En el Día Mundial del Medio Ambiente: Microorganismos eficientes, los superhéroes de la agricultura
La Organización de la Naciones Unidas (ONU), declaró el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente el 15 de diciembre de 1977. Su propósito fue el de motivar a las personas para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sustentable y equitativo; promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales, y fomentar la cooperación para que el medio ambiente sea sostenible, pues esta garantizará que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más próspero y seguro.
Este espacio se lo queremos dedicar a una tecnología que la hemos tenido por más de 15 años en nuestros países de Centroamérica y no hemos aprovechado para mejorar nuestro medio ambiente.
Microorganismos eficientes (EM)
Los EM son una combinación de microorganismos beneficiosos de origen natural desarrollada por el profesor Teruo Higa y su equipo en la Universidad de Ryukus, Okinawa, Japón.
Sus aplicaciones son múltiples: en la agricultura como promotor del crecimiento de las plantas y supresor de enfermedades, en la ganadería disminuyendo los trastornos digestivos típicos de los rumiantes (meteorismo), en las porquerizas y en las granjas avícolas ayudan con la eliminando moscas y malos olores y en el medio ambiente como ayuda para recuperar las aguas contaminadas, como acelerador de la descomposición en los vertederos de residuos sólidos urbanos y a la eliminación del zancudo como vector que se reproduce en zonas húmedas.
Superhéroes de la agricultura sostenible y el medio ambiente
Presenta además diversos usos domésticos (control de moscas, eliminación de malos olores, etc.) y en otros países como México y España se están produciendo productos antioxidantes y digestivos para consumo humano.
Existen tres géneros principales completamente naturales que se encuentran comúnmente en los suelos y en los alimentos como los:
• Lactobacillus, similares a los que se utilizan para fabricar el yogur y los quesos
• Levaduras, como las que se emplean para elaborar el pan, la cerveza o los vinos
• Bacterias fototróficas o fotosintéticas, habitantes comunes de los suelos y de las raíces de las plantas.
Estos microorganismos no son nocivos, ni tóxicos, ni genéticamente modificados por el hombre; por el contrario, son naturales, benéficos y altamente eficientes. El EM tiene la propiedad de neutralizar los malos olores y prevenirlos. Transforman las sustancias que producen olores desagradables.
En ese sentido se puede emplear el EM en galeras, baños, cocinas, habitaciones con olor a humedad o a humo de tabaco, zapatos, ropas y en lugares ocupados por animales domésticos, perros u otros animales, etc.
El EM induce a que la materia orgánica se descomponga rápidamente por la vía de la fermentación y no de la putrefacción. Dado que las moscas prefieren esta última para desarrollarse, el empleo de EM reduce la población de moscas.
Lo impresionante de los EM es que la combinación de los microorganismos permite crear productos naturales capaces de mejorar la tierra degradada y agotada por el uso de fertilizantes químicos, la depuración de aguas contaminadas, servir de repelente de insectos que producen daños a productos agrícolas (plagas) y a insectos que dañan la salud humana (moscas, zancudos, mosquitos), funcionan como fungicidas, bactericidas, antiviral, y ayudan a la digestión animal.
Lo único que necesitan estos microorganismos es que les permitamos actuar y que les preparemos las condiciones para ayudarlos a salvar el nuestro planeta… Entonces, ¿cómo no llamarlos superhéroes?
