Por: Otto Martín Wolf
Este artículo trata sobre el comportamiento de los seres humanos, nada que ver con un debate sobre la existencia de ningún dios.
Quisiera establecer, hasta donde sea posible, si los delincuentes y criminales creen o no en Dios?
Antes de mandarme “al infierno”, veamos las creencias en otros lugares del mundo, ya que la cantidad de ateos varía por país.
Suecia está catalogada como la nación con mayor porcentaje de ateos, un 35% de su población no cree en ningún dios ni en ninguna fuerza superior.
Italia, sorprendentemente, tiene un 27%, Francia 33% y España 28%.
No sabemos a ciencia cierta el porcentaje en Honduras, me atrevo a especular que debe andar en la media mundial, un 18%.
A manera de información, los estudios dicen que existe cierta relación entre el nivel cultural y las creencias; a más educado el país, mayor el porcentaje de ateos.
Ahora, después de haber declarado una victoria contundentemente mayoritaria del porcentaje de los que creen, tengo que hacer una pregunta: Son los ateos los responsables de todos los crímenes que se cometen en Honduras?
Son los ateos los causantes de todos los asesinatos, violaciones, robos e, inclusive, los delitos de “cuello blanco” y de todos los colores?
De ser así el porcentaje de ateos tendría que ser mayor, quizá más alto que el de Suecia ya que Honduras es uno de los países con mayor porcentaje de criminalidad en el mundo, según datos a 2019.
Nosotros los ateos podemos respetar las leyes y al prójimo, comportamiento que no es exclusivo de los que creen en algún dios.
Los ateos somos gente normal que simplemente no creemos en ningún dios o fuerza sobrenatural.
Voy a tratar de hacer una encuesta en las cárceles después de la pandemia, para determinar qué porcentaje de los presos cree en algún dios o practica alguna religión y cuántos son ateos.
Le invito a usted, sí, a usted personalmente, a que con toda sinceridad me diga si cree que los presos en nuestras cárceles, incluyendo los que están en los batallones, son ateos o creyentes.
Creo que juntos podríamos llegar a la siguiente conclusión: ni todos los ateos son delincuentes, ni todos los creyentes son santos, el comportamiento social no depende directamente de las creencias de la gente ni de un posible premio en el cielo o un brutal castigo en el infierno.
En un panorama más amplio: ninguna guerra ha sido iniciada por ateos queriendo eliminar a los creyentes, más bien ha sido todo lo contrario, las innumerables guerras religiosas han sido provocadas por creyentes tratando de liquidar a quienes piensan diferente, aún a miembros de su propia religión.
Guerras religiosas: guerra de religión, guerra santa o guerra religiosa es el conflicto bélico cuya causa está relacionada con la religión.
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