Por: Oscar Núñez Sandoval, PhD
Economista
El título de este comentario comprende algunos temas a los que me referiré, pensando en la nueva normalidad post pandemia. Por supuesto, la lista no pretende ser exhaustiva.
Estado de Derecho. Este es, a mi juicio, uno de los principales retos que enfrenta nuestro país. Considerando el deterioro institucional y la polarización de la sociedad hondureña, retomar el imperio de la ley demandará mucho esfuerzo y concertación entre los principales actores políticos, sociales y económicos. Elecciones libres y transparentes es el primer paso en la dirección correcta.
Inversión de inmediato en seguridad y alivio de la pobreza. Otro reto que el país debe de enfrentar con premura, considerando el atraso que se venía arrastrando y su postergación, por la urgencia de atender la pandemia. Se deben atender las necesidades postergadas en educación, salud, infraestructura para garantizar servicios básicos universales y de calidad de agua, saneamiento, electricidad y transporte, cuidando del medio ambiente. Se requiere diseñar políticas sectoriales coherentes con una estrategia de reducción de pobreza y mejora de la calidad de vida de toda la población hondureña, incluyendo grupos vulnerables e históricamente excluidos.
Lucha contra la corrupción. Un tema que requiere tomar acciones con impactos inmediatos, particularmente aquellos relacionados con la aplicación de la ley y reformas en la educación para fortalecer en los niños y jóvenes los valores y la moralidad de ciudadanos íntegros. Además, urgen reformas en la Ley de Servicio Civil para adecentar la función de las instituciones públicas y buscar atributos de excelencia, profesionalismo y estabilidad laboral, eliminando la práctica del clientelismo partidista.
Recuperar y promover a la pequeña y mediana empresa. Mediante una política económica en acorde a sus necesidades apremiantes, considerando su importancia en la actividad económica y en generación de empleo. Debe evitarse llevar al país a niveles insostenibles de endeudamiento público. Esto requerirá de mucho liderazgo y amplia concertación, para conseguir el sacrificio y confianza del sector privado y generar inversión, tanto nacional como extranjera, en un marco de estabilidad macroeconómica.
Nuestro próximo presidente/a debería de seleccionarse no en función de un color o bandera política/partidista, sino considerando el planteamiento coherente con la atención de estos temas. Además, el gabinete de gobierno deberán integrarlo hombres y mujeres capaces, íntegros y con la solvencia para liderar los cambios que el país requiere. Caso contrario, los años ya perdidos y la falta de toma de decisiones condenarán al país al atraso perpetuo y motivarán, como ha sido el caso hasta ahora, a las futuras generaciones a buscar opciones de vida fuera de su patria.
