El futuro sombrío de la corrupción en Honduras

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27 de enero de 2020
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12:01 am
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El futuro sombrío de la corrupción en Honduras

Por: Mario E. Fumero

Honduras es un país enfermo, y esa enfermedad se llama corrupción. Ella ha carcomido todos los niveles y extractos de la sociedad, incluyendo tristemente algunas iglesias y ONG, y como una esperanza de solución al problema, muchos cifraron la mirada en la función de la MACCIH, que como un ente internacional, podría hacer frente a la impunidad existente frente a los actos de corrupción que ha vivido Hondura a lo largo de los últimos 30 años. Pero hoy esa esperanza se disipa, y la impunidad hará mella en la sociedad, para que la corrupción siga carcomiendo nuestras estructuras sociales y políticas, lo cual nos llevará a que las bases de la democracia se dañen y subsecuentemente la pobreza y el abuso de poder seguirá prevaleciendo, sobre todo, permitiendo la legalización del robo descarado de los bienes del Estado, frente a lo cual todos se tratarán de proteger creando leyes que les brinden seguridad a sus ambiciones.

En una sociedad con valores y moralidad, no se debe de temer a que existan organismos internacionales que investiguen la conducta de sus políticos, porque el que nada hace, nada teme, y como dice las sagradas escrituras en Marcos 4:22 “porque no hay nada oculto que no se haya de manifestar” y toda riqueza rápida por regla general, (salvo por recibir una herencia o por la lotería), es fruto de la corrupción.

Muchos tristemente lamentamos la salida de la MACCIH, y mientras la mayoría de los honestos se entristecen, unos cuantos corruptos se siente contentos. Es necesario que en vez de que se salga la MACCIH del país, sean los corruptos los que se vaya a las cárceles, pero son tantos, que no cabrían en las mismas. La corrupción carcome todo el sistema, y nos lleva hacia un abismo de frustración, principalmente a la clase productora y trabajadora del país, generando desempleo y más pobreza. Estamos ante una sociedad enferma y a expensas de un cáncer que tristemente ya tiene metástasis y se extiende a todos los niveles de la sociedad, siendo ya una cultura de la cual solamente un milagro de Dios nos podrá librar.

Debemos enseñarles a nuestros hijos el principio de los japoneses, por lo cual esta nación es un modelo de honestidad e integridad, convertido en ejemplo, ya que a los niños desde pequeños se les enseña qué es lo que no es tuyo, es de otro, y no se debe tocar lo ajeno, y respecto al Estado, pobrecito el funcionario que defraude al fisco o robe. ¿Qué pasaría en nuestro país si este principio se aplicara en todas las esferas de la sociedad?

En la medida en que la corrupción se extienda, y la impunidad se implante con blindajes jurídicos, la seguridad se deteriorara y la convivencia se volverá caótico, lo que producirá que la gente en su frustración acuda a la violencia, aumentando la delincuencia y los grupos antisociales, los cuales muchas veces cómplices de los corruptos, y los que quieren vivir honestamente acuden a huir del país, o se convierte en una de las causas que genera del aumento del suicidio en muchos jóvenes, los cuales se enfrentan a un panorama muy sombrío, con un futuro incierto que los desespera, sin esperanza de salir adelante por el camino correcto, y al ver que el sistema no funciona, optan por escapar de una realidad que para muchos, parece no tener salida.

Es imperioso que prediquemos la honestidad, que enseñemos los principios de integridad, palabra que encierra grandes elementos que nos pueden hacer prósperos y victoriosos, y logremos observar a los futuros políticos para juzgarlos dentro de estos parámetros de integridad, a fin de no caer en el error de seguir arruinando la nación con hombres corruptos.

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