Pese al toque de queda impuesto por la pandemia de COVID-19, la violencia no cesa en algunos sectores del país, donde ya se registran 23 masacres que han dejado unas 88 víctimas, de acuerdo al Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH-OV).
La directora del OV-UNAH, Migdonia Ayestas, indicó que, a pesar de la pandemia, los homicidios múltiples no han cesado y a esta altura del año han dejado poco menos de 100 hondureños fallecidos.
Sobre los crímenes, Ayestas señaló que «en su mayoría, se han dado en la época de la pandemia y los fines de semana, donde se supone no debe haber circulación», indicó.
Explicó que el mayor problema de los homicidios múltiples es que las personas ya se han acostumbrado a este tipo de actos desagradables, como si fuera una situación normal y no debería de ser así.
“El problema de la violencia es que nos hemos acostumbrado a vivir con ella, la violencia es parte de lo cotidiano precisamente porque han naturalizado que así debe ser”, puntualizó.
CRIMEN ORGANIZADO
Por otra parte, Ayestas advirtió que son las maras y pandillas o crimen organizado, los responsables de que se den tantos homicidios múltiples en el país. “Estamos viendo que la violencia y la criminalidad no para, esta tiene que ver con el crimen organizado”, dijo.
Los lugares más afectados con masacres son la capital, en el departamento de Francisco Morazán; San Pedro Sula y Choloma, en Cortés; Esquipulas del Norte y Catacamas, en el departamento de Olancho.
En 2019, el país alcanzó una cifra récord de masacres, con un total de 70, que dejó 281 víctimas, en su mayoría jóvenes, a lo largo y ancho del territorio nacional, según datos del OV-UNAH. (JAL)
