¿Qué estamos esperando?

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6 de abril de 2020
/
12:26 am
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¿Qué estamos esperando?

Por Otto Martín Wolf

Todos los que no han leído historias reales sobre lo que ocurre cuando el hambre azota a un pueblo, a lo mejor han visto películas sobre el tema.

Ninguna de ellas -reales o de fantasía- puede relatar lo que ocurre en la mente de un padre o una madre cuando no tienen con qué dar de comer a sus hijos.

El hombre más pacífico y respetuoso de las leyes, la madre más decente y abnegada son capaces de cualquier cosa para evitar que sus hijos mueran de hambre.

No estoy hablando de desnutrición, estoy hablando de inanición.
En Honduras de una manera u otra nos hemos acostumbrado a que en ciertos sectores la desnutrición sea asunto común y -para decirlo brutalmente- algo normal.

Estoy seguro que a veces, cuando desde nuestro auto con aire acondicionado vemos niños famélicos, volteamos la cara.
Inclusive para algunos totalmente insensibles son parte de la “chusma”.

Niños con ojos de asombro viendo un mundo que no comprenden y en cual no tendrán ninguna oportunidad; señoras y señores eso no es nada para lo que viene.

Lo que enfrentamos ahora es la peor crisis económica y humana en la historia de Honduras.

Lo que estamos a punto de ver no son los pobres de siempre vendiendo achinería o pidiendo limosna.

Lamentablemente lo que viene es una hambruna casi general.
Algunos miopes dicen que ya hemos sobrevivido a huracanes y otras desgracias naturales, nada que ver.

Lo que tenemos enfrente es lo que hemos visto con indiferencia cuando sucede en otros lugares.

Burundi, Timor Oriental, Malawi, Zambia, son países con nombres exóticos de los que sabemos poco y que nos interesan menos, donde en medio de guerras y sequías sus habitantes mueren de hambre por decenas y centenares de miles.

No quiero sonar alarmista, pero se nos viene la fea.

No es dentro de un año, cuando el fenómeno de “El Niño” nos vuelva a destrozar las cosechas, esto ya viene.

Si ya teníamos una alta dosis de delincuencia e inseguridad, ahora será algo masivo.

Padres de familia normales, gente decente, hombres y mujeres saldrán a las calles a buscar comida con un cuchillo en los dientes; es lo que usted y yo haríamos si nuestros hijos estuvieran muriendo de hambre.

No es que le van a robar la cadena de oro  a la dama adinerada o el celular a cualquiera, es que estarán dispuestos a todo por un pedazo de pan.

Jean Valjean de “Los miserables” multiplicado por millones de hondureños.

Señoras y señores eso ya viene, ya empezó a ocurrir.

De momento son bandas de delincuentes, maras y pandillas aprovechando la situación, pronto los asaltos y saqueos generales en carros repartidores, supermercados y pulperías, inclusive en casas particulares, serán incontrolables (de todas maneras ni siquiera en tiempos normales los han logrado controlar).

No debemos permitir que una crisis de salud se convierta en una pandemia de hambre.

No es el próximo verano, no es en el “Corredor Seco”  esto es YA y en todo el país.

La única manera de evitarlo es liberando  las fuerzas de producción personales y empresariales. Se van a contagiar muchos? Sí.

Morirán muchos? Ojalá que no.

Pero lo que es seguro es que si no se liberan las fuerzas de trabajo y producción, haciendo lo posible por no contagiarse, la pandemia del hambre, combinada con delincuencia masiva,  va a producir más muertos, desorden y anarquía que el mismo COVID-19.
Repito lo que dije en mi comentario anterior: Hay que salir a trabajar ya!

Inanición: extrema debilidad física provocada por la falta de alimento.

Ejemplo: “millones de seres humanos mueren en este planeta cada año por inanición”.

ottomartinwolf.com
[email protected]

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