Gobiernos responsables, histórica utopía

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13 de junio de 2020
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12:01 am
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Gobiernos responsables, histórica utopía

Condiciones esenciales de buen gobierno

Por: Aldo Romero
Periodista y catedrático universitario

Si en algo he aprovechado los espacios de tiempo que me permite la cuarentena es en estudiar el pensamiento y legado de los padres del periodismo que no pueden ni deben perderse, por el contrario, tienen que mantenerse vigentes y es nuestro trabajo como profesionales de este noble quehacer y a la vez formadores de una nueva generación, dejar constancia que el periodismo hondureño en sus inicios nunca fue improvisado o ejercido por malas personas con desconocimiento de las letras y las buenas prácticas, los pioneros no tenían la más mínima intención de acomodar su trabajo para beneficiar a los grupos de poder.

En esta ocasión traigo a referencia algunos fragmentos del artículo titulado “Gobiernos responsables”, escrito por el doctor Paulino Valladares, fundador del desaparecido pero combativo Diario El Cronista, quien al enfocar la responsabilidad estatal con la transparencia y la rendición de cuentas expresaba que “un gobierno que se yergue para salvar las arcas nacionales, es un gobierno que debe contar con la confianza del pueblo al que dirige”, una bofetada sin duda para los politiqueros de la modernidad, habituales promotores del nepotismo y el enriquecimiento fácil.

La histórica utopía de un estado fundamentado en el bienestar social data ya desde hace muchísimo tiempo y se aleja cada vez más, nuestros gobiernos son expertos en maniobras oscuras, en el desconocimiento de la ley, mediante esta actividad muchos pseudolíderes cambiaron su nivel de vida y sobre otros pesan denuncias de manejo irregular de recursos públicos que sencillamente no son documentados, investigados y sancionados porque los entes contralores y judiciales juegan al compás de lo que dicta el político de turno.

Ante el desprestigio de la política, la escasez de liderazgos y la entronización de grupos caudillistas poderosos en las cúpulas de los partidos políticos ha sido para el país muy difícil encontrarse con un necesario y urgente relevo generacional, no solo de líderes, sino también de pensamiento y propuesta, seguimos sumidos en ese “politiquerismo” que decía el escritor, “no es más que una egoísta actividad burocrática, un vicio de la democracia que se convierte en epidemia asoladora cuando se degenera…”.

Claramente como sociedad necesitamos librarnos de políticos y funcionarios demagogos, de gobernantes incapaces y dictatoriales, de parlamentarios de nombre más no de acción y trabajo que equivocadamente creen que su presencia en el Congreso se debe a un partido político y no a la población que los eligió, los ejecutores de la política se acostumbraron a la simplicidad del sectarismo y a la defensa de los intereses partidistas y personales.

Frente al deterioro de los partidos políticos, y su escasez de dirigentes con visión y compromiso social, solo queda reconstruir la política activando y promoviendo desde los sectores populares, un modelo cimentado en la participación ciudadana a fin de encontrar un nuevo liderazgo honesto, sólido, transparente, que involucre a hombres y mujeres capaces, honrados que gobiernen con pasión, con talento y sobre todo con justicia.

El problema con los políticos de este tiempo es que han visto el ejercicio del poder como un privilegio destinado solo para unos, la condición de los ciudadanos vale muy poco o nada, cualquiera con un cargo a sus espaldas se cree con la autoridad de aprovecharse de la condición vulnerable de la población, son características que identifican a los “políticos sin escrúpulos”, de los que hablaba el maestro Paulino al referir que “estos son los que están acostumbrados a sentarse en la mesa del festín sin la zozobra de que les salgamos al paso” y dirigiéndose al papel de prensa acuñó una frase que debería enmarcarse y enseñarse en los medios de comunicación y academias de periodismo, “no hay caudillos que nos seduzcan ni partidos que nos encadenen, y cuando por desgracia imposibilitaran nuestra labor, tranquilamente nos dedicaremos al cultivo de la tierra sin acordarnos siquiera del agravio”.

Paulino se refería a que un periodista comprometido con la sociedad a la que informa no deja espacio para la seducción de los poderosos, no esconde los desmanes y las arbitrariedades de los gobernantes, que la prensa independiente huye de la imposición política, que la verdad y la ética, son un escudo impenetrable, que la mejor visión de un periodista siempre estará lejos del poder.

@aldoro/[email protected]

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