UN VISTAZO AL PASADO: CON ANA ROSA MARTÍNEZ VALLADARES

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18 de febrero de 2024
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12:42 am
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UN VISTAZO AL PASADO: CON ANA ROSA MARTÍNEZ VALLADARES

Aficionada a la monta de caballos.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email:[email protected]

DANLÍ, El Paraíso. El pasado es solo para recordar los acontecimientos más importantes. Recordar la tierra que nos vio nacer y vivimos nuestra infancia y adolescencia sin mayores preocupaciones. Sin embargo, esas primeras etapas de la vida pronto pasan, de pronto hemos llegado a la edad adulta para enfrentar las realidades de la vida del mundo que nos rodea.

¿Será posible volver al pasado? No se trata de una película de ciencia ficción llena de fantasías, de hechos no consumados. Hace un cuarto de siglo desapareció Morolica bajo las embravecidas aguas del río Choluteca que arrasó con todo lo que encontró a su paso dejando a todo un pueblo sumido en el desconcierto ante lo inesperado aquella trágica noche del 30 de octubre de 1998. Entonces, volver al pasado es para recordar con nostalgia lo que fue en las riberas del río Grande y, ahora y ya no es. Sin embargo para la generación de los 40 hasta el 98, los recuerdos y vivencias permanecen porque la memoria siempre será el mayor testigo.

Ana Rosa Martínez. – Elegida ‘Reina de Belleza’ en Estados Unidos.

Ana Rosa Martínez, (Rosita de cariño para su gente), actualmente radicada en Estados Unidos, rememora hechos sobresalientes de su vida, comenzando con su infancia y juventud. Nació en una comunidad rural donde la vida es un concierto cada amanecer, con el cacareo de las gallinas, la lumbre en el fogón, el “pocillo” con café; el canto de las aves, los juegos infantiles. El mugido de las vacas en los corrales y el relincho de los caballos. “Esa fue mi vida, alegre y feliz y la disciplina inculcada por mis padres que me enseñaron valores y principios”.

¿Qué de la juventud? “Muy bonita, desde niña me caractericé por ser sociable, con facilidad hacia amigos. Fui candidata al reinado del Instituto “Ramón Ernesto Cruz”, algo especial para toda jovencita cuando se presentan estas oportunidades, representar al colegio fue maravilloso y mucho más, ganar el cetro y la corona fue un alto honor. Ahora esto es parte de mis vivencias porque todo ocurrió en mi “viejo pueblo”, donde se quedaron todos los recuerdos bellos que el río no se llevó”, comenta con nostalgia.

Casa de la familia Aplicano.

¿Cómo recuerda a Morolica? “Ah, la vieja Morolica, era un pueblo con un paisaje bello. Era una comunidad unida, gente alegre y carismática. Fue dramático ver las imágenes que mi amado pueblo habia desaparecido. Para entonces ya estaba fuera de mi país. Por esa razón vivo con intensidad los mejores recuerdos de aquello que fue tan hermoso en mi cuna natal; nunca será lo mismo porque cuando las aguas se llevaron todo, también se fue gran parte de nuestras vidas”.

¿Qué de su vida ahora? “Encierra muchas etapas. Soy casada y vivo felizmente en el exterior. Tengo dos hijos, uno de ellos está casado, los dos son ingenieros. Lo considero como parte esencial de mis realizaciones. Allá en mi viejo pueblo se quedó gran parte de ms ilusiones para finalmente culminar un sueño que gracias a Dios alcance. Entre las más grandes sorpresas de mi vida fue que sin tener amigos en Estados Unidos fui elegida ‘Reina de Belleza’. Así, que ostento con orgullo dos preseas, una en mi colegio de Merolica y en este país, algo inesperado”.

La casa verde de esquina era propiedad de Adalberto Gómez (Balleto). La siguiente de la familia Gómez Portillo.

¿Una mujer de fe? “Tuve un encuentro personal con Jesucristo muy joven. Todo ha sido maravilloso en las manos de mi Salvador. Todo lo que soy se lo debo a mi Dios. Me ha dado tanto en la vida. Difícil describir la grandeza de Dios, su amor y misericordia es incomparable. Gozo del cariño y las oraciones de mis hermanos en la que siempre será mi iglesia donde aprendí, que la visión es la cosecha cuando todos los demás ven un campo arado. Yo tomé ese arado para hacer los surcos que guiarían mi vida desde mi juventud hasta ahora. Una visión de Dios siempre será precedida por una visión más grande de Dios”.

De la vida y experiencias de Ana Rosa Martínez, logramos este reportaje en una síntesis para volver al pasado de nuestro maravilloso y lindo pueblo. Y como lo expresa Rosa desde la distancia, “allá están mis raíces y también gran parte de mis vivencias”. De la misma forma que Ana Rosa recuerda, las calles arenosas, las casas enchapadas con ladrillo de barro y piedra de río, así como el antiguo e histórico “salón verde” donde realizaban las fiestas aquella hermosa juventud que hoy frisan los ochenta y noventa años llenos de nostalgia, así lo recuerdo al emborronar estas cuartillas.

Frente a la casa de Graciela Ponce.

El viejo templo del pueblo y el repique sonoro de las campanas, la plaza parque y los alrededores con frondosos árboles de matapalo y al fondo la escuela donde la mayor parte de los buenos profesionales que salieron del pueblo aprendieron las primeras letras. El recorrido por los callejones rumbo a Las Delicias hasta el campo de fútbol donde el club deportivo “Danubio”, era amo y señor. En fin, esas vivencias y más, son parte de la visión de una jovencita que se formó académicamente en el Instituto “Ramón Ernesto Cruz”, orgullosamente egresada de la primera promoción. Posteriormente estudio magisterio, ejerció la docencia en primaria y media.

Por circunstancias especiales y personales decidió viajar a Estados Unidos. Su visión tuvo un solo objetivo, superarse y lo alcanzó al realizar estudios universitarios obteniendo el título de licenciada en Sociología con especialización en psicología, ademas, constituir una hermosa familia de la que se siente orgullosa y realizada.

Fotos del álbum de Ana Rosa Martínez.

La plaza central del antiguo pueblo.
Corredor de la casa de los padres de Ana Rosa, Óscar Martínez y Carlota Valladares.
Las ruinas del templo católico.
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