Que Dios nos agarre confesados
Por: Rodolfo Guillermo Pagán Rodezno*
Tremendo revuelo ha causado en los últimos días el grafiti pintado en uno de los principales bulevares de la ciudad capital, haciendo la pregunta “¿Dónde está el dinero?”, en relación a los cientos de millones de lempiras y de dólares aprobados para supuestamente hacerle frente a la pandemia del COVID-19 y sus efectos en Honduras, pero que poco se ha sabido de su destino final, lo que ha quedado en evidencia por las condiciones en las que el sistema sanitario del país ha tenido que hacerle frente a la crisis, mensaje que ocasionó el malestar de algunas personas que torpemente han pretendido borrar el grafiti.
El movimiento del “¿Dónde está el dinero?”, lejos de aplacarse, más bien se ha multiplicado de tal manera que son muchísimos los lugares en el país en los que han aparecido grafitis similares; de igual forma, en las distintas redes sociales se ha convertido en tendencia, son muchas las personas que han buscado la forma de pronunciarse exigiendo transparencia por parte de los funcionarios públicos, tan poco acostumbrados a la rendición de cuentas por sus actuaciones y por el manejo de los recursos asignados para el desempeño de sus labores, lo que ha ocasionado respuestas y posturas inverosímiles, pretendiendo torpemente desviar la atención de lo que está ocurriendo en el país, con los múltiples casos de corrupción como la compra sobrevalorada de mascarillas y otros insumos, las 100 mil pruebas que se arruinaron sin que nadie dé cuentas o la tristemente célebre compra de los hospitales móviles, por la que ahora todos se lavan las manos descaradamente.
Las carencias han ocasionado que los médicos, enfermeras y demás personal encargado han tenido que realizar plantones exigiendo que las autoridades aumenten el número de camas en los hospitales, así como porque se les dote de equipos de protección de calidad, indispensables para evitar el contagio al momento de atender a los pacientes enfermos por COVID-19, ya que son muchos los médicos y enfermeras que han fallecido como consecuencia del mortal virus, a pesar de los millones aprobados para hacerle frente a los efectos de la pandemia.
Por otro lado, es sumamente preocupante cómo los funcionarios, irresponsablemente se empeñan en hacer creer a la población que los casos han disminuido, sin embargo, los especialistas en el tema han manifestado que no existe un aplanamiento de la famosa curva, lo que ocurre es que se están aplicando menos pruebas, por lo que la cantidad de casos confirmados es menor, transmitiendo así una falsa sensación de seguridad, lo que puede resultar hasta contraproducente, ya que la población podría relajarse en la implementación de medidas de bioseguridad, con el consiguiente aumento en el número de casos.
Finalmente, no se puede seguir guardando silencio ante la inoperancia, incompetencia y falta de transparencia en el manejo de la pandemia, por lo que además de preguntarse ¿Dónde está el dinero?, es imperativo exigir que todos aquellos que se han aprovechado de la emergencia sanitaria para enriquecerse devuelvan el dinero, y que se castigue a los responsables con todo el peso de la ley, caso contrario nos volveremos cómplices del latrocinio ocurrido. Pueden borrar el grafiti, pero no podrán borrar el clamor del pueblo que exige respuestas.
Que Dios bendiga a Honduras y su gente.
*Abogado y Notario
Máster en Derecho Empresarial
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Twitter: @rpaganr
