285 AÑOS DE LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO

MA
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25 de febrero de 2020
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11:05 am
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285 AÑOS DE LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO

1 En el extremo sur del convento el templo de San Francisco, inaugurado en febrero de 1735.

Los misioneros franciscanos fueron los primeros en llegar al Real de Minas de Tegucigalpa en 1579 cuando se instaló como Alcalde Mayor nombrado por don Pedro de Alvarado el capitán Juan José de la Cueva primo hermano de doña Beatriz de la Cueva esposa del Adelantado.

Los frailes franciscanos levantaron una ermita en la zona donde hoy está la iglesia de Los Dolores, lugar que sirvió para adoctrinar a los aborígenes que se encontraban asentados a orillas del río Grande y en las estribaciones del cerro que ellos conocían como el Sapusuca

Los religiosos de la Orden fundada por Francisco de Asís, decidieron levantar, previa solicitud a España, un convento y una vez obtenido el permiso buscaron el apoyo de los pudientes del Real de Minas para la donación de un terreno para la construcción de dicho convento.

Así lograron que los hermanos Cristóbal y Alonso Rodríguez Bravo y Carlos Ferrufino cedieran las parcelas y unas casas de adobe en un sitio que se conocía como La Plazuela, levantando en 1592 el Convento dedicado a San Diego de Alcalá el cual fue fundado en 1598 por Fray Nicolás de Vargas.

Los misioneros ya contaban con el Convento y se propusieron construir en el lateral sur una iglesia, proyecto que tardó muchos años debido a los pocos recursos con que contaba la orden y a las dificultades que siempre encontraban con los alcaldes del Real de Minas.

Fue hasta 1735 que se terminó la construcción de la iglesia (foto 1) abriendo sus puertas a la feligresía el 20 de febrero de ese año de acuerdo a los apuntes del Obispo Fray Antonio López de Guadalupe, originario de México, encontrados en Comayagua en cuya catedral descansan sus restos.

La iglesia fue dedicada a San Francisco de Asís, patrón de los misioneros, se comunicaba con el convento a través de dos grandes puertas, la primera a la izquierda del retablo mayor y la segunda, siempre a la izquierda de la entrada principal a un lado de las gradas de madera que conducían al coro y al campanario.

El precioso retablo principal de madera tallada (foto 2) fue elaborado en Guatemala, traído en piezas que fueron ensambladas por artesanos también de origen guatemalteco, dejando en el centro sobre el sagrario de plata, un expositor del Santísimo semicircular con un sistema para abrirlo con un mecanismo de ganchos y poleas único en los templos católicos de la época.

En los nichos del retablo se colocaron las imágenes de San Francisco, San José, Santa Clara y San Diego y en la parte superior un hermoso medallón de La Trinidad obra del pintor hondureño José Miguel Gómez.

5 El cuartel y la iglesia de San Francisco la más antigua de Tegucigalpa (1735).

En los laterales del templo se construyeron retablos más pequeños en cuyos sitios principales se ubicaron una imagen de Jesús Nazareno tallada en España (foto 3) y en el otro en la parte central la virgen de El Carmen.

Hermosos cuadros con obras extraordinarias unas traídas de Antigua Guatemala y otra de José Miguel Gómez, adornaban las paredes laterales alternado estas pinturas con las representaciones del Santo Vía Crucis.

Las sonoras campanas instaladas en su única torre (foto 4), fueron fundidas en Guatemala, compradas con las donaciones de tostón en tostón que hacían los feligreses de los barrios La Plazuela, La Hoya, La Ronda y el Centro. Estas campanas, la mayor y la pequeña eran consideradas como las sonoras del Real de Minas.

Pero no solo la iglesia guarda un alto contenido histórico porque es el templo católico más antiguo de Tegucigalpa; el entonces convento de San Diego que después pasó a llamarse de San Francisco, representa un lugar emblemático porque en sus claustros se fundó la escuela de primeras letras que organizó Fray San Gabrielín y donde Fray Antonio Murga impartió enseñanza en 1804 a un grupo de niños de Tegucigalpa entre quienes se encontraban Francisco Morazán Quezada, Joaquín Rivera Bragas, Diego Vijil Ocaña y Juan Antonio Márquez.

En ese sitio, en 1839, cuando los conventos pasaron a poder del Estado, el general Morazán instaló la primera imprenta que llegó a Honduras, en 1841 comenzó a funcionar la Academia del Genio Emprendedor y del Buen Gusto y en 1845 la Academia Literaria de Tegucigalpa, ambas predecesoras de la Universidad Nacional de Honduras.

6 El confesionario del Padre José Trinidad Reyes.

Los religiosos ya en la época republicana se quedaron con la iglesia, se cerraron los accesos al convento que pasó a ser propiedad de la municipalidad de Tegucigalpa y en el gobierno del presidente Soto se destinó para sede de la Comandancia de Armas convirtiéndose en el Cuartel de San Francisco (foto 5).

La iglesia de San Francisco ha sido blanco de malhechores que se han robado antiguas imágenes, ornamentos de la época colonial, candelabros de plata y otras reliquias.

El templo también sufrió unos cambios no muy apropiados cuando se encomendó su custodia a unos sacerdotes canadienses que sin valorar el tesoro histórico quisieron darle un cambio al templo, modernizarlo y estropearon los retablos laterales y los marcos de las pinturas.

Otro daño ocasionado a la iglesia de San Francisco fue cuando en los años sesenta las autoridades municipales de aquel entonces ordenaron la demolición de su campanario con el propósito de ensanchar la calle lateral norte, error que fue enmendado en la administración del 2002 al construirse una nueva torre con las mismas características arquitectónicas de la original.

También en 1998 cuando fuimos azotados por la tormenta tropical Mitch, la iglesia fue destinada a refugiar a decenas de damnificados, muchos de ellos por la falta de vigilancia hicieron destrozos en su interior.

Hoy, la iglesia ha sido rescatada, tiene un adecuado sistema de seguridad, se cambió gran parte del techo, luce pintada y bien conservada gracias al empeño de su eminencia el cardenal Rodríguez Maradiaga, de sacerdotes que le han dedicado su amor a la iglesia como el padre Carlomagno Núñez cuando se desempeñó como párroco de la Catedral Metropolitana, a los feligreses que acuden a ella, grupos de damas religiosas y empresarios católicos de alta sensibilidad espiritual.

En su interior se conserva el confesionario (foto 6) que utilizó el padre José Trinidad Reyes en la Iglesia de La Merced.

La Iglesia de San Francisco, frente a la plaza Valle, es un monumento histórico de nuestra capital el más antiguo que cumplió el pasado 20 de febrero 285 años.

Hasta la próxima semana.

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