Bioseguridad

ZV
/
2 de mayo de 2020
/
12:26 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Bioseguridad

Por: Fernando Berríos
Periodista

Recientemente escuchaba al doctor Lino Carmenate, experto en salud del trabajo, explicar sobre el término que más se ha puesto de moda durante esta pandemia COVID-19: la bioseguridad.

Y vaya que todos hemos tenido que aprender, rápidamente, sobre la importancia de protegernos de los agentes biológicos que se propagan con tanta rapidez poniendo en riesgo nuestra vida.

De eso se trata la bioseguridad, de todo ese conjunto de medidas preventivas que cada persona debe adoptar con responsabilidad para proteger su propia salud y seguridad, frente a riesgos producidos por agentes biológicos, físicos, químicos y mecánicos.

El doctor Carmenate muy bien explicaba que hay muchos factores de riesgo en los centros de trabajo, muchos de ellos visibles o audibles y otros invisibles (como los coronavirus), siendo estos últimos los más peligrosos precisamente porque no podemos verlos y culturalmente no hemos estado preparados para enfrentarlos.

Para que lo anterior se entienda bien, cito el ejemplo que brindó el doctor Carmenate durante un foro virtual organizado por la Secretaría de Trabajo y que contó con la presencia de destacados panelistas.

Un factor de riesgo visible puede ser el exceso de ruido, una silla en mal estado que obligue al empleado a adoptar posturas inadecuadas al sentarse, un teclado inapropiado, una herramienta de trabajo que por su peso sobrepase la capacidad o fuerza del empleado y le produzca lesiones.

Y los invisibles son agentes biológicos, es decir, un virus, una bacteria o cualquier otro agente potencialmente infeccioso. Este es el enemigo invisible al que culturalmente nunca habíamos prestado tanta atención como ahora.

Y digo que ha sido una falencia cultural porque la norma generalizada en los centros de trabajo es que un empleado debía ausentarse de sus labores solo hasta el punto que requiriera hospitalización.

De ahí que resultaba común encontrarnos con empleados trabajando en estado crítico por una fuerte gripa, tos, asma, neumonía, compartiendo gérmenes y virus con todos sus compañeros a razón de tres estornudos por minuto, pero, erróneamente con “la frente en alto y al pie de la bandera”.

Este es el aspecto cultural que debe cambiar. Los centros de trabajo ya no necesitan esos “héroes” que llegaban a trabajar en estado deplorable y el COVID-19 finalmente nos hizo entender que el enfermo debe estar en casa y si es un agente de transmisión de virus debe estar en cuarentena.

Hoy Honduras tiene la oportunidad de reconstruir todo su sistema de salud, el cual debe pasar inevitablemente por un cambio de conducta en cada ciudadano.

Las medidas de bioseguridad, para que funcionen, requieren del compromiso y responsabilidad de cada ciudadano. Y como bien lo dijo el secretario de Trabajo, Carlos Madero, hasta que cada persona entienda su papel se podrá pensar en la reapertura de todos los sectores de la economía que permanecen cerrados como medida obligada para frenar la propagación.

Es digno de aplaudir que para lograr una apertura inteligente, paulatina, ordenada y segura se construyan protocolos de bioseguridad que serán de obligatorio cumplimiento para todos los sectores económicos y las industrias. En este proceso ha sido fundamental la asistencia técnica y financiera de la Unión Europea a través de su programa Euro Empleo.

Bioseguridad es más que portar una mascarilla, guantes, lentes, gorro. Bioseguridad es hacer un uso correcto de cada uno de estos implementos, es no tocarse la mascarilla, no andarla en la frente, en la barbilla, es desechar los guantes cada vez que estuvieron expuestos a la contaminación.

Bioseguridad es mantener distancia, es lavarse las manos con frecuencia, es portar gel antibacterial, es exigir a las empresas que cumplan las medidas preventivas, con empleadores, trabajadores y clientes por igual.

Eso es bioseguridad. Actuar con inteligencia, con sentido común, con respeto por nosotros mismos y los demás, con mucha responsabilidad. Es entender que estamos bajo una nueva normalidad para la construcción de un país más justo, más equitativo, más seguro, más higiénico y por ende, más saludable.

Seamos responsables, aprendamos sobre bioseguridad. Ya existen plataformas como www.trabajo.gob.hn donde cada ciudadano puede descargar manuales y protocolos que, de cumplirse, garantizarían la seguridad y salud en el trabajo. Hagámoslo.

[email protected]
Twitter: @BerriosFernando

Más de Columnistas
Lo Más Visto