Desechar los líderes de cartón, inventados por el marketing, que no representan esos valores o principios históricos es un imperativo categórico.

Construir propuestas reales, concretas, viables, que consideren las aspiraciones reales de la juventud y del soberano es tarea obligatoria para limpiar la política y hacerla efectiva.

(*) Abogado y Notario. Catedrático Universitario. Político Liberal.

 

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